Crítica: “Izombie. Integral» Encantamiento zombie.
Resumen de la Crítica
General
Guion
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
“Creo que las cosas nunca volverán a ser normales”
Obra independiente a cualquier vertiente referencial de los clásicos del terror y fantasía, coge lo mejor de cada bombo, los une y a ver que pasa.
Aunque la mayoría de referencias que toca no beben del actual furor nostálgico que han surgido en todo tipo de ficción en los últimos tiempos, considero que la publicación actual de esta serie es tardía. Creo que de haberse publicado poco después de su publicación original hubiera llamado más la atención y funcionaría como uno de los movimientos precursores de este actual fenómeno, sobre todo por el fondo costumbrista que se aprecia.
Sin ningún tipo de pretensión y ningún tipo de vocación reivindicadora del enlace fantasía/terror, cada episodio de la obra produce una sensación de encanto y honestidad muy notoria. Profundizar en el carácter los personajes, trasfondo y la mitología supera ese planteamiento costumbrista donde coexisten realmente vampiros, fantasmas, zombies y hombres lobo, entre otros. Lo que destaca no es la coincidencia espacial de los iconos haciendo lo que se le haya ocurrido a los autores sino que esa coincidencia surja de una idea sólida y meditada, partiendo por supuesto de presupuestos fantásticos.
Lejos de construir un relato repetitivo y redundante de los clásicos del terror de la literatura y del cine de la Universal y de la Hammer, más visto que el tebeo (y nunca mejor dicho), su valor lo encontramos en la cantidad de matices que la cosmogonía creada por los autores ha dado lugar. A través de una semilla de pura fantasía e imaginación, los autores le dan una vuelta a los crossovers de estos mitos más expuestos en la ficción audiovisual que en la de papel y dan lugar a un origen coherente y brillantemente planteado sobre la justificación de la conexión mística entre todos ellos. Con esta premisa es irrelevante que los caminos de esta historia hayan transitado por caminos de conspiración y misterio. La misma experiencia se habría producido si la cosa fuera una comedia romántica o de situación, una aventura en el espacio o una misión extradimensional. Como los cimientos son firmes, sostendrían cualquier tipo de elementos que los autores hubieran ideado.
Y si es cierto que hay una clara intención para introducir forzosamente comedia negra, las situaciones presenciadas tras los guiones de Chris Roberson no se alejarían de lo que podría ocurrir a los involucrados en la vida real. Ello a través de la gran construcción íntima de los mismos dónde nos podemos ver identificados hasta incluso de padecer alguna de las peculiaridades de los personajes. Creo que ahí es donde radica la clave de la gran satisfacción recibida tras leer Izombie.
En lo que se refiere a donde nos lleva la gran aventura de Gwendolin, una zombie inquieta y curiosa intelectualmente por su condición que choca con los moldes inquietos a falta de ese intelecto del molde arquetípico, es ligera y sorprendente a la vez. Aunque los giros y decisiones no sorprenden, puesto que al fin al cabo todo es un mejunje de cosas ya vistas, es todo tan entrañable y divertido que es imposible borrar la sonrisa de la cara en cada episodio. Y ello sin perjuicio de flipar con el hecho de que una trasunta de la novia de Frankenstein invoque a un trasunto primigenio de Lovecraft y otros tantos regalos alucinantes.
Creo que uno de los mayores valores de la obra en conjunto es la dificultad por quedarse con un personaje ideal. Por un lado, porque cada uno tiene una serie de peculiaridades personales que les dan valor por sí mismos y por otro porque estas circunstancias conceden una viva y orgánica interacción coral entre sí. Es un collage de personalidades variopintas, tanto por su concreta condición fantástica como por sus desfases temporales intrínsecos en cuanto educación y costumbres sociales, lo que provoca situaciones y contextos inesperados, cómicos y alucinantes.
La parte gráfica está cargo del gran Mike Allred en prácticamente el 90% de la serie y pocas veces vamos a encontrarnos una relación obra/artista tan acertada. Consigue que los personajes y los lectores respiren conjuntamente gracias a ese lenguaje visual corporal y en movimiento tan característico del dibujante. Esos rictus y gestos en perfecto equilibrio con lo que se dice, se hace y se piensa son ejecutados de manera soberbia, como siempre en el norteamericano. Sin ningún tipo de alarde y recargo, todo muy saneado y limpio, partiendo de las apariencias clásicas de los iconos interpretados, los diseños, contrastados por lo cotidiano y lo fantástico, entran por los ojos de forma clara y natural, como si todo fuera compatible en un contexto real. Y esta apariencia no sería la misma sin su mitad buena, Laura Allred, que gracias a su habilidad en el color consigue dar la fuerza definitiva a su trazo y dirección secuencial.
Considero Izombie una obra lateral e independiente a cualquier vertiente referencial de los clásicos del terror y fantasía que suelen agruparse en función del género en el que intervienen. Recoge lo mejor de cada bombo, los une y a experimentar, a ver que pasa, consiguiendo para mi gusto una obra entrañable, delicada y romántica, tanto hacia el soporte artístico en el que se representa, como hacia los mitos y géneros en los que se basa.
Izombie 1-28 USA, House of Mystery Annual 1-2, DC/Vertigo. Izombie Integral, ECC Ediciones. Cartoné. Color. 680 págs. Pvp: 53,50 €.