Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujos
Personajes
Historia
Edición
Imprescindible
Un gran cómic de serie negra de uno de los mejores autores del género
Planeta Cómics recopila en un solo tomo la miniserie La Escena del Crimen, una de las primeras series escritas por Ed Brubaker, dibujada por Michael Lark, donde ya mostraba este autor todo su talento y realizaba, así de primeras, una de esas historias de serie negra que van a permanecer y recordarse como referente.
El propio Brubaker narra en un completísimo artículo que se incluye aquí como fueron sus comienzos y sus piruetas para poder publicar esta serie. Información que se complementa con la introducción escrita por el mismísimo Brian Michael Bendis y donde hablan de la relación que mantenían ambos con Brian Azzarello y Greg Rucka… los cuatro pilares del cómic de serie negra norteamericano.
No deja de ser curioso conocer de primera mano las vicisitudes que llevaron a Vértigo a publicar la serie y participar del desconcierto del autor por su no continuación. Incluso en este tomo se incluyen páginas originales escritas por Brubaker, así como páginas a lápiz y su versión en tinta.
En La Escena del Crimen acompañamos al investigador privado Jack Herriman en lo que parece ser un caso común y sencillo de persona desaparecida. No tardará Jack en descubrir extrañas conexiones entre esa desaparición y una especie de secta pseudo-religiosa con oscuro pasado. La implicación de nuestro protagonista será total, arrastrado por la química que entre él y Maggie. Solo su amplio abanico de contactos y conocidos permitirá a Jack llegar hasta el fondo del misterio y descubrir la turbia y sucia verdad que allí se esconde.
Esta obra está escrita en primera persona, como los clásicos relatos de detectives y, también comparte con ellos, esa personalidad taciturna de perdedor, que busca consuelo en la barra del bar y en el fondo de los vasos. Jack Herriman tiene mucho de esto… pero también mantiene cierta distancia con el estereotipo, consiguiendo teñir al personaje de bastante originalidad. Por supuesto, su pasado turbio y sus «cuentas pendientes» revolotean su presente, recordándole quien es. Su carácter nostálgico, con ciertas dosis de autocompasión y de tristeza, no solo queda patente en los guiones… también el dibujo de Michael Lark ayuda, mostrándonos personajes de mirada ausente o en poses meditabundas. Todo aquí colabora para crear ese ambiente noir, de película, que atrapa y envuelve y engancha. Michael Lark se entinta a sí mismo en el primer número de los cuatro que componen el volumen. Para mi, lo hace de forma sobresaliente… pero él mismo no estaba contento con el resultado, pues buscaba un acabado más «europeo» y para el resto de la obra contó con las tintas de Sean Phillips. Efectivamente sus tintas le dan al dibujo un acabado más seco, más serio… pero la suavidad y la calidad en los retratos quedan algo apagados.
Personajes, historia, desarrollo, dibujos… todo en La Escena del Crimen es sobresaliente y muestra, de forma prematura, de lo que es capaz un autor que no tardó en consagrarse. Por si fuera poco, en este tomo se incluye una historia corta, que apareció originalmente en uno de esos especiales navideños publicados por Vertigo, donde volvemos a acompañar a Jack en otra de sus sencillas investigaciones. Esta vez, cargada de sentimentalismo navideño… aunque nada gratuito.
Un cómic más que recomendable para todo tipo de lectores e indispensable para los que conozcan a Brubaker por su gran etapa en capitán América y sean fans del escritor. Un escritor que cuenta sus trabajos por éxitos…
