Que una serie sea consciente de que su última tanda va a ser la última no es demasiado habitual por desgracia, pero cuando esto ocurre y lo sabe aprovechar, es una gran suerte.
Al igual que paso en la gran “Fringe”, los últimos capítulos de “Parks and Recration” nos llevan a un futuro en el que los protagonistas han evolucionado, en el 2017, pero que siguen siendo reconocibles para todos los espectadores. Esto ha permitido avanzar en muchos acontecimientos, que de manera realista no se pudieran haber producido de seguir en el presente.
La temporada, de duración más corta de lo habitual, ha estado llena de guiños a temporadas anteriores, con la reaparición de muchos personajes y gags recurrentes, y manteniendo (quizás elevando frente a la temporada anterior) el nivel de humor.
Una de las tramas más potentes e inesperadas de toda la serie se ha concentrando en los primeros capítulos de esta última temporada, con el enfrentamiento entre Ron y Leslie, siendo el resultado secuencias hilarantes que han dado momentos de televisión con mayúsculas.
Dicho lo cual (buena temporada final) y pasados ya tres meses desde su finalización, es un buen momento para valorar la serie en su conjunto.
La serie empezó en 2009, como un pseudo spin-off de “The Office” ya que, si bien no contaba con los mismos personajes, sí que tenía un estilo similar, de falso documental.
Tras una primera temporada corta, y sin demasiada chispa, la serie empezó a gustarse y a crecer, crecer y crecer, hasta convertirse en un referente de las sitcom norteamericanas de la década y una de las mejores ficciones en las últimas temporadas.
Uno de los grandes méritos que ha conseguido, ha sido la construcción de un universo propio, en el que hemos conocidos miles de detalles del municipio en el que trabajan, con personajes recurrentes en las diferentes profesiones claves.
La gran protagonista, Leslie Knope, ha sido un personajes que, si bien resulta poco creíble, no ha dejado de levantarnos simpatía e incluso admiración, ante ese optimismo y energía, que en parte se envidian. Se podría decir que ella tiene más parecido con Bob Esponja que con el ciudadano medio. La serie, además, nos ha permitido descubrir a la actriz que la interpreta, Amy Poehler, a los que no estamos familiarizados con el Saturday Night Live americano. Ella ha sido uno de los puntos fuertes de la serie y mi deseo es que sigamos viéndola en todo aquel sitio que encaje (por mi, hasta en “Juego de Tronos”).
El resto de los personajes, han sabido llevar el peso de grandes o pequeñas historias con bastante pericia, logrando que los más carismáticos aguantarán hasta el final de la serie.
En resumen, una gran serie nos dice adiós, dejándonos más de cien capítulos que disfrutar. Ojalá todas las que están por venir tuvieran un recorrido como esta.
Resumen de la Crítica
Temporada 7
Estupenda
Gran serie
