Crítica: “NORTHLANDERS, El Asedio de París”. Trilogía sangrienta.
Resumen de la Crítica
General
Guion
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
“Por Dios todopoderoso, que bonitas son las ciudades sitiadas”
La obra analiza en tres interesantes y diferentes historias el arte de la guerra a gran escala de esta civilización, la contaminación de sus creencias por la religión occidental dominante y la invisibilidad social de sus mayores.
Nuevas aventuras sustraídas del enorme mosaico escandinavo ideado por Wood que evoca una época construida a base de hielo y sangre en un terreno basto e inhóspito dominado por la superstición y las leyendas. En anteriores volúmenes las historias principales estaban protagonizadas por personalidades de diferente condición separados en el tiempo pero conectados por la soledad que su entorno les deparaba enfrentándose a las inclemencias meteorológicas, terribles adversarios y maldiciones religiosas. En este cuarto encuentro en tapa dura con la saga volvemos a encontramos con eso y con algo más. Tres son los arcos argumentales que los autores nos presentan a lo largo de diez episodios saltándose la norma en su título ya que la historia larga no da nombre al volumen. Esta excepción se llama Metal: Las Viejas Costumbres de cinco episodios que coincide en duración con la suma de las dos siguientes, La chica del hielo de dos y por fin, El asedio de París de tres.
En la primera nombrada volvemos a reencontrarnos con ese personaje que por circunstancias se ve avocado a llevar una vida en soledad, que encontrará apoyo personal de forma involuntaria en un tercero, siempre del sexo contrario. Ocurrió en El Regreso de Sven con su protagonista de mismo nombre, en La Cruz + El Martillo, con Magnus y en La Viuda de la Plaga con Hilda. Aquí retrocedemos al año 700 en la fría Noruega donde Erik se ve desplazado por sus malas artes profesionales con ocasión de la construcción de una iglesia con motivo del avance de la cristiandad en la zona. El protagonista, contrario a la dominación católica, invocará a sus respectivos dioses para evitar que la mitología divina que ha alzado a una sociedad a lo más alto se convierta al paganismo y no al revés. Explorando de forma subyacente el poder del dinero de unos y la necesidad de este de otros, el relato pone precio a las lealtades teológicas, elevado al metal que mata de otra forma a unos altares divinos que unen cielo e infierno. Pero Erik tiene otros planes y como si de una cruzada vikinga se tratara se transformará metafóricamente en un Berserker que arrasará todo a su paso. Aliado y enamorado de una joven maltratada por la represión de las representantes femeninas de Dios en la tierra, consumará la venganza de sus dioses en un relato duro y seco que describen la colisión de las dos religiones. Dibujado por Riccardo Burchielli el viaje del joven Erik nos conducirá por frondosos bosques y lisas llanuras que le servirán como escondrijos naturales para sus golpes a modo de guerrilla de un solo hombre. Con combates y situaciones de gran violencia, la lectura gana interés a medida que Erik va madurando y cambiando su discurso en aras de alcanzar una felicidad fuera de la espada y el martillo. Destacar aquí las escenas oníricas y sobrenaturales que exageran el realismo que siempre ha ido acompañando los distintos arcos argumentales de la obra de Word, haciendo un curioso enfoque de relato histórico mágico que invita a jugar a descubrir que es físico y que es metafísico, recurso que se aleja de historias anteriores y evita así caer en la reiteración.
Islandia, alrededor de 1.240, es el escenario de La Chica del Hielo, dibujada por Becky Cloonan. Una triste historia de dos episodios donde volvemos a jugar con el concepto de soledad como clave de la acción de su protagonista, si bien con el acierto de explorar la psicología de los mayores de esta dura época y como sobreviven en entornos tan difíciles como estos. El viejo Jon vive alejado de las grandes ciudades sin nada más que hacer que cuidar su quebradiza casa y pescar para vivir. Nada más. Cuando se encuentra con el cadáver congelado de una joven en el lago helado se encontrará con una distracción y preocupación inesperados que romperá su perenne rutina a pesar del peligro que dicho encuentro supone si su descubrimiento se malinterpreta. Es una historia llena de melancolía donde los cuadros de texto son el único apoyo del lector para conocer los entresijos de la historia y el único vínculo para conocer el pasado, presente y futuro del viejo Jon, un individuo que su edad y experiencia le ha transformado en un fantasma anacrónico inservible, cuyo encuentro con un cadáver y las teorías de su muerte animarán sus monótonos días.
Terminamos con El asedio de París, quizá por su importancia histórica es el motivo que le ha optado como elección lógica para denominar así este cuarto volumen de la saga, ya que lo cierto es que estamos ante un recordado momento histórico de la capital francesa con ocasión del incesante acoso y derribo de una población vikinga ávida de nuevas conquistas en el año 885. Mads comanda el asedio de una fortificada París que le impide el paso en un acontecimiento histórico que será cantado por los legos de estos tiempos. Como no puede ser de otra manera, el punto de vista de este enfrentamiento es el nórdico y a parte de la épica inaugural lo más interesante es la caracterización de su protagonista como agente del caos que no conoce más vida que esta y que ve la paz como el verdadero enemigo. El arte de Simon Gane será el maestro que imparta las lecciones de historia gracias a su gran detalle en las herramientas bélicas de la época y las cargas de los guerreros. Con una afán claramente divulgativo (y muy interesante), el estilo del dibujante es perfecto para mostrar por fuera lo que su protagonista lleva dentro. Prácticamente caricaturesco me recuerda a Terry Moore en sucio, pero igualmente genial para mostrar las vulnerabilidades de sus personajes. Wood maneja la historia de forma muy eficaz para no caer en el hartazgo de ver página tras página el mismo combate una y otra vez. De hecho, los enfrentamientos se suceden en menos páginas que los diálogos y que los de acción menos coral, pero considero que esa cíclica alternancia convierte estos tres episodios en uno único, permitiendo intencionadamente que el cinismo, mala leche y casi locura de su protagonista, sea el hilo conductor de esta historia con picos muy cómicos, todo un rara avis de la ambiciosa saga creada por Brian Wood.
Northlanders, El asedio de París, reúne tres historias muy distintas entre sí, unidos por análisis muy interesantes de la historia vikinga como es el arte de la guerra a gran escala de esta civilización, la contaminación de sus creencias por la religión occidental dominante y la invisibilidad social de sus mayores.
Northlanders 30-39, Vertigo/DC Comics. Northlanders, El asedio de París, ECC Ediciones. Cartoné. Color. 240 pags. 23 euros. Fecha de edición: junio de 2016.