Crítica: «Remothered broken porcelain» para PS4. En ocasiones, el terror no viene de donde uno espera.
Historia
jugabilidad
Gráficos
Un claro ejemplo de que las prisas no son buenas.
»Remothered: Tormented Fathers” es un juego indie que salió al mercado en 2018 sorprendiendo tanto a crítica como a jugadores. Una aventura de horror y supervivencia en tercera persona que fue diseñada para jugar por episodios y que tiene una duración aproximada de 5 o 6 horas. Este pasado Octubre salió a la venta su secuela: Remothered: Broken Porcelain, creada, escrita y dirigida por Chris Darril, desarrollada por el estudio italiano Stormind Games y distribuida por Modus Games, disponible para PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch y Microsoft Windows. Esta segunda entrega nos resolverá los interrogantes que quedaron pendientes en el juego anterior y profundizará en ese misterioso fármaco llamado Phenoxyl, nos adentraremos en la historia oculta tras sus creadores y en las misteriosas muertes que ocurrieron durante el proceso.
Argumento, Historia, personajes…
Y como siempre, la eterna pregunta: ¿Es necesario haber jugado al episodio anterior antes de ponerme con este?. Personalmente si recomiendo hacerlo. Si bien es cierto que antes de empezar tenemos la opción de ver un resumen de lo que ocurrió en la anterior entrega, la trama es realmente buena y no se disfruta tanto si te acercas a los personajes por primera vez, pero aún así se puede jugar perfectamente sin haber jugado al anterior.
La historia está ambientada en 1973 y transcurre en el Ashmann, un hotel que ha sido reconvertido en un internado donde varias chicas viven y trabajan realizando tareas como cocineras o ayudando en la limpieza. Nosotros nos ponemos en la piel de Jennifer, una adolescente que fue expulsada de un internado y que acabó en el Ashmann trabajando como sirvienta. Allí conoce a Lindsay, otra interna con la que enseguida congenia y llega a entablar una gran amistad. Juntas trazan un plan para escapar y lo ponen en práctica, pero en el último momento Lindsay se echa atrás y deja sola a Jennifer, que acaba de vuelta en el internado y sintiéndose completamente destrozada por la traición de Lindsay. Si la situación es complicada, la cosa todavía empeora cuando Andrea, la gobernanta del hotel, empieza a mostrar un comportamiento realmente extraño y agresivo. Este comportamiento no solo afecta a Andrea, poco a poco todos los habitantes del hotel comenzarán a sufrir episodios de agresividad. En el hotel comienzan a ocurrir fenómenos inexplicables, y a nuestra protagonista no le queda otra alternativa que intentar escapar de ese hotel de los horrores.
Estilo de juego, jugabilidad…
Salir del Ashmann no será tarea fácil. Deberemos investigar todas las estancias y buscar pistas, resolver puzzles y encontrar nuevos caminos que hagan avanzar la historia mientras enemigos intentan acabar con nuestra vida. Para ayudarnos en tan ardua tarea, encontraremos diseminados por los escenarios multitud de objetos que podemos recoger. Los punzantes como abrecartas o cuchillos nos permitirán defendernos de los enemigos o atacarlos sigilosamente por la espalda. Otros son arrojadizos y se pueden utilizar para asestar un golpe al enemigo desde cierta distancia o para distraerlo mientras escapamos. También tenemos la posibilidad de combinar dos objetos y obtener uno mejorado, que causará más daño al usarlo. Eso sí, la capacidad del inventario es bastante limitada así que debemos pensar bien qué objetos queremos llevar realmente.
Cuando un enemigo nos ataca y sufrimos daño, podremos curarnos en unos espejos brillantes con un metrónomo en su base, hay varios repartidos por el hotel. Allí también tendremos la opción de guardar la partida manualmente.
