Crítica: «Ghost of Tsushima», samurai ni naru.
Historia
Jugabilidad
Gráficos
Imprescindible para los samuraifilicos
Un juego repleto de detalles impecables que demuestran una producción cuidada y trabajada. Es meterse en una película de samuráis.
Sucker Punch es una de las desarrolladoras filiales de Sony que dedican todo su esfuerzo y producción a crear exclusivos para la marca desde 2002, con su genial Sly Cooper. La saga Infamous les pondría en la vanguardia del desarrollo de la Playstation y, a parte de alguna colaboración y trabajo para otras compañías, su «lealtad» a Sony ha continuado hasta la actualidad, consiguiendo fraguar uno de los últimos exclusivos que veremos en PS4: el espectacular Ghost of Tsushima.
Desde hace ya algunos años que la producción de este juego de mundo abierto ambientado en el Japón samurai tiene ocupada a la compañía al 100%. Hemos ido viendo gameplays y demostraciones en diferentes ferias y congresos, convirtiéndose en uno de los reclamos más esperados. Pues llegó el momento y Sony lanzó este título el pasado 17 de Julio. Seguro que habéis leído de todo, desde usuarios defraudados a otros entusiasmados. Nosotros lo hemos jugado a fondo para contaros nuestras impresiones y os adelantamos que se trata de un gran broche de oro para la consola de Sony. Reservar este título junto a Last of Us 2 para lanzarlos en la recta final de PS4 consigue revitalizar la consola y que tras 8 años en el mercado siga estando en vanguardia.
La Historia, los personajes, el sistema de juego, el escenario inmenso, la ambientación, el sonido… estamos ante un grandísimo juego con una producción sublime que, es cierto, adolece de algunos problemas. Pongámonos la armadura samurai y vayámonos a Japón…
Argumento, Historia, Personajes…
Para Ghost of Tsushima Sucker Punch se basa en acontecimientos históricos de gran importancia: las invasiones mongolas de Japón (o el intento, al menos). Nos trasladamos al año 1274, cuando Kublai Kan ha conseguido doblegar imperios tan grandes como China o Corea. Siguiendo la imparable conquista de su predecesor, el gran Gengis Kan, se dispone a adueñarse del mundo entero. Pero Kublai se va a encontrar con un país guerrero que no solo le va a hacer frente, sino que le va a frenar en seco: Japón. Dos veces lo llegaron a intentar los mongoles y fracasaron en ambas ocasiones gracias a una combinación de fallo estratégico (falta de recursos para ejércitos tan enormes), resistencia del ejército defensor (los samuráis no estaban dispuestos a rendirse) y una curiosa carambola del clima. Todo esto es Historia que el juego adapta y aprovecha para crear Ghost of Tsushima.
Para empezar le cambian el nombre a Kublai por Khotun Kan, el brutal y terrorífico general de los ejércitos mongoles que será el enemigo a batir. Por lo demás, podemos dejarnos ir para sumergirnos en un juego que nos traslada a tan delicado momento… el inicio, a modo de tutorial, es una de las batallas más salvajes que se dio en esta invasión y en la que apenas 80 samuráis se enfrentaron a los miles de guerreros mongoles… y fueron barridos, por supuesto. Nuestro personaje, Jon Sakai, es uno de los pocos supervivientes que deberá huir y recomponerse… y pensar una forma de resistir en esa isla llamada Tsushima que es (y fue en la Historia) el primer punto de llegada para los mongoles.
Tenemos la isla entera a nuestra disposición y por ella iremos recomponiendo las fuerzas de resistencia que han sobrevivido. Al joven samurai le toca la papeleta de insuflar moral, ánimo, coraje y fuerza a una población diezmada, en gran parte sometida cuando no esclavizada. Llegamos así a lo que es, para un servidor, el punto fuerte del juego: el dilema moral de Sakai, que se debate entre mantener el código bushido que le obliga a luchar con honor, de cara (lo que le abocará a morir en combate) o puede optar por luchar desde las sombras, aprovechando el terreno y la oscuridad, convirtiéndose en fantasma vengador. Esto le puede dar más opciones de victoria, pero supone la traición a esa filosofía de vida milenaria.
