Crítica: «Hellpoint», el Infierno está en el espacio.

Demon’s Soul marcó un camino a seguir por decenas de títulos, dando incluso nombre a un nuevo género: el Souls-like. Cradle Games y Tiny Build unieron fuerzas para lanzar a mediados del año pasado el título que hoy os traemos, Hellpoint, que más recientemente ha llegado a algunas consolas y nosotros hemos aprovechado para jugarlo gracias a la copia que los amigos de Tesura Games nos han facilitado.

Algunos jugadores tenemos, además, vocación de masoquista. Hemos recorrido los fríos pasadizos de Irid Novo, la gigantesca estación espacial donde se desarrolla el juego… hemos combatido, explorado y, sobre todo, muerto una y mil veces en este juego que bebe sin complejos de la genial franquicia de From Software y la traslada al espacio profundo, donde nadie puede oír tus gritos. Os vamos a contar nuestra experiencia sin dejarnos nada por el camino, aunque omitiremos ciertos eventos y explicaciones argumentales que suponen algunos de los aspectos más destacables del título.

En no pocas ocasiones tendremos que referirnos a la saga Souls, porque Hellpoint imita esa saga en casi todos sus aspectos y solo encontramos diferencias en su traslación a un mundo futurista y espacial. ¿Será suficiente para animarnos a jugar? Eso tendréis que decidirlo vosotros tras leer el artículo.

Argumento, Historia, Personajes…

Iniciamos nuestra aventura siendo creados, de hecho nos llaman prole, y se nos encomienda una misión de búsqueda que poco a poco se irá enredando. La narrativa de Hellpoint está cuidadamente dosificada y solo accederemos a retazos de información a través de grabaciones o escritos, diseminados aquí y allá en el enorme mapeado del juego. Como buen Souls-like, esta forma de desvelar la historia se vuelve fundamental para mantener el misterio y la opacidad sobre todo lo que nos rodea. Forma parte de la experiencia del juego que todo se muestre de manera lenta y gradual, incluso desordenada, ayudando a potenciar ese halo de agobio y opresión. Para los habituales del género no es ninguna novedad y lo único que le aleja de la saga que imita es la ambientación.

Nos hallamos en una mastodóntica estación espacial. Dividida por sectores y sub-sectores no resultará difícil perderse aunque, fiel a su género, el mapeado es laberíntico pero circular y pronto encontraremos atajos o caminos paralelos, además de poder interconectar algunos puntos distantes del mapa a través de unas «grietas»

Nuestro protagonista sin nombre se encontrará en su aventura con pocos PNJs, pero aquellos que se cruzan en nuestro camino nos aclaran algunas cuestiones que pueden quedar en el aire. Además de la historia y la narrativa «no-lineal» en el juego encontramos eventos paralelos que se suceden en momentos concretos y que explicaremos abajo, en la parte donde comentamos la jugabilidad.

Estilo de juego, Jugabilidad…

Un enorme mundo abierto se abre ante nosotros, frío, espacial y hostil. Lo que al principio parece un camino prefijado pronto se desvela como un gran mapa interconectado por el que podemos circular libremente y donde encontraremos puertas y accesos varios que, una vez conseguida la llave o la clave precisa, dará acceso a nuevas zonas. Ni que decir tiene que cada nuevo territorio albergará enemigos más complicados o retos más exigentes. Podemos decir que se trata de un semi-sandbox cuya única limitación para transitar el mapa es el nivel de nuestro personaje.

El combate es la clave en Hellpoint y dominarlo es la cuestión. No será complicado hacerse con sus mecánicas, porque son exactamente las mismas que las utilizadas en la saga Souls, es decir: ataque débil y fuerte, bloqueo con escudo, finta y utilización de armas a distancia/hechizos. Se incluye la posibilidad de saltar, imprescindible para sortear algunos lugares con reminiscencias plataformeras, aunque siendo el salto algo precario, esas zonas se convierten en una pesadilla. Esa dificultad añadida es algo muy molesto, porque bastante tenemos con no caer bajo las garras o las mazas de los enemigos como para preocuparnos en cuadrar cada salto al milímetro, pues un resbalón involuntario dará con nuestro personaje en el fondo de un foso o en los insondables límites del espacio. Por suerte, el juego centra su mecánica en los combates.

