Crítica: Papa’s Sushiria. Conviértete en un chef de sushi

Para los lectores avezados, os habréis dado cuenta de que he copiado prácticamente el título de la reseña que hice hace unos meses de Papa’s Bakeria, y es que se trata del mismo videojuego pero adaptado a la cocina de sushi: Papa’s Sushiria.

Ambos forman parte de los juegos de Papa Louie, un chef italiano que nos ha estado enseñando cocina y cómo manejar un restaurante desde Papa Louie: When Pizzas Attack!. Desarrollados por Flipline Studios, un estudio de Cleveland, Ohio que se esmera en traernos diferentes tipos de restaurantes y nos enseñan a cómo hacer que tengan éxito.

Este juego culinario fue estrenado el pasado martes y repite toda la dinámica que ya vimos en la Bakeria, ya que dispones de un personaje y vas ganando vestuario, muebles y adornos para el restaurante, extras que te facilitan manejar más clientes, etc…

Lo original de Papa’s Sushiria es que han adaptado la forma de preparar sushi a este juego culinario, pudiendo preparar diferentes tipos, añadir muchos ingredientes, salsas y otras especias e incluso preparar también batidos para completar los pedidos.

Las dificultades a las que nos podemos enfrentar nada más empezar es que no todos estamos familiarizados con la manera de preparar sushi, por lo que nos podemos perder un poco, aunque el tutorial inicial es bastante claro en cada paso. El juego también está sólo disponible en inglés, pero es fácilmente jugable debido a que todo está muy bien designado con símbolos e imágenes de manera que no necesitemos saber qué es cada ingrediente.

Aun así, hay lugares donde nuestra pericia con el ratón será muy importante, sobretodo a la hora de cortar el rollito en trozos de tamaño parecido y en la preparación del batido, ya que para conseguir la cantidad correcta deberemos acertar con una barrita que va cambiando constantemente.

Al igual que en la Bakeria, el juego engancha mucho y va aumentando progresivamente su dificultad conforme demostramos ser más duchos a la hora de mantener nuestro restaurante. Cada vez son más los clientes que entran, te dejan menos espacio, piden recetas más complicadas, algunos los piden para llevar y otros para tomar en el restaurante…

Por otra parte, al aumentar de manera progresiva, te acostumbras a la dificultad y vas adquiriendo trucos que te permiten estar a la altura de cada desafío. No es tan complicado… pero sí exige que seas bastante ágil con el ratón. ¡Anímate!