Crítica: «No es el fin del mundo». Tan distintas, tan amigas.

General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Muy recomendable
Divertida y muy refrescante. La convivencia de tres amigas mostrada con talento y humor
Sophie Bédard es una artista canadiense apasionada de los cómics que se ha propuesto usar este medio de expresión artística para comunicar sus dos pasiones: el arte gráfico y la educación sexual. No es el fin del mundo, su último trabajo en llegar a nosotros gracias a Ediciones la Cúpula, es un ejemplo impecable de esa idea y de como se puede contar una historia cotidiana con humor, naturalidad y mucha sensibilidad… sin caer en la sensiblería.
Su manera de narrar es moderna, rápida y chispeante, con personajes que se van describiendo a sí mismos a través de sus reacciones, de sus respuestas y de como afrontan las situaciones que la vida diaria les planta en el camino.
Terminar de leer este No es el fin del mundo es encontrarse con una sonrisa en los labios y una agradable sensación de haber disfrutado mucho al compartir las vivencias de tres amigas, totalmente «reales», tres jóvenes que afrontan la vida de diferentes maneras pero siempre mirando hacia adelante sin dejar que la realidad las aplaste. Vamos, que es un cómic muy realista y en el que podemos identificar cada momento leído como algo absolutamente cotidiano. Eso sí, el secreto está en como se cuenta… y ahí la autora demuestra ser una fuera de serie.

Tenemos a Lucie, Jeanne y Nana. Esta última se marchó sin decir nada de la casa que comparten y, ahora, regresa de repente sin dar explicaciones. Evidentemente, el vínculo de amistad se ha resquebrajado y Nana tendrá que volver a ganarse la confianza de sus dos amigas. Pero estas no saben que Nana guarda un secreto, un motivo, que le hace comportarse así.
Lucie es una chica menuda a la que suelen confundir por su edad con alguien mucho más joven, con los problemas que eso trae cuando no quieren servirte alcohol o te tratan con condescendencia. Algo acomplejada y todavía arrastrando una ruptura sentimental, tendrá que sobreponerse a sus inseguridades. Jeanne trabaja en una cafetería y es la «madre», responsable y madura, lo que le lleva a enfrentarse constantemente a sus amigas exigiendo esa sensatez y prudencia que a ella le sobra y a las otras les falta dada su juventud. Nana está buscando su sitio y trae en la «mochila» ese problema que tendrá que confesar a sus amigas.
He resumido muy rápido y muy mal a las tres protagonistas. Sophie Bédard apoya todo el cómic en ellas, en sus sólidas personalidades, llenas de matices y contradicciones, de miedos y de dudas… como le pasa a cualquier persona real. Y ante nosotros, al pasar de las páginas, irán cambiando, aprendiendo, madurando…

Y apoyado en estas tres fantásticas mujeres se desarrolla una historia de vida que ellas transitan, a veces arrastradas y a veces dominando la situación… pero siempre haciendo gala de un gran sentido del humor. Es un cómic real life repleto de momentos intensos pero que, no por serlo, tienen que mostrarse trágicos. De hecho, la autora huye de dramas y llantos y afronta las situaciones siempre desde un positivismo y un buen rollo encomiable.
El estilo de dibujo recuerda a un underground cartoon, focalizando viñetas y planos en los rostros o las escenas, según convenga, consiguiendo siempre transmitir una naturalidad maravillosa. Diseño de personajes sencillo, es el arte de mostrar más con menos, de expresar mucho simplificando facciones y gestos. Un estilo de dibujo que puede llamar la atención al principio por su simplicidad, pero que al entrar en su narrativa te atrapa y te convence.
Una novela gráfica maravillosa repleta de momentos intensos, divertidos y cotidianos protagonizados por tres chicas a las que acabas cogiendo verdadero cariño. Otro de esos cómics que quieres atesorar y volver a leer.
- No es el fin del mundo. Ediciones La Cúpula
- Les petits Garçons. Éditions Pow Pow.
- rústica con solapas. B/N. 256 pp. 19’90€
