Crítica: «Pokémon Espada/Escudo» para Nintendo Switch
Resumen de la Crítica
Valoración
Parece que en Game Freak se han dado cuenta de que toca ir evolucionando. Aún y con pequeños defectos, Pokémon Espada y Escudo son títulos sobre los que construir de cara al futuro.
Bienvenidos a la región de Galar. Bienvenidos a la Nintendo Switch. Ha llegado a la consola más versátil del mercado, el nuevo título de la franquicia Pokémon: Espada/Escudo.
La octava generación de estos “monstruos de bolsillo” es digna sucesora de Luna y Sol, pero cuenta con un importante lavado de cara, no sólo estético, sino en lo que a mecánicas de juego se refiere.
Pero si algo posee este título es encanto. Ya sea capturando a viejos conocidos y a nuevas criaturas de esta región, combatiendo en épicas batallas con líderes de gimnasio, explorando el área silvestre o, simplemente, cocinando curry para nuestro equipo de amigos. Este es el auténtico espíritu Pokémon. Preparaos para dinamaxizar a vuestras criaturas, para las incursiones y el modo cooperativo.
Crea tu personaje, coge tus pokéballs y conviértete en el campeón de la liga de Galar.
Alguno de vosotros estará diciendo “bueno, pero esta no es la primera vez que Pokémon llega a Switch”. Es cierto, no hace demasiado, pudimos disfrutar de Let’s Go Pikachu y Let’s Go Eevee, pero ¿sabéis qué? Nada que ver.
Aquellos dos cartuchos eran un gran homenaje a los primeros títulos de la saga e incluso al anime. Pero no aprovechaban la potencia y la jugabilidad de la Switch.
Con Espada y Escudo, los chicos de Game Freak, se han puesto las pilas. Al fin. Y es que Pokémon necesitaba adaptarse (al menos un poco) a los tiempos que corren, sin perder su esencia, claro.
Y lo han conseguido. La mecánica del juego, en principio, es la de siempre. Somos un entrenador Pokémon casi recién llegado (siempre con nuestra madre, cuya apariencia también varía en función de nuestro avatar) a una nueva región y dispuesto a emprender su aventura iniciática. Toca recorrer los pueblos y ciudades de Galar, capturando criaturas, luchando en gimnasios y poco a poco, implicándonos en una trama algo más profunda.
Pero hablemos de estos tres elementos. Comencemos por el apartado gráfico al referirnos a esos pueblos y ciudades que conforman la ruta a seguir en Espada y Escudo. Pueblo Par, Ciudad pistón, Ciudad Artejo… son una barbaridad. Para cualquier Pokémaniaco.
Se siente la inmensidad de estos lugares. Ya no parecen cuatro calles mal puestas. Y ya no parecen todos iguales. Cada ciudad tiene su estilo, su identidad, su personalidad, su arquitectura, su forma de vida… las hay industriales, portuarias, de montaña… y todas ellas con un innegable toque británico (Galar se asemeja y hace referencia a localizaciones reales del Reino Unido) y casi siempre erigidas en torno al gimnasio Pokémon, convertido ahora en un impresionante estadio.
Si nos centramos en los criaturas, podemos hablar de la desilusión de muchos fans al haberse incluido tan solo 400 de ellas. No sólo eso, cuando se anunció que la tradicional característica por la cual podíamos transferir a nuestras queridas criaturas de generaciones anteriores, no estaría disponible hasta principios de 2020, mucho jugón pensó en prenderle fuego a las oficinas de Game Freak. ¿quiere eso decir que no podré transferir a mi Charizard, “Aliento alioli” a la nueva generación? Ni mucho menos. Tranquilos, porque dentro de nada llega la aplicación Pokémon Home para que podamos transferir a nuestros amiguitos desde el móvil, ya procedan de otros cartuchos anteriores, de otros títulos, como Colosseum o puede que del mismísimo Pokémon Go.
Pero vamos a la chicha de los nuevos monstruos de bolsillo. Porque hay que decir, que los diseños de las nuevas especies son formidables y de lo más creativo. Sin ir más lejos, tenemos tres starters geniales, Grookey, Scorbunny y Sobble, tipos planta, fuego y agua, para no variar. Pero lo chulo es que sus formas finales, Rillaboom, Cinderace e Inteleon, bien recuerdan a un batería, un futbolista y un misterioso agente internacional, al más puro estilo de Ringo Starr, Beckham o James Bond. British total, vamos.
