Crítica: «Promenade», plataformas con encanto
Historia
Jugabilidad
Gráficos
Duración
Muy recomendable
Divertido y para todas las edades. Con claras influencias de otros juegos... y de Little Nemo
Promenade es un hermoso plataformas que se inspira en diversos productos de diversas artes, la más evidente el cómic, con esa clara referencia a Little Nemo. Desarrollado por el estudio francés Holy Cap Studios y distribuido por Red Art Games, llega hasta nosotros para sacarnos de ese bucle de triples A que suelen salir en estas fechas… y también para recordarnos que en los juegos indie hay un auténtico manantial de talento y buen hacer.
Lo tenéis ya disponible en todas las plataformas, aunque nosotros lo hemos jugado en PS5 por cortesía de Red Art Games y os adelantamos que se trata de un título para toda la familia, de jugabilididad asequible pero exigente si quieres descubrirlo todo y, lo mejor, con una sabia mezcla de géneros e inspiraciones plasmadas en unos gráficos de factura deliciosa, pintados a mano y que se balancean entre lo onírico y lo infantil.
El mundo de Nemo
Nuestro protagonista es este niño, Nemo, que está perdido en un mundo dividido en varios niveles dispuestos de manera vertical. Es decir, que para acceder a cada uno de ellos debemos hacer uso de ascensores especiales que, previamente, debemos activar recolectando un número determinado de piezas que conforman un engranaje. Cada mundo, original y variado, se compone de plataformas por las que saltar y por las que investigar bien sorteando enemigos o deshaciéndonos de ellos, o bien desentrañando sencillos puzles o completando minijuegos tipo «carreras».
Hemos caído en este mundo onírico y vertical, de colores suaves y entes algodonosos, pero no estamos solos en nuestra aventura: nuestro nuevo amigo, el pequeño Pulpo, nos ayudará a superar casi todos los obstáculos pero, eso sí, debemos aprender como. Porque solo saltando no llegaremos a muchos sitios y tendremos que usar a Pulpo para impulsarnos… entre otras cosas. Por ejemplo, con él podemos capturar enemigos (o proyectiles) y usarlos como arma arrojadiza o bien podemos usar a nuestro amiguito como gancho y acceder a lugares remotos. Es decir, que conforme vayamos desbloqueando «habilidades» iremos accediendo a nuevos lugares de cada mapa o zona.
Pocas palabras y mucha imaginación
Los protagonistas destilan buen rollo y simpatía, con reticencias al arte de Hora de Aventuras (por ejemplo, y seguimos sumando referencias) y se comunican entre ellos a través de sonidos y gestos, que aquí se habla poco y cuando se hace es a través de mensajes escritos (en castellano) en pantalla. Esa ausencia de sonidos invita a la exploración, que se vuelve deliciosa porque recorres entornos que parecen sacados de bellas ilustraciones de cuentos infantiles… igual recrean una playa, que un interminable sendero de nubes, que un templo… o el mismísimo espacio.
A este respecto decir que el juego contiene momentos en los que su jugabilidad cambia, sorprendiendo y refrescando la experiencia. Que, por solo mencionar dos cosas, podemos manejar una nave espacial o usar a nuestro prota como soporte de un improvisado Arkanoid. Pero su base, el plataformeo, está muy pulido y cuidado y con algo de práctica se volverá totalmente gratificante. Además, conforme activamos ascensores y descubrimos nuevos mapas, nuevos niveles, seguimos jugando sin perder el interés.
La variedad y la maldad
No faltan los inevitables jefes de final de fase, donde encontramos al archi-villano de la historia en muchas ocasiones y al que tendremos que vencer empleando las habilidades que, menos mal, hemos ido puliendo a base de jugar. Esos enfrentamientos son divertidos y están bien planificados consiguiendo siempre sorprender y nunca frustrar debido a unas mecánicas de combate lógicas.
Donde puede ser que sí nos frustremos será a la hora de recolectar ciertos engranajes, porque debido a lo grande que es este mundo dividido un muchos niveles verticales, es fácil perderse en él. O al menos no recordar si aquel o aquel otro engranaje es el que hemos recogido. Esto se supera con más horas de juego y familiarizándonos con el mismo, lo que quizá no satisfaga a los jugadores más impacientes. En momentos puntuales también podemos encontrarnos con escollos tipo puzle muy complicado (o que, por lo que sea, no vemos la solución) o carrera demasiado exigente. O incluso una zona difícil de superar porque hay que combinar muchos movimientos y muy rápidamente.
Dificutad adaptable
El juego te permite cambiar la dificultad de la experiencia, variándola también en aspectos como la salud (podemos seleccionar la opción de recuperarla automáticamente), o en la ayuda asistida en puzles, entre muchas otras. Esto va a gusto de cada usuario, pero es muy importante que lo hayan incluído.
Incluso hay opciones de dificultad inteligentemente integradas durante la experiencia del juego. Por ejemplo, si nos atascamos o no conseguimos algunos engranajes, podemos hacer donaciones a un museo y el pnj que allí reside nos recompensará con dichos engranajes.
El mundo de sueño (y ensueño) en el que se mueve Nemo guarda muchos secretos y sorpresas además de las mencionadas. Descubrirlas por uno mismo es lo ideal y, aunque algunas nos van a recordar a ese Super Mario, a aquel Metroid o a ese Space Invaders, hay que reconocerle su perfecta implementación.
Lo que también vamos a disfrutar y en más de una ocasión nos hará sonreir es la cantidad y variedad de personajillos que pululan por ahí. Los amistosos y los que atacan, todos son achuchables si, pero hay algunos que tienen un poquito más de «papel».
Una conclusión positiva
Se trata de un plataformas original, visualmente encantador y atractivo jugablemente. Rebosa en referencias, de las que no se esconde pero que las sabe readaptar y hacerlas suyas. Es profundo y largo y conforme juegas descubres más y más secretos que te hacen llegar más lejos y descubrir, a su vez, más posibilidades. Bucear, volar con un avión de papel, luchar contra piratas, buscar donde encaja esa pieza de puzle, recolectar objetos «preciosos»… una aventura de plataformas que gustará a los seguidores de este género y que es apto para toda la familia.
Eso sí, guarda un final exigente pero emotivo que recordarás y que te alegrará de haber pasado tantas horas dentro de este mundo vaporoso. Cuando te digan que ya no se hacen plataformas como los de antes, enseñales Promenade.