Crítica: «Phoenix Point. Behemoth Edition», una maravilla por turnos.
Historia
Jugabilidad
Gráficos
Duración
Muy Recomendable
Acción por turnos, estrategia, buena historia y 100% personalizable. Una gran apuesta.
Los creadores de una de las sagas más queridas de los juegos de estrategia y combate por turnos, el XCOM, decidieron hace un tiempo desligarse de la misma… pero solo de nombre. Así, Snapshot Games se lanzó de lleno a la producción de una nueva franquicia que mantuviera ese sistema de juego tan característico y ese tono futurista tan identificable. El resultado llegó hace un par de años y fue muy bien acogido en PC, pues bajo el nombre de Phoenix Point, supo atraer a esa legión de fieles jugadores. Las críticas fueron unánimes y el título siguió vivo gracias a sus pertinentes ampliaciones y añadidos descargables… y ahora vuelve a estar de moda por su llegada a las consolas (Xbox One y PS4) en una versión completa, con todos las cuatro expansiones incluidas, bajo el nombre de Phoenix Point Behemoth Edition.
Gracias a Koch Media hemos podido jugar a este tan completo y complejo como divertido título, dedicándole horas para defender nuestra Tierra de una amenaza mutante y monstruosa. Moviéndonos y disparando por turnos, pero disfrutándolo a tiempo completo. Os contamos todo (lo que se puede contar) de esta maravilla y os adelantamos que, si ya disfrutabais con los XCOM, este mantiene su esencia yendo, incluso, un paso más allá.
No te saltes el tutorial
No queremos asustar a nadie, pero hay que empezar diciendo que Phoenix Point es un juego complejo y profundo. Divertido, sí… siempre, pero con tantas posibilidades y opciones que durante las primeras horas tendremos que dedicarle mucha atención. Es lo que pasa con los grandes títulos, que requieren un período para familiarizarse con sus mecánicas y dominarlas y, una vez superado ese escalón, la diversión es increíble. Por eso insistimos: no os saltéis el tutorial ni eliminéis los textos explicativos. Tiene tantas opciones y posibilidades que será fácil perdernos u olvidarnos de alguna mecánica, algún detalle.
Luego lo explicaremos con más detenimiento, pero ahora, si esto no te ha echado para atrás, si eres de los que disfrutan con estos retos y sabe sacarle el jugo tras ese periodo de «aprendizaje»… Enhorabuena. Sigue leyendo, porque te espera una aventura absorbente e increíble que te proporcionará un montón de horas de diversión, de emoción y de apasionante aventura que, en gran parte, la escribes tú.
El mundo ya no es lo que era
Un extraño virus se ha desatado por el planeta. Se trata del Pandoravirus. Aquellos infectados padecen mutaciones monstruosas que los convierten en seres abominables y violentos. Conforme vayamos investigando descubriremos cosas muy sorprendentes (y desagradables), pero nosotros llegamos al juego en un punto en el que los ataques de los infectados han diezmado a la población y han colapsado el mundo que conocíamos. Los países han caído y la Humanidad deposita sus esperanzas de supervivencia en un proyecto militar futurista que responde al nombre de Proyecto Fénix. A nosotros nos corresponde la responsabilidad de dirigirlo, recomponiéndolo de su destrucción. Tendremos que empezar reconstruyendo una base y reclutando soldados… y desde ahí, a la gloria.
Estamos en un punto crítico a nivel mundial. Los pandorianos (los seres mutados por ese virus) son ya una nueva raza con multitud de especies y con constantes transformaciones. Los hay de todos los colores, tamaños y habilidades. Y siguen mutando con el tiempo (mutan en tiempo real durante el juego), sorprendiéndonos con nuevas formas de ataques y de destrucción. Para qué os vamos a hacer un listado, ni siquiera parcial. Ya veréis que tendremos que dedicar recursos a investigarlos y nunca paran de crecer y cambiar. Además de los pandorianos en este nuevo mundo han proliferado distintas facciones. Tres en concreto son las más numerosas y con ellas tendremos que negociar y comerciar: Los discípulos de Anu, que son fanáticos religiosos; Nueva Jericó, que apuesta por la tecnología y la biología para combatir a los pandorianos; y Synedrion, que buscan la hermandad entre los pueblos para, a través de la paz, unirnos y combatir el enemigo común.
Y nosotros estamos ahí, siendo uno más en este juego de estrategia. Tendremos que aliarnos con algunos y, seguramente, enemistarnos con otros. Y cada decisión que tomemos afectará al mapa estratégico y geopolítico. De hecho, el mapa del juego es el planeta Tierra al completo. Un enorme mapamundi 3D por el que nos podremos mover libremente y por donde descubriremos, aquí y allá, zonas para explorar o lugares para investigar. De repente se activará una señal de socorro en los confines de Siberia y podemos ir a investigar… o un misteroso mensaje desde una isla caribeña… o una base situada en Alemania está siendo atacada y nos pide auxilio… Puede pasar de todo en cualquier lugar y nuestras decisiones tendrán consecuencias, para bien o para mal.