La historia del juego es fantástica, maravillosa y sensacional y está narrada con una habilidad sobresaliente, llena de momentos intensos y emocionantes. Los personajes que participan en dicha historia son profundos y esenciales, aportando riqueza al juego y a lo que sucede en él. Directamente parece que estemos inmersos en una película de samuráis. La música, climática e impecable, te sumerge aun más en esta maravillosa y apasionante aventura. La belleza de los escenarios y paisajes enfatiza todavía más la calidad de la producción, pero de eso hablamos más abajo. A lo que voy es que todo suma en este juego para que la inmersión en él sea completa, y desde el principio te lo deja claro, desde el mismo momento en el que te piden que selecciones como quieres vivir la experiencia (entre los diversos modos encontramos el Modo Cine de Samuráis o el Modo Kurosawa)
En Sucker Punch no han dejado ni un detalle al azar en este aspecto y se nota que la producción del juego ha sido impecable. El resultado es abrumador.
Estilo de juego, Jugabilidad…
Aquí vamos a encontrar los aspectos negativos del título o, al menos, los más discutibles. Se trata de un sandbox (juego de mundo abierto) en el que tenemos un mapa inmenso repleto de localizaciones que visitar y misiones que cumplir. Cierto que, como suele pasar en este tipo de juegos, algunas zonas permanecerán bloqueadas y solo podremos acceder a ellas al avanzar en la historia, pero el mapa es tan grande y hay tanto por hacer, que no vamos a tener necesidad de visitarlas antes de tiempo.
Yuna, Masako, Norio, Kenji… son algunos de los personajes secundarios que nos pedirán ayuda y nos propondrán misiones que, al resolverlas, derivarán en nuevas misiones conformando pequeñas subtramas que enriquecen el juego. Aparte de estas tenemos las habituales misiones secundarias, otras que nos desvelaran leyendas ocultas en la isla y, por supuesto, las misiones del Modo Historia que nos harán avanzar en la trama. Como podéis imaginar, el habitual árbol de habilidades nos obligará a completar todo tipo de misiones y encargos para ganar «prestigio» y poder evolucionar a nuestro protagonista.
Gracias a esta evolución descubriremos distintas posiciones de combate, cada una de ellas ideada para combatir con un tipo distinto de enemigo. Además, necesitaremos aprender nuevas técnicas de combate, mejorar armas y armaduras y muchas, muchas cosas más. En Tsushima no nos vamos a aburrir, ya que además de todas esas variadas misiones hay zonas que debemos liberar de los mongoles (un poblado, un templo, un fuerte… ) por no mencionar los tropecientos coleccionables que también nos ayudan a evolucionar de diferentes maneras, bien sea aumentando nuestra barra de salud, nuestra determinación, etc. Atentos a lo que podemos encontrar: jaulas de grillos para tocar canciones con la flauta, lugares de meditación para componer haikus, altares donde rezar, puestos de bambú para mejorar nuestra técnica, estandartes para conseguir monturas, artefactos mongoles, documentos, balnearios y cuarenta cosas más. ¿En serio era necesario tal cantidad de coleccionables?
El combate es un punto fuerte y débil a la vez. Si bien es divertido y vistoso (ojo a los duelos) recuerda demasiado a la saga Assassin’s… y no va a ser la única ocasión en la que pensemos que Ghost of Tsushima se parece demasiado a la conocida saga de Ubisoft. Desde el sigilo y el asesinato silencioso hasta la manera de trepar y escalar… no dejas de tener la sensación de que este bien podía ser el ansiado Assassin’s ambientado en Japón. Este es para mi, sin duda, su mayor lastre. Aunque confieso que su ambientación y su historia sepultan cualquier recelo.
