Crítica: «Parasyte 5», nuevos tipos de parásitos
Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Muy recomendable
La aventura de Shinichi se transforma en este volumen en una lucha por la supervivencia.
Miggy y Shinichi no van a pasar mucho tiempo tranquilos. Parece que alguien les espía y les sigue a todas partes. Descubrir quien es este personaje va a desembocar en una auténtica tragedia y, peor todavía, en la decisión por parte de los parásitos de acabar con nuestros protagonistas. Hemos llegado a un punto de la historia en el que los parásitos empiezan a organizarse en grupos, estableciendo jerarquías... entienden que la única forma de poder convivir con los seres humanos es pasar desapercibidos, de momento, e ir escalando en puestos de poder para, tarde o temprano, suplantarnos como raza dominante.
Al no levantar tanto alboroto, la sociedad se relaja y se olvida de los crímenes que cometieron y los Gobiernos dejan de tenerlos como amenaza prioritaria. Pero ellos permanecen ahí, planeando y moviéndose en la sombra. Solo Shinichi y Miggy pueden ser un verdadero obstáculo y por eso se convierten ahora en objetivo prioritario. De esta manera conoceremos a nuevos seres parásitos, como a Gotô, un peligroso y peculiar huésped que aloja en su cuerpo a varios de estos parásitos, aumentando exponencialmente su peligrosidad.
Este quinto tomo se desarrolla de manera lenta, ignorando casi la vida privada de Shinichi y los problemas que le provoca Miggy en su día a día. Algo que se echa de menos por los hilarantes y curiosos momentos que nos había dispensado. Hitoshi Iwaaki olvida absolutamente las repercusiones que la invasión parasitaria tiene en los Gobiernos y es absurdo pensar que de la noche a la mañana un asunto semejante deja de tener importancia, sobre todo cuando en tomos anteriores se había puesto tanto énfasis en esa línea argumental. La última mitad del volumen recupera interés y se vuelve vertiginoso, gracias a la aparición de Gotô y lo que esto supone para los protagonistas… la amenaza ya no es tan manejable como pensaban y los enemigos pueden ser tan letales que no les de tiempo ni a verlos llegar.
En este punto se agradece que Iwaaki sea capaz de seguir despistándonos y aumentando el interés de la historia con nuevas sorpresas y con promesas de que la situación solo puede ir en ascenso en cuanto a tensión. El futuro de Shinichi se presenta difícil y las opciones que tiene de sobrevivir se reducen conforme seguimos leyendo… la fusión de los dos protagonistas les convierte en un ser único, pero condenado a quedar apartado de humanos y de parásitos.
No abusar del gore ni del terror, incluyéndolos de manera controlada y puntual, ayuda a que esos momentos sean más tensos y terroríficos. Por otra parte, el haber renunciado también al humor hace que la narración sea más sobria y menos agradable. Ya no tenemos esa mezcla de géneros tan bien compensada de los primeros números, pues Iwaaki renuncia al alivio cómico, a las relaciones familiares y de pareja del protagonista, que impregnaban al manga de cierto aire de realidad y cercanía. Ahora vamos casi exclusivamente a la supervivencia de Shinichi frente a la ofensiva de parásitos y, en breve, seguramente, de humanos.
Lo que vuelve a demostrar el autor es su sobrada capacidad para narrar escenas de acción frenética, con combates y persecuciones excitantes. Los episodios iniciales son un ejemplo de contención que nos llevan directos hasta los dos episodios finales, rebosantes de emoción y a los que nos ha dirigido Iwaaki con todo e entramado anterior. Es cierto que sus dibujos no son excesivamente virtuosos, pero su manera de secuenciar esos momentos de velocidad y adrenalina es impecable.
Parasyte 5 sigue contándonos la peculiar invasión de unos seres que todavía no sabemos de donde han salido… pero que están decididos a quedarse, a cualquier precio.
- Parasyte 5. Planeta Cómic.
- rústica con solapas. b/n y color. 288 pp. 9,95 €