Crítica. «Pestilence vol.2», más allá de los zombis.

Tras los acontecimientos narrados en el primer volumen de Pestilence, en el que los miembros del Fiat Lux lograban neutralizar una epidemia zombie, han pasado seis años. Nos encontramos ahora en el año del Señor de 1353 y los últimos infectados están siendo localizados y sanados… pero no era más que un paso intermedio antes de llegar al verdadero mal. Porque el título de este segundo volumen no es casual: Una Historia sobre Satán.

La terrible plaga que zombificó a buena parte del mundo conocido era un avance, un prólogo de lo que verdaderamente se planeaba y es ahora cuando se necesita de verdad la capacidad combativa de los miembros del Fiat Lux o, al menos, de lo que queda de ellos. Porque ahora están diezmados y, en algunos casos, perseguidos… sin embargo su tarea será, de nuevo, salvar el mundo civilizado.

Frank Tieri y Oleg Okunev vuelve a construir una aventura vertical que no hace concesiones ni pausas y que se arma de acción y gore para entretener sin mayores pretensiones. Os recordamos que la idea de esta serie surgió de un guión pensado para un videojuego, por lo que este nuevo volumen encaja con esa idea tan del sector del ocio electrónico… nuevo nivel, aumento de la dificultad.

En el plano argumental no obedece a mucho más que el puro disfrute ni aspira a que su marco histórico sea importante más allá de servir de telón de fondo atractivo y original. Es por esto que el fallo, si puede llamarse así, que le vemos a este volumen es el mismo que apreciábamos en el anterior: la oportunidad desaprovechada para explorar más en personajes históricos, arquitectura, ciudades, etc. que hubieran enriquecido la obra de manera exponencial. Lo que no se puede negar es que es efectiva y ofrece un despliegue de acción que no da lugar al aburrimento.

A ello contribuye sobremanera el dibujo eléctrico y exagerado del artista ruso, cuyos trazos nos pueden recordar a Madureira y sabe interpretar el espíritu lúdico de la historia. Pone énfasis en retratar con efectismo combates y momentos precisos donde consigue lucirse y aprovecha la libertad que ofrece un cómic independiente, ajeno a censuras o líneas editoriales que encorsetan. El sexo y la violencia vuelven a ser un recurso que subraya el carácter directo de la serie.

Personajes que podían haber sido desarrollados más profundamente e incluso una versión «adulterada» del Fiat Lux, con miembros muy interesantes y prometedores, son apenas esbozados y se recurre a ellos como mero pretexto o relleno. Pasa todo tan rápido que en muchas ocasiones lamentamos que los autores no se detengan un poco más, que expliquen un poco más o que muestren con más detalle momentos o sucesos que apenas se pasa por encima de ellos o solo se mencionan.

Por eso Pestilence se convierte en una serie muy disfrutable y divertida, espectacular y visualmente atractiva… pero que abusa de atajos y corre desesperada hacia su final, preocupándose más en las formas que en el fondo… más en entretener que en narrar. Este tipo de obras deben de tener también su espacio y su público, como lo tiene el cine de evasión. Consigue su objetivo y cumple… pero a muchos se nos queda una sensación de vacío, de oportunidad perdida, sabiendo que podía dar mucho más de sí.

Puede ser que algo volvamos a saber del Fiat Lux, ya que el final deja una puerta abierta a su continuación. Cambiarán mucho las cosas en esa hipotética tercera entrega, pero guarda un as en la manga por si los autores deciden continuarla. Ojalá así sea, porque esta franquicia tiene mucho por contar.

• Pestilence vol.2. Planeta Cómic
• edición original. Pestilence: A Story of Satan 1 al 5 USA. Aftershock.
• cartoné. 136 pp. color. 14,95 €