Crítica: «Los Muertos Vivientes 24. Vida y Muerte», la filosofía de los no muertos

El tomo número 24 de Los Muertos Vivientes, titulado Vida y Muerte, recopila los números 139 a 144 de la serie original, The Walking Dead y continúa relatándonos el nuevo status quo establecido tras esa guerra total que sumió a todos y cada uno de los personajes que habitan este hediondo mundo distópico.

Kirkman se entretiene en reflejar como se organiza esta nueva sociedad, polarizada entre dos grandes asentamientos que disfrutan de un prolongado periodo de tranquilidad. Aunque esa tranquilidad no es absoluta, dado que surge una nueva amenaza encarnada en los llamados «susurrantes» y el misterio que los envuelve. Recordemos que en el tomo anterior Carl había partido tras su joven y primer amor, poniendo en peligro su vida e internándose en el territorio de estos susurrantes. Rick vuelve para organizar la recién inaugurada feria, un mercado de trueque para recuperar tradiciones perdidas de la civilización. Con su regreso se explica la misteriosa ausencia de Michonne y se produce un inquietante encuentro con Negan… pero sobretodo se desata la ira de Rick al conocer la marcha de su hijo y, como no podía ser de otra forma, se organiza una partida de búsqueda y rescate.

Y hasta aquí voy a contar. Omito las complicaciones jerárquicas que se producen de manera interna en los asentamientos, los nuevos romances y nuevos embarazos, la evolución de este primigenio embrión de nueva sociedad y, sobretodo, omito relatar el tramo final del tomo donde, una vez más, el señor Kirkman demuestra por qué está ahí. Es capaz de generar momentos de extrema tensión y construir clímax de deprimente dramatismo .

Nada falta en este tomo: guiones inteligentes, relaciones, amenazas, traiciones, revelaciones, amor y… siento decirlo, muertes. Lo que está por venir se anuncia como algo importante, distinto a todo lo visto hasta ahora y permite que esta longeva serie permanezca en lo más alto del cómic, independiente o no. Cuando parece que ya se ha contado todo lo que se podía en esta serie de zombis, el señor Kirkman se saca una idea genial de la manga, con forma de martillo, y nos golpea con él. Nos encanta, nos engancha y sí, nos aturde. Elementos de sobra para esperar cada entrega con infinitas ganas.

Charlie Adlard sigue firme en el dibujo. Tener un mismo artista que no falle número tras número dota de solidez extra al producto. Otro valor añadido es la experiencia acumulada con la serie que le permite modificar la estructura de las páginas para enfatizar según que momento mostrando lo que quiere y como quiere… una vez más camino por el peligroso sendero de los spoiler pues, para apoyar esto que digo me iría de perlas una de las escenas que ilustran el último tercio del tomo… cuando Rick contempla una multitud (siento ser tan críptico pero, cuando lo leáis, lo entenderéis).

Los Muertos Vivientes no deja de avanzar y reinventarse y, con sus 144 números, demuestra gozar de una frescura y de un impacto poco habituales en series tan dilatadas. En ese aspecto corre paralelamente a su versión televisiva y mantiene una sana competencia compartiendo situaciones y personajes… además de un éxito creciente y merecido.

• Los Muertos Vivientes 24. Vida y Muerte.
• EdiciónOriginal: The Walking Dead 139-144 USA.
• Rústica. 142 pp. 8’50 €