Crítica: «El Ocultista vol. 1». La magia llega de la mano de Dark Horse.

“El Ocultista” forma parte del Project Black Sky, un universo de superhéroes creado por Dark Horse al estilo del Universo Marvel o DC, donde varios personajes con colecciones propias tienen un universo narrativo común y donde los hechos que acontecen en cualquiera de ellas puede afectar al resto, incluyendo la posibilidad de que los personajes pudieran encontrarse. A este universo Project Black Sky también pertenecen otros cómics como “Captain Midnight”, “X”, “Ghost”, “Brain Boy” (todos ellos publicados en español gracias a la editorial Aleta), “Blackout” o “Skyman.

El Ocultista es un cómic que nos sitúa en Plymouth, New Hampshire y nos cuenta la historia de Rob Bailey, un estudiante universitario bastante soso que lleva una vida tranquila y sin sobresaltos. Además de estudiar Rob trabaja en una librería especializada en ejemplares extraños, regentada por un simpático hombrecillo, llamada «Libros raros de Elder». Su novia Valerie acaba de dejarle, le echa en cara que es un aburrido aunque en realidad le ha dejado por otro chico. En general vida de Rob es bastante triste y deprimente hasta que un día llega a la tienda un nuevo pedido de libros. Uno de ellos es un volumen bastante extraño y llama la atención de Rob (lo llama literalmente por su nombre) y es en ese momento cuando “la Espada” toma contacto con él y le escoge para ser el nuevo “Ocultista”. Rob debe lidiar ahora con el hecho de ser el nuevo portador de la Espada, un antiguo libro mágico que por alguno razón, lo ha elegido como conductor de sus hechizos. Sin embargo, esta unión entre la Espada y Rob se complica desde el primer momento, puesto que parece haber otras personas y «seres» interesados en hacerse con el arcano y valioso objeto. Rob, el nuevo Ocultista convertido en un poderoso mago, deberá luchar contra demonios, monstruos, criaturas de otras dimensiones, brujos que anhelan su poder, vampiros, espectros, y toda clase de amenazas  al mismo tiempo que trata de proteger a sus seres queridos e intenta que la Espada no lo domine.

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El creador de “El Ocultista” es Mike Richardson el mismísimo director de Dark Horse que se queda en segunda línea como editor de la colección. Sobre una idea que tenía en mente le encarga el diseño del personaje a Guy Davis (colaborador de Mike Mignola), para finalmente encomendarle el trabajo a Tim Seeley que desde el principio hizo suyo el personaje, ya que en todo este tiempo no ha pasado por las manos de ningún otro guionista. El caso de los dibujantes es diferente, el mérito se reparte entre el artista rumano Victor Drujiniu con tintas y colores de Andrew Dalhouse en el número único y la primera miniserie, y Mike Norton con colores de Allen Passalaqua en la segunda.

Este tomo 1 que presenta en España la editorial Aleta se corresponde con el tomo “The Occultist Volume 1” que publicó Dark Horse en julio de 2012, y que a su vez recopilaba el primer one shot, la primera mini serie (3 números) y uno de los episodios aparecidos en “Dark Horse Presents” (“Nightshift”). En realidad, el one shot y los tres capítulos de la primera mini serie forman un arco argumental completo, el que vendría a narrar el origen del personaje y su primera aventura iniciática en la que ya aparecen algunos de sus personajes secundarios, entre los que destaca la detective Anna Melendez. El último número incluido, el quinto, es una aventura auto-conclusiva sobre una ceremonia de baile de fin de curso entre vampiros y demonios.

Rob Baile es un joven normal, al que la Espada y sus poderes mágicos (cuyos límites de momento ni el protagonista ni nosotros conocemos) muchas veces le abruman y le superan. La historia que se narra en este tomo, es el origen y los primeros comienzos donde se nos muestran las primeras lecciones sobre lo que debe hacer con su poder y lo que no debe. En cualquier caso, a Rob le coge por sorpresa cada vez que se encuentra con un enemigo y aunque las cosas no terminan de resultar todo lo bien que uno espera, logra resolver la situación.

Realmente destacable es el diseño de los enemigos sobrenaturales y los personajes secundarios, desde los demonios que se esconden bajo un traje en el mundo de las finanzas y las corporaciones, pasando por el fantasma del señor Elder, las hechiceras etc. Sin olvidar a la madre del protagonista, una fanática religiosa que no tiene ni idea en lo que anda metido su hijo y sobre todo el personaje de la detective Melendez, con la que el protagonista mantiene un flirteo constante .

El punto más débil de “El Ocultista” es su apartado gráfico, Victor Drujiniu tiene muy buenos momentos pero en ocasiones sus dibujos parecen demasiado estáticos. Maneja bien el diseño de personajes pero le falta emoción, sobre todo en los rostros, además el cambio de entintadores tampoco ayuda mucho al trabajo de Drujiniu. Espero que con el cambio de equipo creativo en la siguiente miniserie la cosa gane puntos en este apartado.

La idea básica que quiero trasnmitir es que “El Ocultista” es una serie ligera de lectura rápida, con tono adolescente y cargada de acción, que aunque no es del todo original sí es fresca, y es precisamente esa frescura la que la hace interesante. Y aunque a veces no todo tenga sentido y exista la sensación de que a intervalos las cosas se ponen muy locas, resultado final es el de pasar un buen rato y simplemente dejarte llevar por la historia.

La edición de este tomo en rústico es muy completa y está muy cuidada. Son 136 páginas, cuesta 13,95 y contiene todas las portadas, tanto las oficiales como las alternativas (Cosa que es muy típico de Dark Horse: El One Shot inicial llegó a tener dos ediciones con portadas distintas, y en las miniseries es algo habitual en los números #1), y con bocetos y dibujos de los diseños originales de Guy Davis, por lo que además de este artista también tenemos ilustraciones de Steve Morris y Jenny Frison.