También cabe destacar que el juego posee variantes regionales de algunas especies, variocolor e incluso versiones shiny, para los más pokecolectores, así como introduce nuevas combinaciones de tipos, lo cual aporta una gran variedad a los combates y nos obliga a reestructurar nuestro equipo.
Más cuestiones sobre los nuevos Pokémon y su captura. El área silvestre. Esta es quizás la principal novedad dentro de la franquicia y la que ha permitido que por vez primera, desde los 14 años y desde Pokémon Rojo, yo haya vuelto a sentir la llamada de la aventura y la pasión por lo desconocido. ¿Qué es el área silvestre? Pues mayormente un gigantesco parque que ocupa la zona central de Galar y al cual podemos acceder desde el principio del juego.
Dentro de este área podemos jugar a Pokémon como si de un sandbox se tratase. No estamos limitados por la narrativa. Podemos ir donde queramos y hacer lo que queramos. ¡incluso podemos mover la cámara a nuestro antojo! Algo que nunca había ocurrido en la saga. Recorrer el área silvestre es sin duda una experiencia novedosa. Hay que estar atentos al parte climático, pues según la zona, puede estar lloviendo, granizando, hacer sol… y en función de eso podemos encontrar muy diversos Pokémon de prácticamente cualquier nivel.
Como en otros RPG, es una sensación apabullante el darse de bruces de repente con un enorme Snorlax de nivel 40, tan poderoso que no podemos enfrentarnos a él o cazarlo siquiera, o con un Gyarados nadando junto a nosotros en el río y tener que salir por patas o perder todo lo que amas. Y es que esa es otra de las cosas preciosas de este cartucho. Anteriormente, al entrar en las zonas de hierba alta, los pokémon salvajes, simplemente, surgían. Ahora, los vemos. Los vemos pulular por allí, a sus anchas, los vemos alertarse ante nuestra presencia e incluso perseguirnos a la carrera. Uno se siente un verdadero explorador en este mundo abierto en el cual podemos incluso acampar con nuestros amigos de bolsillo, jugar con ellos para estrechar lazos de amistad e incluso cocinar para ellos con bayas y otros ingredientes que vamos obteniendo por el camino, creando nuevas recetas de curry, comida típica de la región, para completar nuestra curridex.
Y de algún modo, el área silvestre está vinculada a nuestro desarrollo como entrenador en la liga Pokémon. ¿por qué? Pues porque como ya digo, en ella, desde el inicio del juego nos aparecerán criaturas de los más diversos niveles, pero dependerá de nuestra pericia como entrenador que vayamos ganando medallas, pues con cada nueva medalla, nos permiten capturar Pokémon de hasta un cierto nivel.
Dicho lo cual… hablemos de los gimnasios. Hace tiempo que no los veíamos. En la última generación, Sol y Luna, habían desaparecido en pos de completar el recorrido insular, donde los kahuna de cada isla nos planteaban una serie de retos para ir avanzando. En Espada y Escudo, recuperamos la dinámica de los gimnasios, pero no dejamos de lado esos retos, pues antes de enfrentarnos a cada líder, habremos de resolver también un mini-juego, ya sea recorrer un laberinto, descifrar un puzzle o vencer en una prueba de habilidad. Todo ello para después… entrar por la puerta grande de un colosal estadio, cuyas gradas están repletas de aficionados enfervorecidos y ávidos por ver nuestro combate final con el líder. Líderes, que por cierto varían según el título, pues los gimnasios de tipo roca y lucha sólo aparecen en Espada y son sustituidos por fantasma y hielo en Escudo.
