Crítica: «Pétalos de Reencarnación 1», talentos ocultos.

Tras el fantástico arranque de Editorial Hidra en la publicación de licencias manga con el maravilloso Dragón Busca Casa, llega ahora el nuevo título oriental de la editorial: Pétalos de Reencarnación. Otra apuesta interesante que vale la pena conocer y con la que rompe por completo con ese tono humorístico y desenfadado para acercarnos a una emocionante aventura que mezcla terror, ficción e incluso Historia. Uno de los argumentos más originales a los que nos hemos enfrentado últimamente.

En Pétalos de Reencarnación acompañamos al joven Tôya Senji, que está literalmente amargado porque no encuentra su talento. Está cansado de ver como el resto de compañeros y compañeras desarrollan algún tipo de especialidad… aquel toca el piano, aquella es una excelente escritora, esa otra dibuja muy bien… pero él no es capaz de destacar en nada. Mataría o moriría por conseguir hacer despertar su talento… y quizá tenga que hacerlo, literalmente. Un buen día llega a clase Haito Le Buffet, una joven que destaca sobremanera en el arte de la esgrima. Aunque decirlo así es un eufemismo: esta adolescente ha viajado por todo Japón enfrentándose a los mejores maestros en sus dojos, y venciéndoles fácilmente.

Al terminar las clases Tôya y Haito coinciden y se encontrarán con un terrorífico personaje que tiene, sorprendentemente, mucho que ver con la joven espadachina. Y me voy a detener aquí en la narración del argumento de este número, pues prefiero extenderme ahora en el concepto global de la serie manteniendo, eso sí, un autoimpuesto recorte en la descripción y detalle de todo lo que ofrece este manga. Vamos allá.

Imaginaos que hay personas que son capaces de despertar los talentos de vidas pasadas. Es decir, que si en otra vida has sido, por ejemplo, Einstein, tienes la capacidad de acceder al enorme ingenio y capacidad del físico alemán. Pero esto va a más: por una serie de circunstancias, puedes ser capaz de multiplicar ese talento… y acabarías convirtiéndote en el mayor genio que haya concebido la Humanidad. Ahora imagina que en vez del ejemplo con Einstein lo tenemos con Alejandro Magno, o con Espartaco. Sería maravilloso, verdad? El problema llegaría si alguna de esas personas capaces de acceder y potenciar los talentos de vidas pasadas lo hiciera con un famoso asesino en serie o con Hitler. Creo que ya os hacéis una idea de por donde va el argumento de este Pétalos de Reencarnación.

La pregunta final que os voy a dejar es ¿De qué personaje podrá obtener el talento nuestro protagonista? Si queréis saberlo, tendréis que leer este divertido y emocionante manga que es obra completa de Mikihisa Konishi, mangaka dedicado en cuerpo y alma a este oficio y que este mes de Julio publica en Japón el volumen 14 de esta obra… nos queda mucho aun por disfrutar.

La mezcla entre comedia adolescente (tiene toques de humor), shonen y terror se completa con unas pinceladas históricas gracias a los personajes reales que aparecen referenciados… desde Picasso a Miyamoto Musashi, por poner solo dos ejemplos. Breves apuntes biográficos de estas personalidades acompañan, a modo de «flash informativo», y tiene la apreciable intención de incitarnos a que investiguemos más sobre ellos. Porque aquí están retorcidos y manipulados para encajar en el fantástico (de fantasía) contexto de Pétalos de Reencarnación, exagerados y sublimados… cumpliendo su función como parte importante de la historia, pero alejándolos de su interesante realidad histórica. Por eso, sería un error buscar aquí algo de rigor biográfico y desdeñar lo apasionante que resulta tener una especie de «super grupo» formado por los talentos combinados y potenciados de tanto genio.

Eso es lo que tenemos que buscar en Pétalos de Reencarnación… una aventura fascinante que mezcla lo imposible con la aventura y el terror, que también hay. Mikihisa Konishi se encarga de que su obra sea una auténtica locura de imparable acción. Tras un inicio pausado y explicativo, necesario para ponernos en contexto de una forma mínima, nos lanza de lleno a la aventura sin paliativos y, una vez coge carrerilla, sin freno.

Este artista sabe narrar y compone unas escenas visualmente explosivas. Puede notarse cierta influencia occidental en su narrativa, incluso cinematográfica, controlando la intensidad de cada momento con su arte… tanto en determinados pasajes más relajados o explicativos como en los frenéticos y eléctricos momentos de acción. Su versatilidad ayuda a que esta obra fluya sin descanso y se nos pase volando la lectura de este primer volumen que, para más inri, tiene un final en todo lo alto. Un cliffhanger de libro, que nos invita imperiosamente a leer su continuación.

Pétalos de Resurrección es una apuesta original y brillante, excesiva en ocasiones, pero siempre interesante y absorbente. Uno de los nuevos mangas que va a pasar, directamente, a nuestras estanterías.