Crítica: “INJUSTICE, Año Cuatro Integral”. Crisis de Lealtades.
Resumen de la Crítica
General
Guion
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
“Soy el padre de todo del Olimpo...¡Yo no pido permiso!
Sin pretensiones ni lecciones, con humildad, seriedad y responsabilidad, Injustice es un producto de entretenimiento total, de consumo rápido y puntual, pero altamente satisfactorio.
In crescendo, la acción se desarrolla por etapas. En un primer tramo, el suspense juega el papel principal en la presentación de la historia a la vista de la reorganización general de las partes como resultado de los acontecimientos de “Año Tres”. Los viejos jugadores mueven sus fichas esperando el turno de los nuevos. Un preludio calmo inversamente proporcional a la intranquilidad venidera se atisba en el primer tercio, sólo destruido por la decisión épica de René Montoya que lo pone fin. Uno de esos secundarios de la batfamilia coronados en la grandeza por su carisma y realismo que tiene aquí su momento de gloria. La buena atención de la apreciación editorial del personaje por parte de Brian Buccellato, le permite escribir un drama personal muy coherente con la personalidad del personaje si lo contrastamos con su reflejo tradicional. Eso sí, sin perder de vista el contexto en que nos encontramos, lo que permite justificar ciertas hipérboles. Pero ya tocó fondo en “52”, que no extrañe su evolución en esta distopía.
En este punto de la historia, nada es comparable con las sorpresas y tragedias emocionales experimentadas en los dos primeros años de “Injustice”. Pero eso no es óbice para restar a “Año Cuatro” peso dramático y entretenimiento. Hay que tener en cuenta que estamos ante un producto hecho sustancialmente para impactar y para exprimir todas las posibilidades de los personajes que en la continuidad canónica son imposibles de explorar. Y sí, “Saw IV” no sorprende tanto como “Saw”, pero las estructuras formales de estas no son lo relevante ya (el giro se espera), lo que mantiene el interés es conocer que nuevo enfoque ofrece la mitología ya planteada en origen y que ha ido ampliándose cada anualidad (o secuela). Que nuevos momentos rompedores y dinamitadores se les ha ocurrido a sus autores. Lejos de imprimir una perspectiva nueva y diferente de Tom Taylor, Buccellato hace lo más inteligente, ser continuista con la labor del primero. Porque en efecto, si ya se ha analizado la sección cósmica y mágica de la editorial, no es sospechoso que la siguiente fase del videojuego gráfico le corresponda a la vertiente divina inmortal, esto es, a los panteones mitológicos. La mitología clásica contra la mitología moderna. Zeus contra Superman.
A partir de este planteamiento, los esquemas expuestos al comienzo van recogiendo sus frutos mediante una sucesión demencial de combates sin solución de continuidad y testosterona. Injustice se convierte en el “The Fast and The Furious” de la editorial, en una explosión egocéntrica de machos alpha. El foco lo orientan hacia Wonder Woman, aparcada provisionalmente en anteriores entregas. De nuevo se coloca en la pieza que más encaja en la nueva coyuntura, pero con nuevos matices que la hacen evolucionar en dos ámbitos beligerantes distintos. El material, como representante físico del panteón en contra de su propio bando; y el espiritual, el de la lucha consigo misma por su lealtad con Superman en el plan de dominación que es quebrada involuntariamente. “Crisis de Lealtades” se podría llamar este episodio.
Las sobras de los enfrentamientos las van recogiendo los promotores del evento a sus propios fines. La asociación imposible entre Ares y Batman demuestra hasta que punto las decisiones tomadas desde el principio de la serie cobran forma de manera plausible y creíble. Ese es otro de los puntos fuertes de la saga en su conjunto. No chirrió la alianza entre Superman y Sinestro. No desentonó sacar a Trigon del armario con impunidad. No puede descolocar este binomio porque Injustice permite eso, jugar con los juguetes con otras reglas, a otro nivel, en una casa más grande. La clave es no perder el juicio, que la salida de la caverna sea con responsabilidad y equilibrio, que no se rompa la satisfacción de lo nuevo con pasos alocados e inmaduros. Ni Taylor antes, ni Buccellato ahora, se dejan arrastrar por lo fácil, por lo cómodo. Hacen crecer el juego de forma seria, veraz, tangible y posible construyendo un tablero de juego a la altura de esas nuevas reglas.
El juego gráfico continúa su recorrido con nuevas fases de pura diversión. Sin pretensiones ni lecciones, con humildad, seriedad y responsabilidad para con el lector. Un producto de entretenimiento total, de consumo rápido y puntual, pero altamente satisfactorio.
Injustice: Gods Among Us: Year Four 1-12, Year Four Annual 1, DC Comics. Injustice Año Cuatro Integral. Cartoné, 304 págs. Color. Pvp: 32 €.