Crítica: NORTHLANDERS, El Regreso de Sven. Infierno helado.
Resumen de la Crítica
General
Guion
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
“Cuando oigas que cae un relámpago…cuando la marea suba y baje, cuando los bosques giman…cuando la tierra misma os tiemble bajo los pies…será porque han llegado los vikingos”
Obra absorbente, con grandísimos personajes y momentos en un paisaje histórico muy realista de gran valor divulgativo
Con frecuencia, en lo que al cómic se refiere, hecho el ojo al género histórico porque salvo muy escasas ocasiones, me han dado más de lo que he pedido. A parte del interés que el relato ofrece y el desarrollo de los personajes y sus interacciones, los autores son muy respetuosos y rigurosos con los usos y costumbres de las distintas épocas en función del marco histórico en que se desenvuelven. Son obras que exigen mucha dedicación, estudio y documentación, para además contar aquello que quieren dejando su marca particular. Esto me merece mucho respeto y creo que además dice mucho del matiz intelectual, ya que es algo muy personal. Además si la persona del escritor y dibujante no coincide, la sintonía entre ambos debe ser perfecta para que todo encaje: que la narración fluya, que los personajes interesen y que sean divulgativos además de entretenidos pero con el gravamen que supone respetar la Historia, que no la historia. Muchas parcelas por cubrir que exigen un máximo talento recíproco. Northlanders es precisamente eso, la unión de varios artistas con ganas de mostrar su amor por la crónica medieval en el norte de Europa con los vikingos como fuerza predominante. Sólo necesitan la oportunidad de una línea editorial que garantice su independencia para dar todo lo que tienen en mostrar su interés en estos mitos históricos. En mi caso siempre lo logran, después de terminar estas lecturas me veo obligado a investigar sobre los hechos y lugares históricos conocidos, ampliándose por tanto la experiencia de la lectura en una simbiosis perfecta de entretenimiento y conocimiento. No pocas veces me han evocado obras de este género para preocuparme sobre qué ver o no en determinados viajes al extranjero. Gracias al sello Vértigo y Northlanders conozco un poco más la historia escandinava y he de reconocer que su lectura me ha sumergido de lleno en su organización militar, política, social y religiosa gracias a un escenario muy realista con individuos de aspectos tan ricos que provocan amor y odios a partes iguales. El presente volumen recopila los diez primeros números de la serie original y se compone de dos arcos argumentales con muchas similitudes pero a su vez con varias diferencias, unidos por la dureza de la época pero separados en el tiempo.
El primero, que ocupa ocho episodios y que lleva el título del tomo presentado por ECC, El regreso de Sven, nos cuenta precisamente eso, la vuelta al mapa biológico de un tránsfuga desposeído de cualquier obligación religiosa con la misión personal de reivindicarse y enseñar a sus congéneres que hay mundo más allá de sus agujeros domésticos, autenticas prisiones espirituales que maniatan el libre albedrío que por nacimiento les corresponde cimentadas por el pánico y la superstición. Aunque disfrazada en una contienda tribal para derrocar al líder de turno impuesto gracias a la herramienta política más poderosa de toda la vida como el miedo, la historia es un canto a la libertad y a las posibilidades del hombre en labrar su propio camino en beneficio de su enriquecimiento espiritual en lugar del material y que son mas numerosas las semejanzas que las diferencias en todos ellos cuando el instinto de supervivencia se impone contra la fiebre de conquista global que afectan a todas las civilizaciones. Es la desunión de los pueblos lo que provoca su destrucción. Discurso ya repetido en historias de este corte pero que bien contadas y retratadas siguen encandilando al público. El desarrollo y voz del protagonista, Sven, está muy bien elaborado por el escritor, un Brian Wood (DMZ, Demo, X-Men) que en cuanto tiene oportunidad y estampa su personalidad como escritor deja huella. Esto es lo que tienen las obras personales y decididas de los escritores, que se encumbran. Que los superhéroes le paguen las facturas, así entre medias se puede desgañitar escribiendo lo que más les gusta. Qué bien consigue combinar la dureza y vulnerabilidad de este personaje así como la de su antagonista, el terrible Hakkar, que a su vez presenta un discurso políticamente correcto, siempre en un contexto de violencia y supervivencia como es el que nos ocupa. Al fin y al cabo se asientan en un entorno hostil ya sea por amenazas internas y externas siempre rodeado de una naturaleza letal ya sea terrenal como climatológica. Lejos de sentarnos a observar un drama teatral de intrigas políticas, que las hay, el arco estará salpicado de mucha sangre, con escenas de acción muy creíbles. Aquí es donde entra el dibujante italiano Davide Gianfelice que logra hacer creíble la escritura de Wood dotando a los principales personajes, tanto principales como secundarios de mucha fuerza y credibilidad. Y las escenas de acción espada en mano transmiten la tensión dramática necesaria con un sentido del dinamismo y movimiento muy logrado. Sí es verdad que presenta a los personajes de una manera muy cercana al ojo del lector, como si el zoom se ajustara al máximo, a veces los actores no caben en la viñetas, pero mientras lo esencial se muestre la sensación de cercanía se acrecienta, dando un resultado muy interesante. Además, buscando influencias, me recuerda mucho a Eduardo Risso en lo que respecta a los gestos y muecas de los personajes cuando se tratan en primeros planos, para pasar a Frank Miller en las escenas de acción y movimiento con elementos naturales y animales. Cuando los personajes te miran veo al argentino, cuando se dan la vuelta veo al norteamericano. Es curioso, y además esto suele coincidir en los femeninos más que en los masculinos donde esa síntesis se pierde algo más.
Si el anterior arco ocurría en 980 d.c. en Islas Orcadas, actualmente pertenecientes a Escocia, el segundo, llamado Lindisfarne (norte de Gran Bretaña), ocurre en 793 d.c. De extensión más reducida, dos episodios, la historia se concentra en el joven Edwin, hijo de germana e inglés, cuyas miras espirituales se decantan más por la de Odín que por la de Jesús de Nazaret. Es la rama vikinga la que más tira de él provocada por un dilema interno muy bien escrito y fundamentado por el guionista. Aprovechándose de una excusa histórica como es el primer monasterio atacado por los vikingos y que dio inicio a su era ocurrida en el año señalado, la historia irá al grano rápidamente contando la posición del pequeño ante un tsunami de violencia desatada que lo arrasa todo. La contundencia de la propuesta de Wood da en el clavo. No puedes sino comparecerte del pequeñajo pero a su vez aplaudir su valentía e inteligencia con una serie de giros vitales de impacto. Los dos episodios son muy certeros en cuanto al propósito inmersivo de los autores y se lee de un tirón, sin parar y con cierto asombro por el transcurso de los acontecimientos. En el dibujo contamos con el inglés Dean Ormston, quien ya dio muestras de su particular análisis en personajes infantiles en la obra Lucifer (también de Vertigo) quien narrativamente se desenvuelve muy bien, prevaleciendo sobre todo en páginas completas aprovechándose de imágenes icónicas de esa época para regalarle al lector esa escena impacto que tendrá presente cuando termine la historia.
Muy gratamente sorprendido me ha dejado este primer acercamiento a la particular manía histórica de Brian Wood, dejándome con muchas ganas de que siga dando lecciones de historia ilustrada sobre sus amigos norteños.
Northlanders nums. 1-10, Vertigo/DC Comics. Northlanders: El Regreso de Sven, ECC Ediciones. Cartoné. Color. 250 pags. PVP: 24 €. Fecha edición: Septiembre 2015.