Crítica Osamu Tezuka 09: Astro Boy vol. 3
Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Muy Recomendable
Continua esta saga imprescindible del maestro del manga Tezuka
Planeta Cómic continúa con la publicación de una de las obras más trascendentales en el mundo del cómic, especialmente en el manga, influencia para infinidad de autores y motivo de diversión para incontables generaciones. El Astro Boy de Osamu Tezuka jamás será valorado como se merece y todo elogio que se le dedique está destinado a no hacerle justicia. Junto a la candidez y bondad del personaje actúan todo tipo de secundarios de calado variopinto, mezclado con la adelantada narrativa de su autor y la sorprendente capacidad de trasmitir todo tipo de sentimientos, haciendo uso de ese estilo tan claro y sencillo, característico e imborrable del Tezuka.
Este tercer tomo no es ni de lejos tan emotivo como el anterior y se centra en contar aventuras más desenfadadas o, al menos, de un calado menos profundo o impactante. Eso no quiere decir que se convierta en un carrusel de aventuras intrascendentes, porque la intencionalidad del autor de querer siempre enviar algún tipo de mensaje sigue impregnando cada una de las historias. Para empezar, el autor debía enmendar el trágico final del tomo previo. Algo tremendamente difícil y que Tezuka solventa con maestría, con ingenio y con una inventiva adelantada a su tiempo… esta última frase se puede tomar literalmente a tenor de lo que sucede en el cómic (si lo habéis leído entenderéis la broma!)
Y una vez restablecido el orden, cuando aun no nos hemos recuperado de la pirueta genial en el argumento, nos lanza a una serie de aventuras que tienen como telón de fondo la ecología, el rechazo al diferente, las guerras, la esclavitud y el abuso… como motivo de denuncia y de lucha por parte del carismático protagonista. Valores negativos encarnados en las figuras de perturbados genios de la robótica y en sus temibles creaciones. Astro Boy y el Profesor Mostacho se enfrentan físicamente a esas amenazas, pero queda evidente que tras esa capa de superficial aventura se esconde una intencionalidad por parte del autor.
No caigamos en la trampa de pensar que ese mensaje evidente es una arenga moralizadora o vacía, simplemente expone con una sencilla ficción y una entretenida aventura una serie de problemas que llevan acompañando al Hombre desde que el mundo es mundo y de los que no nos logramos desprender. Pero no quiero asustar a nadie y necesito insistir en el carácter divertido de la obra, que puede ser disfrutada sin necesidad de estar buscando dobles lecturas… y quizá esa sea la manera correcta de leer Astro Boy.
También hay sitio para historias de menos calado pero igual de divertidas… pensad que se trata de 666 páginas (vaya número) y de todo hay. Por ejemplo no faltan los guiños al cine clásico: ¿os acordáis de la película La Mosca? Osamu Tezuka se basa en ella para crear el capítulo llamado El Gigante Gaseoso. A medias conspiración, a medias aventura y con un toque de terror. En Los Conspiradores egipcios conocemos al robot femenino Cleopatra… En Cobalt nos presenta al «hermano» de Astro Boy y en Garon conocemos al que sea, posiblemente, el enemigo más poderoso al que nuestro niño-robot se haya enfrentado. Y esto es solo la punta del iceberg de lo que contiene este tercer volumen.
Todo lo anterior entra dentro del plano más superficial, porque podemos pasarnos al apartado artístico y ahí, sin sorpresa ninguna (estamos hablando de Tezuka), vamos a asistir a unas historias narradas de manera sencilla y fluida, de manera natural. La capacidad para contar con imágenes todo tipo de situaciones, creándolas con simplicidad (que no simpleza) y consiguiendo que calen en nosotros y las entendamos de manera orgánica y sin obstáculos… es algo sobrenatural. Sobretodo cuando te sorprendes sufriendo por un personaje, riendo con las payasadas de otro o emocionándote con alguna escena dramática. Concebida en origen como un producto infantil, la serie de Astro Boy llega a trascender el papel de donde se lee y consigue implicar al lector da igual cual sea su edad.
Se publicaron poco después pasada la primera mitad del siglo XX y sigue siendo una serie (un autor) que marca diferencia y marca manera de narrar con imágenes, que hace de la sencillez una herramienta eficaz y un elemento maravilloso que convierte este arte en un idioma universal capaz de llegar a todo tipo de gente, da igual su edad o nacionalidad. Impresiona que Astro Boy, un frío robot, consiga esto. Tampoco era tan difícil si quien estaba a los mandos era un genio.
Con estos volúmenes integrales se comprende mejor como Astro Boy llega a ser el icono cultural que es. Un fenómeno de masas que en otra época no tuvo parangón en Japón y que llega a día de hoy con el mismo impacto para todo aquel que se quiera acercar. Parece imposible y algo que solo está al alcance de los verdaderos genios.
- Astro Boy vol.3. Planeta Cómic
- cartoné. 666 pp. B/N. 25 €