Crítica: «Por un puñado de Dracmas», haciendo Historia.
Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Muy Recomendable
Humor, aventuras e historia se entremezclan en esta ópera prima repleta de talento y buen humor
Qué difícil es dar con un cómic que sepa combinar la pasión por la Historia con la acción y la aventura… y qué buenas impresiones deja la lectura de uno que lo sabe hacer. Eso es lo que pasa cuando cierras Por un puñado de dracmas, te quedas con una sensación de satisfacción por el buen rato que te ha hecho pasar. Es inevitable que vuelvas «la vista atrás» y recuerdes algunos pasajes de la obra que te pueden haber hecho sonreír, emocionarte o pensar. Porque la Historia, bien contada, no es sinónimo de plomizo o denso sino de diversión y de maravilla.
Con el cómic que nos ocupa Grafito Editorial inicia una nueva línea de cómic histórico llamada Colección Historia, bajo el lema «grandes aventuras a través de los tiempos». Y la verdad es que no podía haber comenzado mejor: la aventura de unos mercenarios en la Grecia clásica.
Proteas y Bomolokio llegan a la ciudad de Crisondion buscando fortuna. El primero, mercenario ateniense, tiene allí un tío al que acude buscando amparo y protección. Pero la ciudad padece sus propios problemas, pues un monstruoso león asola la ciudad y los alrededores por las noches, lo que provoca que una oleada de refugiados busquen seguridad tras los muros. El tirano local también hace de las suyas y la vida allí, entre una cosa y otra, no es fácil para sus habitantes. Nuestros protagonistas pronto conocerán a otro buscador de fortunas, el espartano Leotíquidas. Juntos intentarán salvar a la ciudad del acoso del león… y de algo más.
Huyendo de mitologías y ficciones, los autores se ciñen a un relato sólido y real con los pies (las sandalias) sobre la tierra, demostrando que no hace falta recurrir a esos elementos para construir una aventura interesante y poderosa ni para desarrollar una historia compleja y magnética. A través de los diversos personajes, su complejidad y sus diferencias, se nos narra una suerte de momentos que tienen el eje en la convivencia en la gran ciudad. Mostrando en el proceso la diferencia entre clases, el abuso de poder, la manipulación, etc. Demostrando que, como nos decía su autor, al final el «hombre» no ha cambiado tanto.
Sus autores. Iván García escribe y dibuja de principio a fin. Con un estilo claro y homogéneo que cuenta con trazo limpio y medido, reflejando con propiedad entornos urbanos y salvajes… para los primeros demostrando una documentación cuidada y exhaustiva y para los segundos un gusto por la ambientación muy marcado. Las escenas en la ciudad son punto y aparte, pues el detalle en interiores es admirable mientras que la atención puesta en exteriores (calles, plazas, templos) demuestra también el cuidado con el que se ha trabajado la exactitud temporal. Hábil retratista, Iván muestra gestos y expresividad en los personajes de forma intachable y coherente, sin exagerar ni caricaturizar para que la sensación realista sea acorde al clima histórico de la obra.
La narrativa visual es ágil y está usada con conocimiento adquirido por muchos años de lector activo. Las conversaciones se narran sin prisa y con planos cortos o medios para pasar a escenas de acción vertiginosas que muestran combates o persecuciones con todo lujo de detalles. Incluso, en ocasiones, se permite usar el lenguaje del cómic de manera «no convencional» como, por ejemplo, cuando los personajes pasean por una sola viñeta que representa una calle y ellos aparecen en distintos lugares, sin romper dicha viñeta. Más ejemplos como este, casi experimentales, hubieran sido bienvenidos, pero tiempo al tiempo…
Porque Iván García es casi un novato en esto de hacer cómics. Por increíble que parezca dada la calidad de Por un puñado de dracmas, esta es su primera obra como autor completo… y la segunda de toda su carrera. Un dato que causa vértigo y un poco de ansiedad, si te paras a pensar en lo que tiene este autor aun por ofrecer. Y si hasta ahora hemos sido sorprendidos por un guión excelente y un dibujo memorable, el color no desmerece.
Para el acabado a color se ha contado con Ruth O’Leary, la rockera artista que ha decidido dejarnos también con la boca abierta. El colorido mundo griego que aquí disfrutamos está dominado por tonos ocres y arcillosos, reflejo de una época en la que los metales (no decir ya plásticos u otros materiales) casi ni existían ni se trabajaban para la construcción o los utensilios cotidianos. Por esto la coherencia cromática es la ideal para que su composición aporte aun más sensación de realismo. En los exteriores encontramos una luz muy nuestra, siendo Grecia un país mediterraneo. Y en las escenas nocturnas o interiores la luz y los colores cambian para ajustarse con igual realismo a cada escena.
Pocos aspectos negativos le puedo encontrar a una obra que tiene un acabado tan profesional como personal, en el que hay depositado verdadera pasión y cariño. Quizá ese aspecto rompedor o individual que da la trayectoria y el tiempo a todo autor… quizá. Lo cierto es que esta obra desborda talento. En Grafito Editorial han acertado de pleno decidiendo publicarla a un tamaño mayor al habitual, tamaño «europeo» podríamos decir. La calidad de la edición acompaña a lo que esta contiene y le aporta ese plus que merece.
Os invito a que os acerquéis a la Historia a través de esta obra. No solo vais a pasar buenos ratos con su lectura sino que vais a ser testigos del nacimiento (editorial) de un gran artista. La propia Historia lo atestiguará.
- Por un puñado de dracmas. Grafito Editorial
- rústica. 136 pp. color. 20,00 €