Crítica: «Go Go Power Rangers Vol.1» – ¡A metamorfosearse!
It’s morphin’ time!!! Dinozord Smilodon! (el dientes de sable de toda la vida) Dinozord Mamut! (qué contradictorio lo de los mamíferos siendo dinosaurios) Dinozord Pterodáctilo! Dinozord Triceratops! Dinozord Tiranosaurio! No falta ninguno. Nuestros rangers favoritos llegan al completo en versión viñeta de la mano del equipo de la editorial Moztros. Y vienen pisando fuerte. Este primer tomo que recoge los comics de Boom! Studios 1 al 4 USA de Saban’s Go Go Power Rangers, es una verdadera delicia para los fans de la serie en particular, del sentai y de las aventuras de quinceañeros con poderes y mechas en general.
Ojo, que esto de los quinceañeros no es ninguna tontería. Que estamos hablando de un retelling de las aventuras de este colorido equipo de cinco héroes y heroínas en mallas con cascos molones. Y esto es importante, porque si vamos a volver a relatar la historia de Jason, Zack, Kimberly, Trini y Billy (aún no tenemos al señor Tommy Oliver entre nosotros) hemos de hacerlo no al estilo de los 90, sino desde la perspectiva de la década de los 20. Y es que esta nueva iteración de los Power Rangers que arrancó el pasado 2022, nos devuelve a Angel Grove, pero con teléfonos móviles y redes sociales. Why not?
Los Power Rangers siempre fueron de lo más básico. Un sentai importado a los USA que seguía la estela y dinámica de las series niponas. Jóvenes héroes con poderes y robots gigantes enfrentándose a malos malosos episódicos. Pero ¿y si nos llevamos estos conceptos a un medio como el noveno arte? Al trasladar estas historias a las viñetas, podemos tomarnos más tiempo para desarrollar a los protagonistas y antagonnistas, para ir atrás y adelante en la narración, para contar complejidades inapropiadas para televisión, para introducir nuevos personajes, explorar las relaciones personales de los héroes, con sus familias, sus emociones para con sus recién recibidos dones, podemos ver cómo entrenan, cómo se adaptan a sus nuevos roles que les obligan a escaquearse para metamorfosearse cuando el peligro acecha, abandonando así sus obligaciones de adolescentes al uso…
Estos nuevos Power Rangers profundizan como nunca antes en esas cuestiones y mucho más. ¿Nunca os habíais preguntado cómo se sentían los ciudadanos de Angel Grove cuando semana tras semana un monstruo gigante se paseaba por sus calles causando estragos? Aquí podemos descubrir el pánico provocado por las criaturas de Rita Repulsa. O lo que «la Llegada» que es como la humanidad conoce el momento en que el primer ser extraterrestre pisó la Tierra, supone para nuestra sociedad. También entendemos porqué Jason es el líder del grupo pese a que Zack esté mejor preparado para ello, vemos cómo para Trini gestionar su relación con su madre o sus sentimientos hacia uno de sus compañeros se hace cada día más cuesta arriba. Somos testigos del bullying al que Bulk y Skull someten al genial Billy (y cómo al tiempo e irónicamente adoran al Blue Ranger)… o podemos sumergirnos por vez primera en la vida de Kimberly, que siempre pareció la muñequita del grupo, la Pink Ranger, creada para ser dulce cual algodón de azúcar. Pero aquí «Kimmy» es una recién llegada a Angel Grove que va haciendo amigos, que sufre a unos padres insoportables y que tiene novio, Matt, el mejor amigo de Zack. Matt es algo que nunca vimos en la serie, un personaje que bien recuerda a Jimmy Olsen, amigo del alter ego, fan del héroe, siempre en medio del peligro. Pero es que aquí importan también sus sentimientos… ¿qué pasará cuando descubra que sus amigos y su novia le engañan? ¿O que él es el único del grupo ajeno a la dino-cuestión? ¿Será además un blanco fácil para los planes de Rita?
Oh, Rita. Una Rita que evoluciona también y que en ciertos aspectos recuerda más a la versión que Elizabeth Banks interpretase en el reboot cinematográfico de 2017. Un ser malvado, maquiavélico, de cuyo pasado descubrimos mucho más. De sus conquistas antes de quedar atrapada en la Luna, antes de que Zordon la venciese. Cuando destruía mundos para Lord Zedd y no dejaba que nadie, ni siquiera otros esbirros se interpusieran entre ella y sus objetivos de dominación galáctica. Ahora tiene mucho más sentido que guerreros como Goldar combatan a su lado y a sus órdenes.
Las 144 páginas de este primer tomo en tapa dura de Go Go Power Rangers son una delicia de aventura. Ryan Parrott sabe sin duda atraparnos con su guion y captar la atención de quienes creíamos que lo sabíamos todo sobre los rangers. A los lápices, Dan Mora es también un espectáculo. Eficiente cuando se trata de relatar historias adolescentes del día a día y majestuoso y fiel al recuerdo cuando llegan las batallas y el Megazord. Su versión de los protagonistas también es muy de agradecer. Mora no ha buscado recrear a los actores del serial sino captar la esencia de sus cualidades más básicas y plasmarla en nuevas versiones de los personajes que reflejan el imaginario colectivo, convirtiéndolos en clásicos instantáneos. Y por supuesto no podemos olvidar el color de Raúl Angulo, que también le da una vuelta de hoja a las aventuras de este grupo, volviéndolas más oscuras cuando la historia lo requiere, lo que es de agradecer y recuerda al film del 95.
Por cierto, un detallazo por parte de Moztros la inclusión de las portadas homenaje de los rangers a clásicos del cine de los 80-90 así como la galería de portadas y alternativas de los números que el tomo recopila. No pensé que a mis treinta y muchos me volvería a emocionar con la dino-aventuras de estos adolescentes con monedas que les otorgan poderes y lycra, pero Parrott, Mora y Angulo no solo han logrado enamorarme, sino que han hecho que traspase la frontera de la nostalgia para embarcarme en una aventura nueva y genuina que sin duda merece la pena. Next station: Go Go Power Rangers Vol.2. ¡Seguiremos informando!