Crítica: «Regreso al Edén»

Sobre esta novela gráfica se habló recientemente en uno de los podcast semanales que realizan los colaboradores de Hello Friki.

El historietista Paco Roca lleva más de veinte años contando historias conmovedoras como Arrugas de 2007 donde narra los avatares de unos ancianos que están en un geriátrico, El invierno del dibujante de 2010 con el que ganó los premios a Mejor Guion y a Mejor Obra de Autor Español o Los surcos del azar de 2013 que aborda las vivencias de varios españoles en el marco de la II Guerra Mundial. Con Regreso al Edén de 2020 el autor consigue que el público se emocione con un retrato familiar de los años cuarenta.

Hay dos cosas que llaman la atención de esta novela. La primera, que está basada en las penurias de su familia materna y, la segunda, la forma tan precisa que tuvo el autor para adaptar la realidad social que vivieron las mujeres durante la dictadura franquista.

Su método es similar al del periodista Joe Sacco pues para relatar los hechos con la mayor precisión posible, se documenta durante un año sobre las coyunturas socio-políticas que pretende ilustrar. Además, Roca para contar esta historia, ha reconstruido los hechos a través de testimonios orales en los que, como cabe esperar, ha entrevistado a su madre y a las personas de su generación que superan los ochenta.

A su vez, el autor ha hecho uso de una amplia bibiografía de la que, desde nuestra humilde opinión, ha hecho un uso impecable, al igual que se ha nutrido de ensayos sobre la posguerra. Finalmente, ha cotejado documentación del Noticiario Cinematográ­fico Español (NO-DO), es decir, el noticiero franquista que estuvo en activo desde 1942 hasta 1981.

La trama parte de una foto familiar que data de 1946 en la playa valencia de Nazaret. Esta visión no impide que el autor retrate con sinceridad las luces y las sombras de los personajes, lo que proporciona mayor veracidad a su relato. Además, esta historia familiar refleja la carestía de recursos de una familia durante la posguerra española.

Se hace especial hincapié en la trayectoria de su madre, principal protagonista de esta obra, y de sus hermanas que tuvieron que subsistir en una época eclipsada por el nacional-catolicismo del régimen franquista y por las adversidades con las que tuvieron que lidiar en una época donde la masculinidad se había erigido como cultura dominante. En este sentido, no se puede obviar que las mujeres de la época estaban destinadas a ser amas de casa y esposas perfectas. La gran mayoría de ellas, sobre manera las que provenían de entornos empobrecidos, eran analfabetas y no contemplaban si quiera quedarse solteras porque, el tópico de la soltería, estaba casi estigmatizado siempre y cuando se tratase de una mujer.

Probablemente, las viñetas que provocan mayor emotividad son las que reflejan las dificultades que tienen los personajes para comprar bienes de primera necesidad. Por este motivo, aunque haya en algunas más texto que en otras, impactan los dibujos porque se ha explicado la lucha previa para conseguir esos alimentos. También en las que se puede percibir un clima de opresión susceptible de representar la violencia doméstica.

Su hilo conductor es brillante. Cuando abres la novela te encuentras con varias hojas en negro que tienen en los márgenes frases directas, concisas y cortas donde refleja que nuestra existencia, aun siendo nimia, está ahí.   

Su estilo de animación es reconocible, pero no es sencillo. Hay una paleta cromática bastante amplia, pero emplea unos tonos sepias que encajan con ese contexto de posguerra, pero no son los únicos. El autor también incorpora fotografías de la familia.

Es una obra de obligada lectura porque es un relato cotidiano que, aunque se focalice en la historia de su familia paterna, puede hacer que muchas personas se sientan identificadas con unos acontecimientos que tuvieron que afrontar para sobrevivir, no solo en una dictadura, sino también en el día a día.

Regreso al Edén

Cartoné, 2020, 176 pp. 18 €