El mundo desde nuestra base
Como Proyecto Fénix tendremos nuestras propias bases que hay que gestionar. Crear enfermerías y lugares de descanso para nuestros soldados (que reclutamos durante la aventura), laboratorios de investigación o fábricas donde crear todo aquello que descubramos… entre otras muchas dependencias. Es imprescindible eso de buscar recursos y comida en nuestras incursiones, pero también podemos robarlas atacando alguna de las facciones de humanos, lo que nos enemistará con ellos y nos granjeará el apoyo de otros. Pero cuidado, que aquí todo tiene consecuencias, ya que aquellos con los que tengamos buenas relaciones compartirán con nosotros sus descubrimientos científicos… y eso es determinante para crear soldados mutados o exoesqueletos o mil cosas más.
Desde nuestras bases también controlamos y gestionamos a nuestros soldados, que son altamente editables, y podemos darles descanso para que no se estresen ni se agoten, además de aprovechar las enfermerías para que se curen entre misiones. Aunque en los vehículos de viaje podemos llevar hasta seis soldados (los otros pueden aprovechar para descansar), llegará un momento en el que podemos optar por ocho… o por menos de seis. Todo depende de la estrategia que queramos seguir… porque hay soldados de distinto tipo y algunos serán más eficaces con su armamento pesado, otros con sus mochilas propulsoras llegarán a sitios elevados o otros, por poner otro ejemplo, serán expertos en el combate a distancia como francotiradores. Y no solo eso, ganando puntos con cada misión, podremos mejorar la experiencia de las tropas y otorgarles nuevos ataques y acciones.
Hay muchísimas más posibilidades y opciones, pero este texto se haría eterno. Así que vamos al combate.
Luchando por turnos
Cuando aterrizamos en un punto del mapa, se despliega ante nosotros un escenario por el que nos moveremos por turnos y hasta agotar nuestros puntos de acción. Disponemos de ellos (de los PA) no solo para movernos, claro, sino también para disparar, curarnos, etc. En todo momento controlamos la cámara isométrica y en la esquina superior izquierda tenemos el objetivo a cumplir. Una vez acabado nuestro turno, será el de los enemigos… y alternativamente realizaremos nuestras acciones. Lo bueno es que podemos pasar de un soldado a otro solo pulsando un botón y solo cederemos el turno cuando se agoten todos los PA (puntos de acción) de todos nuestros efectivos… o cuando deseemos acabar nuestro turno.
Acciones como vigilar una zona y disparar automáticamente si un enemigo la atraviesa ayudan a ganar profundidad en la estrategia de la partida. Cada vez que un enemigo nuevo aparezca por primera vez, el juego desplegará una ventana informativa… y después podremos investigarlos en nuestra base para obtener nueva información. También llegará un momento en el que podemos capturar ejemplares de pandorianos y formaremos un escabroso zoologíco. Pero todo sea por la ciencia. La sorpresa nos la llevaremos cuando empiecen a irrumpir enemigos con habilidades realmente puñeteras como lanzar escupitajos venenosos, explotar al tocarnos, manejar armamento, volar, crear bioarmaduras, poseer nuestras mentes y una infinidad de cosas más que nos sorprenderán y nos obligarán a quebrarnos la cabeza para contrarrestarlos.
Como pasa en otros juegos de la saga «madre» de este, cuando disparamos la cámara se sitúa en nuestro hombro. Entonces se nos permite usar el disparo automático o el disparo libre. Este último es el más divertido e interactivo, porque nos permite apuntar a una parte del cuerpo concreta, viendo en todo momento el daño que haremos si acertamos así como las probabilidades de éxito. Los combates son divertidos y emocionantes, pero cuidado, que si algún miembro de nuestro equipo muere… lo perdemos para siempre (hay una sección en el menú de la base llamada «homenaje», donde se les recuerda como héroes y vemos todo lo que consiguieron mientras permanecieron en la lucha). Si es que no le falta detalle al juego.
En la variedad está la excelencia
Me da la impresión de que puedo seguir escribiendo sobre el juego de manera indefinida. Son tantas sus posibilidades y tan cambiante su historia, que es imposible poder retratarlo de una manera resumida y clara. Lo mejor es jugarlo, dejarse avasallar por él y caer en su mundo. Recorrer el planeta visitando zonas y asentamientos, luchando tan pronto en Brasil como en España como en Japón, ayudando a unos y traicionando a otros. Investigar contra reloj para encontrar esa arma o esa estrategia que acabe con la creciente niebla vírica de los pandorianos o temblar ante la aparición de enemigos de tamaño colosal. Utilizar nuestra nave para un combate aéreo contra un mutante volador gigante o desplegar una tanqueta. Gestionar nuestra base principal y buscar comida para que la hambruna no acabe con la población de nuestros aliados. Las posibilidades son casi infinitas.
Se trata de un juego profundo e inmenso que, además, permite cambiar el curso de la historia con nuestras acciones, lo que le dota de más profundidad y posibilidades. Por si fuera poco, los escenarios son procedurales y si repites partida porque han matado a uno de tus soldados, las cajas de materiales, los enemigos y las edificaciones también cambian.
Pocas pegas le vemos a Phoenix Point Behemoth Edition más allá de su complejidad inicial o que no te gusten los juegos de estrategia por turnos. En ambos casos, zambullirse en este juego, puede eliminar esos prejuicios y puede descubrirte una forma de entretenimiento colosal.