Los enemigos tienen una limitada inteligencia artificial y pronto te haces con sus golpes y rutinas, aunque algunos son especialmente complicados e incluso cambiarán sus patrones de ataque en ciertos momentos del juego. Esto hace que los combates sean divertidos y trepidantes, obligándonos a pensar cada paso y cada ataque, pues los enemigos suelen ser duros o atacar en grupo, poniéndonos en serias dificultades. No faltan los habituales Jefes de final de fase, separados del resto del mapa por una neblina amarilla a la que podemos acceder a voluntad (sí, como pasa en los Souls) Estos enemigos son por lo general algo menos complicados que en otros juegos del mismo género, que no fáciles, y permiten que avancemos con menos de frustración (y con menos intentos) de lo que suele ser habitual en un souls-like. Buenos diseños en todos los incansables contrincantes que encontramos a lo largo y ancho de Irid Novo, tanto en los enemigos habituales como en los jefes de final de fase (o sector) Mezclando unos claros toques de terror con otros futuristas e incluso mitológicos… porque las referencias estéticas del juego son múltiples y reconoceréis elementos del cine, culturales… no solo del mundo de los videojuegos.

Cada vez que acabamos con los enemigos absorbemos axiones, que también acumularemos encontrándolos y recogiéndolos por todo el mapa. Con ellos compraremos mejoras en nuestro personaje, aumentando sus atributos y habilidades e incluso invirtiéndolos para mejorar nuestras armas. Las armas y armaduras se encuentran también aquí y allá, no solo derrotando a los enemigos y lo mismo pasa con artefactos que mejoran nuestros parámetros o nos ofrecen ciertas ayudas. Como podéis imaginar, los enemigos más duros ofrecen más axiones y mejores recompensas. Eso sí, no os confiéis, porque en un momento avanzado del juego… cuando ya dominamos y conocemos bien el mapa y sus habitantes… Hellpoint se revuelve y nos sorprende con la «evolución» de todos y cada uno de sus violentos monstruos. Algunos se vuelven más rápidos y peligrosos, otros cambian sus patrones de ataque y/o aumentan su número. Algo así como afrontar una partida + pero sin haberlo decidido libremente, lo que puede ser tan divertido… como frustrante.

Esto se debe a que en cierto momento nos informan de que hemos llegado al final de nuestro viaje y nos hacen saber donde se encuentra el enemigo final. Eso sí, Hellpoint oculta muchísimos más secretos aun sin descubrir y a nosotros nos toca decidir si seguimos explorando la base espacial o nos lanzamos al combate definitivo. Aunque hagamos esto último podemos seguir deambulando por Irid Novo, porque queda mucho por hacer…

Fijaos en alguna de las capturas que acompañan estos párrafos. Arriba a la izquierda hay una especie de reloj con dos círculos. Uno de esos círculos marca el tiempo y se va moviendo con el transcurso del mismo, mientras que el otro círculo marca el sector del mapa donde nos encontramos. Cuando ambos círculos coinciden se produce un evento especial en dicho sector y pueden pasar varias cosas: aparecen PNJs que nos abren nuevos sectores, los enemigos aumentan su ferocidad, irrumpen oleadas de enemigos, etc. Además, por toda la Estación Espacial hay diseminadas unas notas que contienen códigos numéricos y si los insertamos en cierto lugar, pues se abren también nuevas zonas. Como veis, se trata de un juego con muchísimas posibilidades y gran profundidad. También podemos toparnos con monolitos negros, muy llamativos… pero cuidado, porque si los tocamos podemos viajar a una dimensión oscura donde los monstruos que allí encontramos son muy muy peligrosos.

