Crítica: «Las Caprichosas Maldiciones de Sôichi», el terror de Hermano Mayor.
Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Recomendable.
Aunque no tiene un comienzo contundente, el personaje y la historia terminan por enganchar.
Yusuke y Michina van a pasar las vacaciones de verano junto a unos familiares que viven en una pequeña ciudad de Japón. Estos les acogen con cariño y les cuidad de manera especial… pero entre los miembros de esa familia se encuentra un peculiar personaje: Sôichi. Este jovencito es realmente especial. Decir que es raro se queda corto. Huraño, solitario y rencoroso, dado a murmurar de espaldas a la gente, a meterse clavos en la boca y a soltar cualquier improperio hacia todos aquellos que no cedan a sus caprichosos deseos. Todo ser viviente es susceptible de ganarse su odio… lo que suele conllevar una correspondiente y personalizada maldición.
Los primeros que sufren estas maldiciones son sus primos llegados de la capital al principio del tomo. Sôichi siente cierta atracción hacia Michina y no acepta su rechazo, por lo que les hace pasar un verdadero infierno durante esas vacaciones de verano y, posteriormente, cada vez que vayan de visita. Compañeros de clase y profesores serán también víctimas de esas maldiciones porque, al parecer, Sôichi posee un extraño poder oscuro que le convierte en un peligroso psicópata en miniatura.
Junji Ito no sorprende con esta obra como lo hace en otras ocasiones, siendo menor la intensidad del terror y mal rollo que se encuentra en Sôichi. Al menos al principio. Al pequeño perturbado le cuesta consolidarse como amenaza de cara al lector… pero lo acaba consiguiendo. Más o menos a la mitad del tomo, encontramos una historia que nos cuenta como el tutor de Sôichi, preocupado por la actitud de este, opta por visitarle todas las tardes del verano para reforzar sus estudios y su actitud. Con el paso de las semanas, será el profesor el que cambie, no Sôichi… llegando incluso a sustituir al profesor por un doble ¡hecho de trapo! Esta oscura historia avanza a lo largo de tres capítulos aumentando progresivamente su grado de degeneración, llegando a ser escalofriante. Junji Ito incluye algo de humor, precisamente en este relato, llegando a sacarnos la risa en unos momentos poco apropiados, pues nos pilla completamente de sorpresa.
Con la llegada de la abuela es cuando reconocemos finalmente el estilo del autor y es cuando nos acaba de ganar este Sôichi. Ahora entendemos que el título no es producto del azar y en esta ocasión nos enfrentamos a un manga con las habituales dosis de terror e irracionalidad tan propias de Ito. Pero, además, contiene un elemento nuevo: el infantilismo del protagonista, capaz de llevarle a cometer las atrocidades más horribles por no poder hacer las cosas a su antojo. Es un peligroso niño mal criado con poderes para hacer el mal de forma pavorosa y arbitraria. La mayoría de las veces sentimos desprecio por este niño, pero en muchas ocasiones vamos a poder sentir compasión por su inmadurez y esa senda autodestructiva por la que él solo se esta conduciendo.
Tenemos aquí otra obra genial de Junji Ito, al que tantas veces hemos alabado guiones y dibujos. Y esta no es una excepción. La historia de Sôichi y su perturbado mundo se va construyendo con paciencia y de manera progresiva, por lo que Ito se toma más tiempo del acostumbrado en contarla. Lo que al principio es un problema, pues encontramos situaciones poco trascendentes y protagonistas genéricos, se torna al avanzar la lectura en algo más sólido y trabajado de lo habitual. Y este es solo el primer tomo, por lo que la evolución del «personaje» pinta a ser algo todavía mayor y más perturbador si cabe. Gracias a tener más tiempo para desarrollar el manga, se nos desvelan los poderes, motivaciones y pasado de Sôichi de manera lenta pero incansable. Por eso llega un momento en el que este niño ya no nos cae tan mal, porque vamos a ser capaces de entender el traumático pasado que arrastra y lo que aun no sabemos… El dibujo limpio y fino de Ito se muestra de nuevo en esta obra, permitiéndonos no perder ningún detalle en personajes y fondos y trabajándose, como siempre, la composición de página para que nos llevemos los habituales sobresaltos al girar la página. No en vano está considerado como uno de los maestros del manga de terror.
Un niño consentido y malhumorado que escupe clavos y que practica las oscuras artes arcanas. Ese es Sôichi, el protagonista de este inquietante manga, no tiene piedad de compañeros, profesores y familiares… pero tiene su corazoncito, aunque sea muy pequeño y esté algo enmohecido.
- Las Caprichosas Maldiciones de Sôichi 1. ECC Ediciones.
- rústica con solapas. 290 pp. b/n. 10,95 €