Crítica: «El Rey Araña». De vikingos, alienigenas y grandes autores.

Volvemos a la carga con otra novedad de Grafito Editorial. Aunque habitualmente sus publicaciones están elaboradas por autores de aquí, han abierto las puertas a creadores de otros países (como ya vimos con Ordinary) manteniendo la premisa inicial de solo publicar cómic de alta calidad. Para la ocasión se han ido todavía más lejos, a Australia, y recogen la obra que ganó en 2017 el premio más importante que se otorga al cómic en aquel país: el Bonze Ledger. Apostando a lo grande y trayendolo a nosotros incluso antes de que se publique en USA.

Se trata de El rey Araña (The Spider King), escrito por Josh Vann y dibujado por el italiano Simone D’Armini… un cómic original y arriesgado que no deja indiferente al lector. Para empezar, podemos contar su argumento solo muy por encima, pues cualquier desliz en este campo arruinaría parte de la lectura… Nos encontramos en plena Era Vikinga, asistiendo a luchas fratricidas entre clanes por el control del territorio y las tribus. Hrolf, líder del clan Laxdalo se enfrenta a Aarek, usurpador del trono… sin embargo, su sangriento conflicto va a tener que esperar cuando algo llegue desde las estrellas. Una amenaza desconocida y mortal que obligará a distintos clanes, o lo que queda de ellos, a unir sus fuerzas. Y hasta aquí voy a contar, más de lo que me hubiera gustado pero nada que no se sepa si lees la sinopsis en la misma web de la editorial. El giro de lo histórico a lo fantástico, de lo real a la ciencia-ficción, recuerda aquellos quiebros en ángulo recto que hacen otras obras como, llevándolo al terreno cinematográfico, Abierto hasta el Amanecer o The World’s End.

Vikingos y alienígenas puede ser como agua y aceite y mezclar estos dos géneros es un riesgo muy alto… pero los autores salvan las dificultades fusionando de manera progresiva dos elementos tan discordantes y llevándonos a asimilar la mezcla paulatinamente. Eso es posible porque las cosas no suceden porque sí, siempre hay una explicación plausible para cada giro y para cada decisión, incluso debemos llegar al final para comprender globalmente lo que ha pasado durante la historia y por qué ha sucedido. Es decir, los alienigenas no aparecen gratuitamente ni por casualidad y lo que sucede a continuación también está fundamentado… y por eso hay que adentrarse en El Rey Araña, para que la incongruencia de mezclar esos dos géneros se torne con naturalidad en un relato apasionante de aventuras con toques fantásticos, históricos y de terror. Toma, más mezcla.

Una de las cosas que más me agradó del Rey Araña son sus personajes. Están desarrollados de manera coherente y desenfadada, conectando con nosotros gracias a la naturalidad que se les otorga: Aparentemente están estereotipados y podemos encontrar el héroe, guerrero e impulsivo… el malvado ambicioso… la princesa rebelde y luchadora… el viejo mentor curtido en mil batallas… Pero tras esos reconocibles roles, Josh Vann ejerce con sabiduría su oficio de guionista y construye grandes y memorables compañeros, protagonistas que siempre van a más. Como adelantaba antes, el relato se va desplegando poco a poco y siempre hay elementos que aclarar y cosas que contar, evitando que su narración se estanque y manteniendo vivo nuestro interés.

Y si destacable es el plano literario, no podemos evitar alabar el dibujo. Arriesgado en extremo, pues evita el preciosismo que sin duda hubiera casado bien con la historia, para abrazar un estilo arriesgado (otra vez la palabra) más cercano a las ilustraciones de los códices del siglo X, donde históricamente se sitúa la trama. Personajes de proporciones exageradas y narices postizas, de hombros descomunales y gestos histriónicos… que pueden llevar a fruncir el ceño de alguien que se acerque a la obra por lo visual y no termine de entender el juego que pretende el grandísimo D’Armini, dibujante de fumetti sobradamente reconocido y no solo en su país de origen. Creador de atmósferas y climas sin igual, reproduce el frío del norte de Europa y sus bosques ignotos. A esa atmósfera influye definitivamente el color, asombroso el trabajo de Adrian Bloch, capaz de magnificar el dibujo y cuadrar los entornos, ayudando a ambientar cada uno de los escenarios de forma magistral, pudiendo llegando a diferenciarlos solo por la paleta de colores usada. Dibujo y color casan de manera natural y elevan la calidad global de la obra de manera significativa.

Divertido de principio a fin, nos quedamos con media sonrisa al llegar al final y levantar nuestra mirada a las estrellas… esperando que esto continúe de alguna forma (no es nada descabellado). Acompañado el tomo por una historia corta, antesala del cómic definitivo, se puede ver en ella las acertadas maneras de los autores. Y la edición que nos brinda Grafito Editorial es la misma que el resto de sus lanzamientos (casi todos, que destaca y marca la diferencia El Gran Libro de los Magos) y, como todos los demás, se pueden adquirir en la web de la editorial.

Vikingos, alienigenas… aventuras, ciencia-ficción… combates, fraternidad… El Rey Araña va mucho más allá de atreverse a combinar elementos tan dispares, lo hace con la firmeza y contundencia que le otorgan sus autores, pues se nota que hay detrás un importante trabajo en el que también hay mezclas, la del talento y la ilusión.

• El Rey Araña. Grafito Editorial.
• The Spider King. IDW.
• rústica con solapas. 112 pp. color. 16 €