Especial mención a cómo evoluciona la melodía de estos combates, que acaba con cánticos del público que te motivan a saco. Cada una de estas batallas ha vuelto a ser épica y, aunque según avanzamos, las dinámicas de combate puedan resultar algo repetitivas, dada la personalidad y Pokémon de cada rival, la tensión nunca desaparece. Como curiosidad, hay que decir que resulta muy halagador, el que, según vamos avanzando en la liga, los ciudadanos de Galar nos reconozcan y nos alaben por el camino. Se hable de nosotros en la tele, se televisen nuestros combates…
Otro factor novedoso y crucial en esta generación es la dinamaxización. La alternativa de Espada y Escudo a la megaevolición o al Poder Z. Esto es, el poder convertir a nuestro Pokémon en poco menos que un Kaiju. ¿Cuándo podemos disfrutar de este fenómeno? Pues en combates de gimnasio, donde es necesaria para vencer al líder, por ejemplo. Dinamaxizar a nuestro amiguito permite que su poder se incremente exponencialmente durante tres turnos, tras los cuales vuelve a la normalidad. También vemos esto en el área silvestre, en la cual existen nidos Pokémon a los que podemos acudir con amigos online a modo de incursión, como si de Pokémon Go se tratase, para vencer entre todos a un Pokémon dinamax y capturarlo. Hay además, una variante de esto llamado gigamax, en la cual algunas criaturas no sólo crecen, sino que se transforman aún más, como ocurre con Meaowth, Pikachu o Eevee.
Y todo esto resulta visualmente impactante gracias al trabajado apartado gráfico del juego (que además se aprecia maravillosamente al jugar en modo televisor. Para quienes venimos de disfrutar de RPGs en la PS4 por ejemplo, puede que todo nos resulte un poco limitado al principio. Pero pronto descubriremos las maravillas de Galar, lo colorido y variopinto de sus entornos y lo fantásticamente bien que están reflejados y animados los personajes, humanos y pokémon. Pese a no llegar a cotas de calidad como las de un Zelda Breath of Wild, nunca la franquicia había sido tan dinámica. No sólo eso, sino que se ha trabajado mucho también el UI, es decir, la interfaz del usuario. Los menús, la ubicación de los mismos, totalmente customizable, los accesos directos, los iconos… limpio, sencillo y muy eficaz. Da gusto. Y se nota, por ejemplo, sin ir muy lejos, si jugamos al Let’s Go Pikachu, también de la Switch, donde los menús, las animaciones antes de y durante cada combate, etc, estaban acartonadas. Espada y Escudo, sin embargo, sacan todo el partido a la consola para la cual han sido creados. Amén de haber trabajado aspectos anquilosados de la franquicia propios de los 90. Cuando un Pokémon por ejemplo sube 8 niveles de golpe no tienes que tragarte el mensajito de “Caterpie ha subido al nivel 2” y luego “caterpie ha subido al nivel 3” y así sucesivamente. Ahora por fin, te dicen “Caterpie ha subido al nivel 8”. Punto. O si quieres viajar de un punto a otro del mapa, no te tienes que tragar animaciones cansinas (en Sol y luna por ejemplo veíamos cómo llamábamos a un charizard, nos recogía y nos dejaba de nuevo… ). También podemos gestionar nuestras cajas de forma remota sin acceder al PC en el Centro Pokémon. Hay autosalvado… no sé, cositas propias de los tiempos que corren. Ah, y volvemos a tener bici, más manejable y veloz que nunca. Otra curiosidad es cómo se reparte la experiencia de nuestros pokémon. Ya en la generación anterior se nos entregaba un “repartir experiencia” al principio del juego para que todo nuestro equipo ganase puntos de forma equilibrada, combatiesen o no. Ahora, esto ocurre de modo natural e incluso se da experiencia al capturar Pokémon salvajes. Otro modo de que tus criaturas sumen puntos es enviándolos desde un centro Pokémon a realizar poke-encargos, minimisiones que pueden durar hasta 24 horas a las que envías a tus colegas para ayudar a otros.
Así que ya lo veis, aunque nos aferremos a los juegos de anteriores generaciones y pensemos que si algo no está roto, para qué arreglarlo, parece que en Game Freak se han dado cuenta de que toca ir evolucionando, nunca mejor dicho.
Pokémon Espada y Escudo son títulos que vuelven a despertar la llama en los fans de toda la vida, son un gran comienzo para quien se inicie en el pokemundo, pero sobretodo, es una formidable y sólida base sobre la que construir de cara al futuro. Hazte con todos!!