Por último, nos falta hablar del componente multijugador. Podemos invocar la ayuda de otro usuario que aparecerá como fantasma o bien podemos meternos en la partida de alguien y echarle una mano (o una espada) Por supuesto, no falta la posibilidad de que alguien penetre en nuestro mundo con intenciones no tan colaborativas, ya me entendéis. Otra cosa que nos ha llamado la atención es la aparición de nuestro propio fantasma. Cuando morimos en una zona aparecerá nuestro espectro con las armas y el nivel que teníamos al morir y, ni que decir tiene, nos atacará sin pensarlo en cuento nos vea.

Gráficos y Banda Sonora…

Hellpoint es un título que surgió tras crowdfunding y no pretende ser puntero en sus gráficos, ni original en sus mecánicas. Este Demon’s Souls espacial cumple con solvencia en el apartado visual y hace de lo metálico y vacío de su entorno un punto a favor, transmitiendo con ello la sensación de soledad y frialdad que nos acompaña durante toda la aventura. La arquitectura escueta y pulida de sus paredes y pasillos cambia cuando el sector es una especie de entramado de calles o parques, donde otrora se supone había actividad. Quizá sea en esos lugares más abiertos donde el juego pierde su ambientación y revela sus carencias, porque en la oscuridad de los largos pasillos tenuemente iluminados con neones parpadeantes, donde cada esquina puede suponer la muerte, es cuando encontramos la potencia y personalidad del juego.

A esa ambientación contribuye, en la misma medida, el apartado sonoro. Silencio. En muchas ocasiones la ausencia de sonido nos recuerda que estamos solos y perdidos, buscando retazos de información o algún pnj que nos libere de la tensión que supone cada segundo del juego. Ese silencio solo se rompe con el sonido de nuestras pisadas, los engranajes de mecanismos de puertas o ascensores… o los rugidos y sonidos guturales de enemigos cercanos. Solo encontramos pistas musicales en momentos muy concretos, como los enfrentamientos finales o al descubrir algunas zonas.

El diseño del protagonista es también parco en detalles y aunque podemos vestirlo y «tunearlo» con múltiples combinaciones de armaduras (y armas) siempre mantiene un aspecto robótico que solo abandona para acercarse a una estética medieval/caballeresca que rompe mucho la sensación de juego espacial y futurista. Lo mismo pasa con los enemigos, que son variados y vistosos… pero que extraña mucho el aspecto de algunos, más cercanos a un templario que a un alienígena.

Impresiones Finales…

Hellpoint ofrece todo lo bueno que un jugador/sufridor aficionado a los souls-like puede esperar. Buena ambientación, combates pulidos y rápidos, diseño de niveles excelente, una historia críptica que avanza con nosotros, evolución del personaje, posibilidad de cooperativo o competitivo, dificultad endiablada y grandes dosis de cabreo, frustración y, finalmente, satisfacción. Adolece de que en todas y cada una de esas características no llega a estar a la altura de lo mejor del género, pero en absoluto es un mal título. Cambiar de ambientación medieval a otra tan distinta como esta le siente de fábula, lástima que no sepa aprovecharla y recurra a elementos visuales medievales y a armas también de esa época (algo más de imaginación hubiera evitado espadas, hachas y mazas de aspecto bárbaro así como hechizos, escudos y armaduras más propias del Demon’s Soul original)

Con todo, un juego altamente recomendable para todos los seguidores de este sufrido género que no quedarán decepcionados si saben de antemano las ambiciones del título. Además de que por su precio ofrece una duración y una diversión más que sobradas. Ya sabéis lo que dicen en aquella película, que en el espacio no se pueden oír tus gritos… pero con Hellpoint, sin duda, se oirán muchos exabruptos y maldiciones. Una cada vez que mueras o, como dice el juego, que tu prole sea eliminada. Dale una oportunidad, si te atreves.

Lo mejor

• Fiel al género Souls-like tiene lo mejor de él.
• Muy buena ambientación
• Juego largo y con muchísimas posibilidades de exploración

Lo peor

• Al mirar demasiado a la saga Souls, imita ridículamente algunas pautas «medievales»
• Que suba la dificultad sin avisar en un momento del juego puede ser muy frustrante
• Algo impersonal en algunos sectores y algunos enemigos
• Los frustrantes saltos nos sacan de quicio