Puede ser también que el exceso y el abuso de los combates en las misiones nos lleve al cansancio. Si eres un enamorado del «mundo samurai», no tendrás este problema e incluso querrás más… pero es comprensible que para un jugador sin esa fascinación se le pueda hacer demasiado repetitivo este aspecto. Incluso puede volverse un juego demasiado fácil cuando tenemos a Jin Sakai evolucionado a tope. Si esto os sucede la solución es fácil, ya que el juego te permite utilizar armaduras menos poderosas y rebajar el «poder» que obtenemos de los talismanes que mejoran nuestras armas.
Por lo tanto, su parecido jugable con Assassin’s y la repetición y abuso de combates en las misiones son sus puntos en contra. Todo lo demás es intachable.
Gráficos y Banda Sonora…
La belleza de los escenarios es incontestable. Se trata de uno de los juegos más impactantes visualmente si hablamos de entornos naturales y paisajes. Grandes prados donde flores de vivos colores dominan todo el horizonte y sobre las que galopamos, o combatimos… mientras el sol se pone y tiñe de rojo el cielo. Cada momento del juego está impregnado de gran hermosura. Los desarrolladores, conscientes de esto, aprovechan para que nos deleitemos y maravillemos cada vez que tienen ocasión: componer un haiku o luchar en un duelo son (por poner solo dos ejemplos) momentos que casi te dejan sin respiración.
Este delirio gráfico visual convierte a la isla de Tsushima casi en la protagonista del juego, porque está presente en cada pantalla y domina imponente cada segundo que pasas en él. Acompañad a este prodigio con una banda sonora espectacular, con las voces localizadas de actores profesionales (en inglés, español o japonés) y con las melodías que impregnan con sus cánticos los momentos más importantes. Sin duda esta combinación de gráficos y música es otro punto fuerte del juego que le hace estar por encima de la media.
Cierto que la fauna de Tsushima es algo escasa y la población de ciervos, zorros, osos y jabalíes parece ser la única del lugar… excepto por el gran número de aves. No se puede tener todo y a cambio el reino vegetal es, de eso no hay duda, variado y diverso. Podemos reconocer distintos tipos de árboles, arbustos y flores autóctonos. Ojo a este dato, que es algo que se suele descuidar en la mayoría de los juegos pero que aquí está mimado con mucha atención.
Impresiones Finales…
Ghost of Tsushima nos ha fascinado. Sus fallos o carencias (que los tiene) quedan sepultados por todos sus aciertos y por un trabajo abrumador de Sucker Punch Productions. Meterse en la piel de Jin Sakai y defender Japón desde Tsushima es una experiencia sensacional y muy poderosa. Se trata de un juego tan cuidado y tan absorbente que deja poso. Si eres de esos a los que le apasiona el cine samurai o le gusta lo relacionado con estos míticos guerreros no deberías perderte esta experiencia bajo ningún concepto. Para el resto, el juego es muy recomendable, aunque solo sea para disfrutar de un extenso mundo abierto ambientado en el Japón feudal, que actualmente ningún sandbox explota esta temática.
Además tiene el componente histórico, porque su estructura central se basa en los sucesos acaecidos en la primera invasión, o intento de invasión, mongola. Vivirlos en primera persona no tiene precio, y disfrutar de un juego que cuida todos los detalles (históricos y ficticios) con tanto cariño es algo sensacional. Armaduras, arquitectura, combates, Historia, paisajes, dilemas morales, religión, batallas… todo esto aprovecha Ghost of Tsushima para crear un juego único.
Lo peor…
- Su excesivo parecido con un Assassin’s
- Algunos movimientos torpes en la escalada
- Para algunos jugadores puede volverse repetitivo
Lo mejor…
- La historia que cuenta el juego y como la cuenta
- Visualmente es un delirio de belleza
- Los duelos
- La versatilidad de los combates
- Los personajes