Crítica: «Pierre Nodoyuna y Patán», una gran broma animada
Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Bueno
Un trabajo menor de Ennis que tiene como único gancho lo singular de sus personajes
Aquí los llamábamos Los Autos Locos. Esas carreras absurdas en las que competían una serie de participantes peculiares que, si entras en cierta franja de edad, recuerdas seguro: la bella Penélope Glamour, los Hermanos Macana en el Rocomóvil, el Espantomóvil, el Super-convertible, el Chatarra Especial, el Alambique Veloz… Que recuerdos. Y entre todos ellos el garbanzo negro, Pierre Nodoyuna, el malvado de turno tan despiadado como torpe acompañado de Patán, el perro Risitas, esa bola de pelo pulgosa que más que ayudar se mofaba de los tropiezos de su jefe. Esta extraña pareja puede ser la que más se recuerde precisamente por su carácter negativo: eran la salsa de aquellos dibujos animados que amenizaban nuestras tardes de infancia (cuando no había toros). Por eso, cuando en DC Comics dedicaron una linea de publicación a los personajes de Hanna-Barbera, reinventados… ¿cómo se iban a olvidar de Pierre Nodoyuna y Patán el perro risitas?
Los Autos Locos, o Wacky Races en el original, gozaron de serie propia, pero la protagonizada por estos dos impresentables tampoco se hizo esperar. Y si vamos a narrar aventuras de estos dos gamberros, que mejor que dejarlo en manos de uno de los guionistas más provocadores y canallas del cómic: Garth Ennis. La combinación prometía ser explosiva y divertida, lástima que solo lo sea a veces. Vamos a contaros nuestra opinión.
ECC Ediciones publica en tomo único la serie compuesta por seis números americanos, en formato idéntico al resto de series de este «universo» (León Melquiades, Picapiedra…) Garth Ennis en los textos y Mauricet a los dibujos nos cuentan como se crearon estos dos seres en una aventura que recuerda algunas de las comedias de espías clásicas del cine.
Dos expertos pilotos del ejército americano sufren los efectos secundarios de una… extraña bomba. Los transforma en personajes de dibujos animados y cambia las leyes naturales de todo aquello que entra en su radio de acción. Un país llamado Improbablistán, una bomba que tiene un componente conocido como Inestablium… son solo el comienzo de esta historia que llevará a nuestros protagonistas a buscar una manera de regresar a su estado anterior, porque convertirse en personaje de animación no es precisamente divertido. El problema llega cuando los efectos de la bomba afectan a personalidades y dirigentes… y todo se vuelve una locura.
Referencias a traición que nos hacen reír y situaciones absurdas que nos mantienen en un estado permanente de diversión. Esas son las bazas más importantes de este cómic que flojea en su historia, pues nunca consigue terminar de atraparte debido a lo continuo del absurdo y el permanente estado de incongruencia demencial que tiene el cómic de principio a fin. Es una gran broma que se sirve de estos personajes reinventados y que, salvo en momentos puntuales, no logra hacernos conectar con ellos.
Ennis está en piloto automático y las bromas y chistes salen solos, con tantos personajes cambiantes y la contrariedad permanente en la que viven. La historia puede ser en ocasiones dramática, atrapados como están los protagonistas en su nuevo «estado» que les aleja de su vida real con sus seres queridos. La fuerza de ese drama se diluye en el absurdo absoluto que es el argumento mismo de la obra y que nos impide detenernos un momento en tramas mínimamente serias. No hubiera estado de más hacerlo, sacrificar el frenético devenir de situaciones y frenar el paroxismo de tanto disparate para construir algo más profundo. Un contraste que se echa de menos y que a Ennis no se le da nada mal.
A Mauricet lo conocemos por Harley Quinn y está a la altura de su trayectoria en la editorial. Se amolda a la broma y retrata personajes de animación con un estilo familiar a lo Hanna-Barbera, mezclados en el entorno real y más elaborado que domina el aspecto del cómic. Su dibujo limpio y claro es también muy adecuado al tono de la obra y poco se le puede reprochar.
Pierre Nodoyuna y Patán es un cómic divertido y disfrutable pero se encuentra a mucha distancia de otras obras de este sello, como puede ser Los Picapiedra. Como obra de Garth Ennis no está desde luego entre las mejores, pero es que hablamos de un escritor que se marcó El Predicador y por ello siempre esperamos algo más de su trabajo. Aun así, la broma que se marcan con esta serie es altamente entretenida y llevará a sonreír con tanto personaje referencial y tanto cachondeo. Una historia que no para y no se detiene un segundo y que poco aporta si no es un rato de diversión… que no es poco.
- Pierre Nodoyuna y Patán. ECC Ediciones
- edición original. Dastardly & Muttley núms. 1 a 6 USA. DC Comics
- cartoné. 160 pp. color. 16,95 €