Crítica: «Green Arrow», de Kevin Smith y Phil Hester
Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujo
Historia
Personajes
Edición
Divertido y recomendable
Grandísima etapa de Green Arrow guionizada por un Kevin Smith muy inspirado.
Los iconos DC tienen varias cosas en común, de entre las que voy a quedarme con dos. La primera es que comparten etapas en las que recayeron sus historias en manos y mentes de genios de la industria, lo que potenció su leyenda y regaló a los lectores algunos de los mejores cómics de super-héroes que el ojo pueda recorrer: Superman de Byrne, Batman Año Uno de Miller, La Cosa del Pantano de Moore, Animal Man de Morrison… La segunda es que todos han muerto aunque todos, también, han resucitado de una forma u otra: Flash en las Crisis, Hal Jordan, Batman, Superman…
Estos dos factores me vienen de maravilla para introducir el tomo de Green Arrow. Kevin Smith es ese autor tan irreverente como genial, tan macarra como perfeccionista, polivalente y entregado al cine, la literatura, el cómic… y que, por cierto, ofrece unas ruedas de prensa divertidísimas. El director de Clerks fue el encargado de relanzar al arquero esmeralda, puesta toda la confianza de la compañía en el que ya destacaba como un resuelto escritor del medio.
La tarea no era sencilla… Había que resucitar al personaje de una manera coherente y conseguir introducirlo en el turbulento continuo del universo post-crisis DC. La manera más inteligente de hacerlo es a la vez la más sencilla: usar los recursos que el propio Universo DC te ofrece. Y así, tomando las herramientas que la rica imaginería de la casa le otorga, Kevin Smith nos regala una de las mejores etapas que de Green Arrow se han escrito jamás, al tiempo que nos devuelve al Oliver Queen original.
El tomo comienza con una historia resumen cuya función es situar a los lectores, de desarrollo algo sobrio y engañoso, pues tras ese primer número la narración se torna fluida, divertida y magnética, este último adjetivo debe tomarse de forma literal, pues no podrás separarte del tomo hasta acabarlo. Pero sigamos con un somero resumen del argumento…
Oliver Queen ha vuelto, tras diez años en los que se le sabía muerto, al estallarle de lleno una bomba puesta en un avión que intentaba desactivar. No cabía duda sobre su muerte, pues Superman estaba junto a él y pudo ver como, literalmente, se desintegraba ante sus ojos kryptonianos. Pero el héroe de Star city ha regresado a su ciudad, totalmente amnésico ya que ni recuerda su muerte ni otros aspectos de su pasado, como por ejemplo los tormentosos últimos momentos de su relación con Dinah (Canario Negro) o la muerte de Flash en Crisis. Stanley Dover es un anciano ricachón que acoje al resucitado Oliver en su casa, financiándole su regreso a la acción.
A lo largo de la serie de 10 números llamada Carcaj, se nos desvelará el como y el porqué del regreso a la vida de Oliver, mientras se «pone al día» con sus compañeros y con una sociedad que ha evolucionado más de una década en lo que para él es un parpadeo. Para muchos, la explicación orquestada por Kevin Smith será rebuscada y excesivamente fantástica, cortando el desarrollo callejero y mundano de las aventuras que el arquero esmeralda vive de forma paralela. No les falta razón, pero nada está fuera de contexto… al contrario, el guionista demuestra un amplio conocimiento del panteón de personajes DC, mostrándonos apariciones oportunas de algunos de ellos y reservándose alguna que otra sorpresa, como la aparición (magistralente ensamblada) de un personaje icono en Vértigo, al que prefiero mantener en secreto para que os llevéis la misma sorpresa que yo.
Paralelamente a la explicación de su resurrección, Green Arrow debe resolver el misterio de un cruel asesino de niños que asola Star City. Misterio que entraña alguna desagradable sorpresa, por cierto. El final del tomo sirve para cimentar el nuevo orden en el que Oliver y sus amigos se moverán en lo sucesivo, iniciando una grandísima etapa en las aventuras de Green Arrow, que les lleva a enfrentarse a un letal y ridículo personaje, Onomatopeya (sigh), muy en sintonía con los enemigos clásicos de la casa.
Los secundarios de esta serie merecen que les dediquemos unas líneas. Kevin Smith maneja el desarrollo de personajes de manera soberbia, dotándoles de carisma y creándoles un fondo de personalidad tan sólido como real. Todos son atractivos y auténticos, creíbles y funcionales. Por ejemplo: Mia es una joven prostituta que tras ser rescatada por nuestro héroe pasará a depender de él, en todas las formas y maneras posibles, convirtiéndose en pupila/empleada, con una personalidad chispeante que se balancea entre la candidez de su edad y el descaro de su pasado (genial cuando le dice desde el principio que sabe que Oliver Queen es Green Arrow, pues la perilla le delata y el minúsculo antifaz no oculta nada). Tampoco vais a echar de menos a los grandes de la casa… Superman, Flash, Aquaman… todos, incluso Batman, que protagoniza momentos antológicos por su trascendencia y por su humor.
Y es que ese es otro aspecto sobresaliente que hace de este cómic una obra maravillosamente divertida. El humor socarrón, ingenioso y bien insertado te sacará más de una (y de dos, y de tres) carcajadas. Kevin Smith juega con los tópicos del cómic superheróico y los acentúa para que nos riamos con ellos sin llegar jamás al ridículo, sin ofensa alguna. Incluso con este recurso es capaz de convertir una tórrida escena de sexo en un divertido encuentro amoroso que tampoco desentona. Genial.
Y aun no hemos dicho nada del genial dibujo de Phil Hester. Se ha optado por una estética cartoon, que tan de moda estaba en aquel entonces gracias a las excelentes producciones de Warner para la TV. Ese estilo es el utilizado, aunque con una personalidad propia y diferenciadora, que no renuncia a la vistosidad y colorido de los personajes,ni al ambiente urbano/infernal/espacial, según requiera el caso. Tanto escenas de largas conversaciones, sobrias y serenas, como frenéticas peleas a puñetazos están bien narradas por Phil Hester, demostrando un gran dominio del arte secuencial.
Podemos seguir alabando este tomo, lanzando beneplácitos y recomendándolo con mil y un argumentos… pero nunca sería suficiente. Genial guión, excelente dibujo, inmejorable edición (con suculentos extras en forma de bocetos y artículos escritos de puño y letra por Kevin Smith y Phil Hester, las increíbles portadas originales de Matt Wagner). Creedme si os digo que es uno de los cómics de superhéroes que más me han hecho reír, disfrutar y, todo ello, sin banalizar ni ridiculizar el género, al contrario, aportando una de las mejores historias del personaje y unos guiones magníficos marca Kevin Smith.
NO OS LO PODÉIS PERDER.