Crítica: «Preciosa Oscuridad», arte en contradicción

Cuando se reúnen tres genios como Fabien Vehlmann y Kerascoët (nombre que encierra a dos fabulosos artistas: Marie Pommepuy y Sebastien Cosset) solo puede resultar una gran obra. Es algo natural. Pero cuando se ponen todos los sentidos y todas las fuerzas en la elaboración de esa obra, el resultado es algo único. Eso es Preciosa Oscuridad, un cómic único que trasciende el medio elegido para presentarlo.

Vayamos por partes y comencemos por narrar de manera superficial qué es lo que encontramos a nivel argumental…

El tomo comienza con una infantil escena de cuento de hadas en la que Aurora, la protagonista, recibe al esperado príncipe azul, que van a tomar tarta y chocolate. Pero algo empieza a caer desde el techo… algo gelatinoso que amenaza con con caer encima de ellos, obligándoles a buscar un salida. Aurora, emerge al exterior y es entonces cuando nos llevamos el primer impacto… cuando el plano se abre y contemplamos, estupefactos, que ademas de Aurora están saliendo otros personajes de cuento, todos ellos del cuerpo sin vida de una niña tumbada en el bosque.

Estos personajes arquetipos de cuentos y fantasías infantiles han quedado huérfanos y se enfrentan a un mundo exterior que desconocen. Tendrán que aprender a organizarse en jerarquías y ayudarse unos a otros… en teoría. Son personajes de carácter y mente pura y primaria y actuarán como tales, en muchas de la ocasiones optando por una excesiva crueldad a nuestro ojos. No falta el homenaje intencionado a El Señor de las Moscas, pero en lugar de niños encontramos aquí los clanes formados por variopintos seres infantiles.

Esa es una de las cosas que sorprende a cada página, ver el dibujo propio de un cuento ilustrado al servicio de la más visceral brutalidad donde los personajes, casi todos ellos, actúan de la forma más insensible y truculenta que uno pueda imaginar. Contrastes. Continuamente contrastes. El dibujo infantil se combina y se funde con una acuarela realista cuando se trata de mostrar el bosque y la niña muerta… y los estragos que el paso del tiempo somete a su cuerpo. Más contrastes entre los personajes y sus maneras de afrontar su nueva situación y sus relaciones.

Preciosa Oscuridad no te va a dejar indiferente, nunca. A menudo te sorprenderás abriendo la boca en expresión de asombro pues no es fácil procesar la información que el ojo obtiene. No terminas de aceptar la contradicción (sí, otra vez la palabra) que supone ver unos personajes infantilizados y de trazo cándido y aniñado comportándose como auténticos desalmados sádicos egoístas. Los autores saben lo que están haciendo y lo que su obra provoca en el que la lee… y se recrean y te golpean cuando menos te lo esperas y… cuando parece que está la situación en calma, te regalan un fondo de viñeta dominado por el cadáver infantil. Además, no esperes que Vehlmann y Kerascoët te cuenten lo más mínimo. Parte de su juego psicológico consiste en eso, en no explicar absolutamente nada y en abandonarte totalmente ignorante, como los personajes de la obra.

Un grandísimo cómic que juega con nosotros y que nos ofrece una historia original, sórdida y, aunque parezca contradictorio (contrastes) de una belleza gráfica fuera de toda discusión.

Gracias a Spaceman Books por recuperar este sobresaliente cómic y editarlo de la forma que se merece. Imprescindible.