Crítica: «Predicador. Rumbo a Texas». Comienza el viaje.
Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Imprescindible
Una serie imprescindible, obligada, para cualquier lector.
La reedición de Predicador por parte de ECC me ha brindado la excusa perfecta para releer, por cuarta o quinta vez, este clásico absoluto de cómic. El que fue durante varios años piedra angular de la prestigiosa línea Vértigo y, junto a Sandman y algún otro título, lo mejor que ese maravilloso subsello DC ha generado. Lo que ya es mucho decir.
Hablar de Predicador de Garth Ennis y Steve Dillon es hablar de una de esas obras que trasciende el género. Todos sus aspectos son destacables por separado, pero al combinarlos, configuran una de las experiencias más gratas, divertidas y enriquecedoras que ofrece el llamado noveno arte. Porque si en algún caso al cómic se le puede calificar de arte… este es uno de ellos.
Predicador es una serie compuesta de 66 números (comic-book americanos, además de varios especiales donde se trata de forma individual y aislada a algunos de los personajes). En este primer tomo, titulado Rumbo a Texas, se incluyen los siete primeros números americanos, donde se plantean las bases de la historia que será desarrollada a lo largo de la colección. Nos presentan a los protagonistas principales: Jesse Custer, un predicador de la américa profunda que ha sido poseído por un ser ultrapoderoso llamado Génesis, que le otorga el Poder de la Palabra. Es decir, cuando Jesse manda algo a alguien… se obedece incluso en contra de la propia voluntad. Tulip, antigua novia de Jesse reconvertida en asesina a sueldo y, por último, Cassidy, que va a encajar en este singular trío pese al oscuro secreto que encierra y que dejará a sus compañeros estupefactos. El poder del tal Génesis es fenomenal… tanto, que ha llevado al mismísimo Dios a abandonar el cielo y darse un garbeo por la Tierra. Enterado de que el Todopoderoso está por aquí, Jesse decide partir en su busca y ajustarle las cuentas por haber abandonado su creación y permitir tantas injusticias. Pero las jerarquías celestiales no pueden permitir que Génesis también siga libre y deciden despertar al asesino a sueldo definitivo… el Santo de los Asesinos.
Durante este primer arco argumental conoceremos, en parte, los orígenes de algunos protagonistas (antentos a Caraculo!) y dará comienzo esa persecución sin descanso a la que Jesse y compañeros someten a Dios y el Santo de los Asesinos al trío protagonista. También podemos ver un esbozo de los particulares y truculentos personajes que poblarán la serie, como el padre de Caraculo o Si, el amigo de Cassidy. Un cóctel de personajes y situaciones tan bien mezclado que, pese a lo irreal de la lectura, resultan un producto único, divertido y emocionante, violento y gamberro… pero donde los valores puros como el amor, la familia o la amistad también siguen presentes y forman un fondo que une a los personajes y los relaciona a veces para bien o, a veces, para mal (o para peor).
Garth Ennis llegó a USA desde Irlanda para hacerse un nombre en este mundillo del cómic. Comenzó su particular proyecto de Predicador tras realizar un destacable trabajo en Hellblazer, también bajo el sello Vértigo, y deslumbrar a su editora, la mítica Karen Berger. Esta genial saga de Jesse y amigos tiene algún que otro bache en sus 66 números, pero el conjunto ha quedado ya como un clásico dentro de un género sin definir… a veces es un cómic terrorífico, otras parece una road-movie y casi siempre… un moderno western. Pero no queda ahí, su crítica mordaz, ácida, arremete con la iglesia, con el sueño americano, con los fascistas, los violentos, las modas… Todo esto y muchísimo más esconden los guiones de este virtuoso guionista irlandés, para quién sepa verlo, oculto con su barniz de humor y violencia.
Steve Dillon es el dibujante ideal para este Predicador, retratando los estados sureños y sus gentes de forma sobria pero precisa. A veces caricaturizando a los personajes y mezclando ese humor gráfico y esa sobriedad con una violencia explícita que se muestra sin vergüenza ni medida. A Dillon no le tiembla la mano cuando dibuja a los paletos, a los querubines… ni cuando representa una sangrienta matanza a cabo del impresionante Santo de los Asesinos. El arte Steve Dillon acompañará a Ennis durante todos los números, a excepción de momentos puntuales, pues un par de especiales serán obra de Karlos Ezquerra (pero de eso ya hablaremos cuando corresponda)
Obligada mención a las portadas. Obra de Glenn Fabry. Su dibujo hiper-realista retrata a los protagonistas con una viveza destacable. Se les puede mirar a los ojos y saber, por su expresión, qué están pensando… Es una idea aproximada a lo que contiene el cómic, pues tampoco esconde ni recorta en crudeza o violencia: lo que veas en la portada, lo encontrarás dentro, a veces multiplicado. Tal es la calidad de estas pinturas que sirven de portadas que se llegó a publicar un tomo recopilándolas todas.
Por último, destacar la edición que ECC ha comenzado, siguiendo la estela de Sandman, de Neil gaiman. Se trata de tomos que recopilan arcos argumentales completos, en edición de lujo y tapa dura. Con muy buen papel… Una edición a la altura de la obra que, quizá por pedir algo, se echa en falta la inclusión de algún artículo a modo de extra. Salvo ese detalle, no falta nada, pues todas las portadas de Glenn Fabry están también incluidas.
Es una oportunidad única (y obligada si aun no conoces la obra) para que el lector consiga uno de los cómics más grandes que jamás se hayan publicado y recorra gran parte de la américa profunda acompañando al irreverente pastor más carismático que pueda imaginar y, ya de paso, conocer un asombroso número de personajes que, aseguro, jamás ya olvidará.
Si algún lector nuevo decide adquirir este primer tomo, le aseguro que no podrá parar de leerlo hasta el final. Que le va a sorprender, divertir y emocionar. Pero lo más importante… esto no ha hecho más que empezar y, como veremos en la reseña del siguiente tomo… lo mejor está por venir (aunque parezca mentira)
Y Dios es testigo de ello.