Es una aventura en la que prima el sigilo ya que nuestros enemigos son mucho más fuertes que nosotros y pronto aprenderemos a no enfrentarnos directamente a ellos, aunque en alguna ocasión deberemos eliminar a alguien en concreto para que la historia avance. Cuando nos descubren, lo más sensato suele ser correr y escondernos dentro de algún armario o taquilla y cruzar los dedos deseando que no nos encuentren, porque cuando esto ocurre comienza un minijuego de pulsar ciertos botones que permite zafarnos de nuestro opresor y huir si lo hacemos correctamente, o sufrir bastante daño e incluso morir si lo hacemos mal.
Nuestro personaje tiene un pequeño árbol de habilidades que podrá ir mejorando. En el hotel hay escondidas unas llaves polillas, que al utilizarlas en una caja misteriosa nos permitirá ir mejorando atributos como el sigilo, o mejorar los minijuegos.
En teoría, el juego tiene elementos más que suficientes como para ser una gran historia de terror, pero solo en teoría porque en la práctica tiene tantísimos errores, que no se ni por donde empezar a enumerarlos. Hay tal cantidad de bugs, que entorpecen por completo la jugabilidad. Algunos de ellos molestan, como objetos de distracción como el carillon, que falla tanto que al final desistí de utilizarlos salvo cuando era imperiosa necesidad y no tenía otra opción, o personajes que no responden a las órdenes de movimiento que les damos. Otros son realmente graves, como puzzles que misteriosamente se resuelven solos y al no haber realizado los pasos previos necesarios no nos deja avanzar en la historia y nos toca salir del juego y volver a cargar la partida. Lo mismo sucede cuando un boss se bloquea, como no sufre daño alguno cuando es agredido no puedes derrotarlo, y si no acabas con él no te permite avanzar en la historia, y ¡Otra vez a cargar partida!… Y esto es solo una pequeña muestra de los problemas que tiene.
Las mecánicas están muy mal implementadas, algo tan sencillo como abrir un cajón y coger un objeto puede llegar a resultar frustrante. El mismo botón que usamos para atacar a los enemigos es el mismo que utilizamos para para examinar objetos, así que en alguna ocasión me he visto leyendo una carta en mitad de una pelea mientras ésta continuaba, lo que mi enemiga aprovechó para clavarme unas tijeras en la cabeza y terminar con mi vida.
Las transiciones entre cinemáticas son tan bruscas, (a veces ni llegan a reproducirse completas), que en ciertos momentos no sabes ni cómo has llegado a ese lugar. Como parte de la historia está contada mediante flashbacks y en varias líneas temporales, a veces resulta bastante confuso y cuesta un poco ubicarse.
Gráficos y banda sonora…
El apartado gráfico es correcto y la ambientación está lograda. El hotel está dividido en varias secciones y aunque no son muy elaboradas, si que consiguen crear esa sensación de mal rollo y de inquietud al no saber qué esperar detrás de la siguiente puerta. La caracterización de los personajes es buena tanto la de los personajes principales como la de los enemigos. Es cierto que hay acciones como abrir puertas mientras corres, que resultan un poco bruscas y torpes, pero en general cumple con su cometido.
La banda sonora es buena, un silbido bastante inquietante nos acompaña durante buena parte de la aventura y consigue que la sensación de peligro y miedo sea más envolvente, pero en algunas ocasiones los efectos de sonidos no funcionan como deberían. Disparos que suenan varios segundos después de que se produzcan, o total ausencia ruido cuando claramente debería haberlo, e incluso voces en diálogos que no concuerdan con las imágenes, algo básico que deberían haber pulido un poco más.
Impresiones finales…
Es una pena la verdad, porque Remothered: Broken Porcelain tenía todas las papeletas para ser un grandísimo juego. Una primera parte que encantó al público, una historia realmente buena que conforme te adentras en ella se va volviendo más cruda y oscura, con una resolución final que sorprende y emociona, pero que a nivel técnico es un completo desastre que lastra por completo la experiencia de juego. Errores que te sacan continuamente de la historia y la arruinan, llegando a frustrar a niveles máximos. La compañía ha sacado varios parches para intentar corregir bugs y suavizar movimientos, pero dudo mucho que de esta forma lleguen a solucionar la infinidad de errores que tiene.
Lo mejor…
- La historia.
Lo peor…
- Hay tantas cosas por pulir, que jugarlo resulta exasperante.