Crítica: «Mother Parasite 1», terror de madre
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Inquietante y malrollero. Una serie que promete pero que incomoda.
ECC Ediciones está lanzando en nuestro idioma la obra de un autor hasta ahora (o hasta hace poco) desconocido en nuestro país: Sato Hirohisa. De él os hablamos hace unas semanas del impactante Shigahime, serie que sigue en activo por parte de la editorial, y ahora os traemos una nueva publicación, tan inquietante y malrollera que nos ha dejado desconcertados como hacía tiempo no estábamos tras leer un primer número.
Se trata de Mother Parasite. La primera escena dura apenas unas viñetas y nos llevan a un horfanato en el que está el que será el enigmático protagonista: Ryota. Inmediatamente se nos sitúa en la actualidad, unos años después, cuando Ryota está cursando secundaria y vive junto a su madre (madre de adopción) a la que vemos estresada y temerosa, cuidando hasta el mínimo detalle para no incomodar a un joven que parece no pasar una y que castiga y atormenta a la pobre mujer. Entre líneas (y entre viñetas) sabemos que hay algo oculto que se nos escapa, algo que Ryota se calla y que lo convierte en un tirano sin corazón.
Pero esto se va a potenciar hasta lo demencial cuando conozca a la madre de un compañero de clase. Kaoru es el típico joven presa del bulling y atormentado por los matones del instituto. Su madre lo sobreprotege y lo asfixia con tantos cuidados y atenciones. «Que no vayas por ahí que hay mucho tráfico y te atropellará un coche» «que te ates los cordones de los zapatos que te vas a caer» «que mastiques bien la comida». Lo que para Kaoru es un tormento de vigilancia y supervisión materna, para Ryota es puro amor maternal.
A partir de aquí se retuerce la narración y se deja entrever una enfermiza relación entre Ryota y la madre de Kaoru, que roza lo sexual. Algo de lo más turbio que nos removerá mientras leemos el manga y que se añadirá a la mencionada sensación de «algo nos está ocultando el autor, algo se nos escapa… y da grima pensar qué puede ser»
Hirohisa es un autor completo que domina la narrativa a todos los niveles. No solo sabe medir el ritmo de la historia, dosificando información o mostrándola a medias, para mantener el suspense en todo momento, sino que también sabe que teclas tocar para hacernos sentir incómodos. Un hijo tirano e insensible y una madre abnegada, otra madre que casi parece estar enamorada de su hijo y que encuentra en Ryota todo aquello que no encuentra en el suyo, problemáticas actuales como el bulling… Un cóctel que Hirohisa sabe mezclar para que resulte en una apasionante historia llena de misterios e interrogantes.
Su dibujo, detallista y realista, se ceba en rostros y expresiones para transmitir diferentes efectos. Se recrea además en momentos concretos para potenciar esa extraña sensación incómoda que trasluce el manga, como cuando refleja desnudos o escenas intensas en la relación tiránica materno-filial.
Es una obra que se centra en primeros planos, en personajes, en interiores, creando un pequeño ecosistema de cuatro personajes que interactúan de la forma más enfermiza y tóxica… y lo que podemos intuir por lo que no se muestra, pero suponemos.
Un manga que no te va a dejar indiferente y con el que el autor escapa del saborcillo a shonen que tenía su otra obra mencionada. Aquí es todo real, huyendo de seres fictícios y terror sobrenatural. Por eso es más inquietante y terrorífico, porque lo que se cuenta en estas páginas es algo retorcido y desagradable… pero real, posible.
Un protagonista que no da, para nada, buenas vibraciones ni cae bien. Es la guinda para encumbrar este Mother Parasite como una de las obras más desconcertantes e incómodas que hemos leído últimamente, pero con una factura artística y con unas perspectivas que lo convierten en una lectura absolutamente inevitable. Quizá no nos guste lo que descubramos si seguimos leyendo, pero es que este es otro tipo de terror. Y nos fascina.
- Mother Parasite 1. ECC Ediciones
- rústica con sobrecubiertas. B/N. 168 pp. 9,95€