Crítica: «Orbitador», mirando a las estrellas.

El programa espacial fue completamente abandonado cuando el transbordador Venture desapareció en el espacio con toda su tripulación. Pero cuando dicho transbordador reaparece por sorpresa y se estrella en el ahora habitado por chabolas Centro Espacial Kennedy, los misterios se acumulan en torno a qué fue lo que sucedió. Solo un tripulante ha regresado y la nave parece estar recubierta de una sustancia similar a la piel… además, se encuentran restos de arena marciana en su tren de aterrizaje, aunque nunca estuviera en el planeta rojo. Todos estos misterios, y algunos más, obligan a reunir un grupo de expertos que intentarán darle explicación y buscar solución.

Esta es la premisa que sirve a Warren Ellis para construir un breve relato plagado de misterio, ciencia ficción (apoyada en modernas teorías) y mucha, mucha nostalgia. Se palpa en Orbitador la fascinación del autor por el espacio y la ciencia espacial, por la ciencia ficción y por la ciencia en general. Un hábil tratamiento de los personajes, cada uno destaca en su campo y se complementa con los demás al tiempo que se nos ofrecen semillas de información personal sobre todos ellos, dotándolos de un aura realista que contrasta con el marco en el que se mueven… ese misterio espacial aparentemente desentrañable y que los irá uniendo poco a poco.

Las poco más de cien páginas que tiene Orbitador no parecen suficientes para desarrollar una historia compleja e interesante, visto el ritmo narrativo que tiene el cómic últimamente… pero esto no es así. Su extensión es la justa para trasladar al papel aquello que los autores quieren contar y homenajear. Dando tumbos entre el realismo y la ficción, entre lo posible y lo irreal, siempre ayudándose en descubrimientos y tesis innovadoras y arriesgadas por lo peregrinas (pero posibles). Por ejemplo, el sistema de viaje descubierto que emplea el Venture es algo ya antiguo, nunca probado, pero fascinante, que ha hecho soñar a otras mentes atrevidas y ha sido usado en obras literarias de ciencia ficción.

Al genio inglés le acompaña una artista sobresaliente, Colleen Doran, ya conocida de sobra en la industria por sus magníficos trabajos para las principales editoriales y a la que se disfrutó en uno de los mejores títulos Vértigo, como es Sandman. Consigue dotar a la historia de un pesado clima, donde el entramado desafío a desentrañar se acompaña de una densa sensación de opresión gracias a su dibujo que, a veces, desmerece en los retratos, todo hay que decirlo. La sobriedad del color tampoco ayuda a disfrutar el dibujo, vistos los asombrosos lápices que ocupan las páginas finales a modo de bocetos… pero una obra de este género es difícil de concebir prescindiendo del color.

Ellis confiesa en el epílogo su fascinación por la ciencia espacial y su profunda decepción y tristeza por lo sucedido con el Columbia, de donde surge la idea de esta obra. Suceso que lo marcó profundamente en su vida y a cuyas víctimas dedican Orbitador. Pero no es solo un homenaje al desastre, sino una mirada al futuro de la exploración espacial, una llamada a la ilusión de nuevos descubrimientos y de futuras aventuras entre las estrellas.

ECC Ediciones reedita Orbitador como suele hacerlo con estas grandes obras, tapa dura y papel de gran calidad aliñado con extras tan suculentos como el extenso epílogo que escribe el autor, reseñas biográficas de los mismos y bocetos originales de Colleen Doran. Una magnífica ocasión para atesorar una de las obras cortas más personales y entrañables de este destacable autor.

• Orbitador. ECC Ediciones.
• Orbiter. DC Comics/Vertigo (2003)
• cartoné. 112 pp. color. 13’50 €