Crítica: “Ideafix y los Irreductibles”. El universo Astérix para los más pequeños.

Si Astérix y Obélix abarcan todo el público potencial posible, la presente obra, no. Las aventuras de Astérix son como los juegos de mesa, de 0 a 99 y porque no caben tres dígitos en el recuadro. Las aventuras de Ideafix, de 0 a 12 como mucho,…¿tampoco? No, en el fondo sin duda es para muy peques pero madre mía vaya dibujazo y que narrativa gráfica puesta a disposición de estos. Vamos, que si eres lector habitual del clásico francés de la aldea gala más famosa de la historia, pégate el homenaje. Vaya detalle y que calidad gráfica!, que currazo por seguir mimentizándose con el arte de Uderzo y que pasión desbordada por los artistas Bastide y Fenech a la hora de desarrollar gráficamente las aventuras de Ideafix y una serie de animalitos entrañables con sus particulares carismas.

Porque a lo largo de las tres historias cortas aquí presentes (según los créditos del tomito rústico, adaptan unos capítulos de la serie de televisión del mismo nombre de este cómic) se nos van presentando todos los secundarios que sucesivamente se irán colocando en paralelo con el protagonista de la serie. Ideafix se echa al lado, al fin y al cabo, lleva presente entre nosotros casi sesenta años, para dejar hablar al resto. Como cada uno tiene su propia autonomía y rasgo distintivo con independencia de la excusa argumental de rigor, son estas premisas lo que encandilará a su público objetivo. Es un slapstick, con sus características más notorias, pero para niños.

Entre estos tenemos a los perros Turbina y Devórix, la primera olvidadiza que sacará de sus casillas al resto y el segundo, el arquetipo cachas y protector, pero de gran corazón. La gata Picarina, con mal carácter pero muy inteligente, una líder nata. Y el veterano, el anciano Asmátix, un palomo herido en las guerras galas, venerado y respetado, el consejero del grupo. A partir de ahí vamos viendo mascotas en el otro bando, es decir, en las legiones romanas, con las contrapartidas antagonistas típicas. Si hay tres perros en la lado de los buenos, hay otros tres en el de los malos. Y su líder, Arcabus que si no tiene bastante con las chanzas, jugarretas y ridículos en los que se ve envuelto por sus adversarios, tiene que sufrir los chantajes emocionales de Monalisa, la caprichosa gata del gobernador de Lutecia, una diabólica mente para el mal que vuelve locos a galos y romanos. Un personaje muy jugoso, la verdad.

Quiero destacar el color sobre todo al no estar acreditado. Porque la iluminación juega un poderoso papel en las acciones en todo el pequeño álbum, habida cuenta que transcurre de día y de noche, pero sobre todo en entornos abiertos y cerrados. Máxime en esto último, y teniendo en cuenta que en esa época no se había descubierto la electricidad y que todas las iluminaciones proceden de recursos naturales, es de resaltar la gran pericia en la graduación iluminativa en distintas fases del día y en función del lugar donde se encuentra la acción y de cómo entre y salga la luz. Si hasta se preocupan de oscurecer zonas más o menos según como esté cerrada la noche. Será digital, pero dedicación le han echado.

Para recomendar a los más pequeños por adentrarse en el universo Astérix, los propios álbumes del galo se sobran por sí mismos, pero para los más pequeños, el ejemplar aquí presentado es un buen complemento a tal fin.

Idéfix et les Irreductibles. Pas de quartier pour le latin!, Les Éditions Albert René/Goscinny-Uderzo. Ideafix y los Irredictibles, ¡Abajo los romanos!, Grupo Editorial Bruño, SL/Salvat. Rústica. Color. 72 pgs. Pvp: 8,99 €.