Críticas de cómics

Crítica: «Sandman: Midnight Theatre», Sandman busca a Sandman

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Edición

Prescindible aunque interesante

Es un buen complemento a la saga de Sandman, pero no aporta nada trascendental

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La mítica Sandman no podía quedarse en una serie de 77 números, no. Su universo ya se expandió durante los años en los que se publicaba con spin-off como, por ejemplo, Los detectives muertos. Nada en comparación con lo que vendría después, incluso en la actualidad, pues siguen apareciendo series y miniseries derivadas de la magnífica obra de Gaiman.

Entre aquellas que aparecieron hace años, casi todas ellas bajo el beneplácito de Neil Gaiman o, directamente, escritas por él, se encuentra este one-shot llamado Sandman: Midnight Theatre. Su fecha de publicación data de 1995 y ha tenido varias reediciones, como esta que presenta ECC Ediciones, en formato cartoné con unas calidades más que aceptables.

Leído de manera independiente es una obra críptica y exigente, de gran belleza y con un aura oscura que la domina de principio a fin… pero cobra todo sentido cuando se enmarca dentro del «universo Sandman»

Cronológicamente se sitúa entre los primeros momentos de The Sandman y viene a explicarnos unos eventos sucedidos mientras el Rey de los Sueños permanecía encerrado en las estancias secretas de Roderick Burgess. Seguimos a Wesley Dodds, el Sandman original de los primeros cómics DC que, siguiendo la investigación de un extraño caso de suicidio/asesinato, se traslada hasta Londres. Allí se encuentra con un antiguo amor y, paralelamente, entra en contacto con el mencionado Burgess y su malogrado plan de atrapar a la Muerte.

Es decir, viene a completar y ampliar, de alguna forma, un momento muy importante en la serie Sandman y en eso radica uno de los principales intereses en la serie. Tampoco es que lo que cuente sea trascendental, pero ayuda a hacerse una idea más concreta del momento, lugar y sucesos relacionados con la historia troncal.

Neil Gaiman se preocupa de que así sea y su manera de escribir nos retrotrae a aquella época de Vertigo en la que Morpheo era el protagonista. Eso no sería posible sin el arte de Teddy Kristiansen.

Tiene un dibujo anguloso, oscuro y desasosegante que potencia el carácter misterioso de la obra y ayuda a que un personaje de otra era, de aspecto ridículo, se sienta importante e imponente. Tramas de viñetas que parecen empujarse, molestarse, crean en el ojo del que lee una narrativa intencionadamente molesta que sigue aportando al clima de la historia. Se corona todo con unos colores tristes, apagados y se forma así una estética peculiar, muy «Sandman».

Una buena obra que fue en su época merecedora de algún que otro premio y que se puede degustar como historia de misterio, pero que cobra toda su fuerza e interés situándola en su correcto espacio y lugar.

No es imprescindible para disfrutar de Sandman y su Universo, pero encaja perfecta en algunos huecos de la obra y, con esta edición, vela la pena regresar a los orígenes de uno de los cómics más importantes de la Historia… y verlo desde el punto de vista del Sandman original, que siempre estuvo en segundo plano.

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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