Crítica: “Justice League: Justicia”. Gran Evento.

Nueva edición de este clasicazo de los dos mil encuadrado en la colección genérica “Grandes Novelas Gráficas del Universo DC”, que navega por las librerías a velocidad de crucero con lo mejor de la editorial desde los noventa.

Alex Ross organizó un nuevo evento lateral a las colecciones en curso permitiéndole jugar con los principales personajes en uno u otro lado de la ley deceíta al margen del handicap de la continuidad. Como si contara con un presupuesto multimillonario, consiguió ejecutar una idea muy ambiciosa con el mayor impacto visual posible. Están todos, villanos incluidos. Totalmente coral, cruzó enfrentamientos entre los héroes y sus adversarios clásicos por tierra, mar y aire. La ambición del proyecto se focaliza en la alianza de Brainiac y los principales villanos de la editorial liderados por Lex Luthor. Eso conlleva una combinación de situaciones tan global y variada en registros de acción que las posibilidades dramáticas son enormes.

Con su estilo único al que la industria le debe otorgar una clasificación artística por sí misma, los episodios se suceden con una imagen visual poderosa y detallada. En el dibujo a la Alex Ross es tan pulido su hiperrealismo que es imposible conceder a las imágenes una sensación de movimiento, son como instantáneas fotográficas de un segundo. Pero ahí está la grandeza del medio, que a pesar del estatismo del autor, si tiene pericia y talento, se le puede dar sentido narrativo, descartando cualquier atisbo de definir su obra como un compendio de ilustraciones sucesivas. En esta ocasión, el arte de Ross y la grandeza del universo de ficción más antiguo del cómic permite adentrarnos como si fuera real en combates metahumanos colosales y dramas personales exteriorizadas por expresiones gestuales auténticas.

El planteamiento es ambicioso además, no juega con los juguetes de forma superficial y gratuita a partir de una base argumental ligera. Juega con la emoción del lector para plasmar de forma verosímil la futilidad de los héroes ante una amenaza verdaderamente grave y que sus decisiones como héroes quizá tienen puntos ciegos por los que los dramas humanos se cuelan y derraman. Ross y Jim Krueguer son árbitros omniscientes señalando que quizá la justicia superheroica no sea compatible con la justicia social, aprovechándose de esto los megalómanos Luthor y Manta Negra para justificar sus actos a partir de propaganda populista y hueca. Estos conceptos están muy bien traídos en este caso.

La forma de ejecución de esta idea también es de altura ya que la utilización de otros villanos carismáticos como Enigma, Capitán Frío y Gorila Grodd a fin de culminar los planes de Brainiac para neutralizar a los adversarios es deliciosa. Combinar la mitología de los anillos de poder de Green Lantern con el simio telépata es una pasada, por ejemplo. Con todo, la imagen global en las resoluciones para neutralizar a los héroes es alucinante.

Por supuesto, la influencia cinematográfica es patente. Los clímax, que suelen tener mayor alarde artístico al usar la página completa o dos completas, tiene un impacto visual y dramático de primer nivel. El impacto queda confirmado con la combinación de líneas editoriales. Por ejemplo, la utilización de los Metal Men como recurso de protección de la JLA es una imagen tan poderosa que deja al lector con la boca abierta, la recordará para siempre.

Como cada capítulo está narrado por uno o dos personajes principales, los puntos de vista de la historia se van intercambiando pudiendo adentrarnos en las reflexiones de cada miembro respecto a los demás. Eso sumado a un buen puñado de buenos diálogos e interacciones personales totalmente humanas y creíbles, le dan a esta obra un rango muy importante dentro del catálogo de grandes obras del Universo DC.

Justicia es más que un divertimento palomitero y ligero. Gran presupuesto en lo visual y similar capacidad intelectual.

Justice 1-12, DC Comics. Grandes Novelas Gráficas del Universo DC: Justicia, ECC Ediciones. 384 páginas. Color. Cartoné. Pvp: 44,50 €.