Crítica: «Gal Guardians: Demon Purge», un Infierno de Instituto

Como se nota que la desarrolladora japonesa Inti Creates está formada por gente que viene de Capcom y ha trabajado en entregas de Megaman y otros clásicos. Se nota porque en este juego que os vamos a comentar vuelcan todo su oficio para conseguir una jugabilidad sensacional, asequible pero exigente y que nos invita a seguir, sin grandes frustraciones ni enemigos imbatibles. Todo ello aderezado con unas protagonistas encantadoras y misteriosas y un argumento tan rocambolesco y friki que no puedes más que rendirte ante él.

Gal Guardians: Demon Purge acaba de salir para todas las plataformas y, siendo un «rara avis» made in Japan, debemos de agradecerselo a Meridiem Games. Hubo una época en la que poder catar este tipo de juegos se volvía una tarea solo al alcance de los más «jugones». Gracias a distribuidoras como Meridiem estas pequeñas joyas jugables saltan la frontera nipona y llegan, por fin, sin ningún problema, hasta nuestras consolas.

Los demonios han invadido un trocito de nuestro mundo y solo estas cazadoras de monstruos pueden salvar a sus compañeros y desentrañar el misterio…

El Universo Gal Gun, endemoniado

Los seguidores del Universo Gal Gun reconocerán el estilo visual tan propio, tan anime, de esta serie y que, a través de excelentes ilustraciones, nos va narrando la historia. Las dos hermanas protagonistas, Shinobu y Maya Kamizono, se van a encontrar con que alguien ha fusionado el Instituto donde estudian con el Instituto demoníaco donde entrenan y donde cazan demonios. Kurona, una chica demonio estudiante de este instituto, la ha liado bien y ahora hay que recomponerlo todo pues varios estudiantes de la academia «humana» se encuentran atrapados en esta extraña y peligrosa fusión entre dos mundos.

Así, nuestra misión no solo será averiguar como y porqué ha sucedido esto, sino rescatar a todos los pobres jovencillos y jovencillas histéricos que se encuentran secuestrados por monstruos o perdidos por los tenebrosos pasillos del nuevo castillo que ha surgido de la nada. Bueno, de la fusión de ambas academias.

Shinobu está armada con una especie de Uzi matademonios que podemos recargar de manera infinita y, aunque sus ataques son poco potentes, permiten acabar con los enemigos sin exponernos. Maya, por el contrario, maneja que da gusto las armas cuerpo a cuerpo y sus contundentes y cortantes golpes pueden acabar con los enemigos de un solo mandoble. En cualquier momento, solo pulsando un botón, podemos alternar el control entre ambas protagonistas. Esto nos permite, por ejemplo, proteger a aquella que haya sufrido más golpes hasta que encontremos uno de los ansiados corazones reponedores de salud. Y nos permite también rescatar/resucitar a nuestra hermana caída en combate.

Sabor a Castlevania del bueno

El estilo de juego, al más puro Castlevania, nos obliga a dominar los saltos y combinar con acierto la aparición de ambos personajes. Pero entre las mecánicas de juego encontramos muchas más opciones… como un golpe poderoso que se ejecuta en común cuando hemos conseguido acumular cierta cantidad de poder y tengamos nuestra barra de purificación llena. También cuenta cada una con una serie de ataques secundarios (basados en figuras de origami) que se van adquiriendo durante el juego y se puede acceder a ellos mediante una rueda de selección. Una vez más, cada hermana tendrá unos ataques distintos estando los de Shinobu más enfocados al ataque y los de Maya a la estrategia. Por ejemplo, esta última puede crear grullas de papel que le ayudan a acceder a lugares antes inaccesibles… o puede congelar a los enemigos para volverlos frágiles o para usarlos como escalera improvisada y llegar a nuevas zonas.

Como vemos, un montón de posibilidades que convierten el juego en algo mucho más profundo y variado de lo que podemos pensar en un principio.

Estética retro, puro arte

Porque su estética, puro pixel, puede llevarnos a confusión. Solo cuando recorremos los enormes mapeados excelentemente recreados, coloridos y ambientados… cuando saltamos y disparamos, combatiendo con la gran cantidad de enemigos, todos distintos e imaginativos… cuando vamos adquiriendo más y más poderes… solo entonces, vemos este Gal Guardians en toda su dimensión y comprendemos aquello que decíamos al principio: que detrás de él hay grandes profesionales de la industria.

El aspecto visual termina ganándote, gracias en gran parte a su perfecta jugabilidad, ajustable y asequible a todos, que nos deja avanzar por el castillo y descubrir nuevas zonas y nuevas rutas, disfrutando de lugares muy distintos y muy bien diseñados. Avanzamos en scroll lateral, pero no en pocas ocasiones lo hacemos en vertical y descubrimos las grandes dimensiones del castillo por el que deambulamos. Puntos de guardado estratégicamente localizados nos ayudan a mantener la partida activa en caso de morir y, si optamos por abandonar a mitad de zona, tendremos que volver al principio.

Una vez acabada cada zona y vencido su enemigo final tenemos la opción de regresar al principio de la misma para hacer todo aquello que quedó pendiente (rescatar a algún alumno perdido, básicamente) o acceder a zonas nuevas si hemos adquirido alguna habilidad que lo permita.

Los enfrentamientos con los grandes jefes finales son divertidos y asequibles, pues no cuesta memorizar sus patrones y es fácil entender como acabar con ellos. Es decir, que no se trata de un juego frustrante que te obliga a probar una y otra vez, centrándose en un nivel de reto justo. Y los jugadores más hábiles o exigentes siempre pueden optar por los niveles de dificultad más elevados, pues el juego permite configurar dicha dificultad casi para cada tipo de jugador.

Las voces en inglés o japonés llegan con subtítulos al español para que no perdamos detalle en la, por otro lado, nada complicada historia. Pero es una gran tranquilidad poder entender los tutoriales y los avisos, porque estos llegan constantes durante casi todo el juego, mientras adquirimos esos ataques secundarios que nos regalan los estudiantes que vamos liberando.

Se trata de un juego muy divertido que rescata la mejor jugabilidad 2D de la que gozan los Castlevanias y la renueva con estas versátiles protagonistas. Va a hacer, sin duda, las delicias de los amantes del género y de todos aquellos que quieran disfrutar con un título sencillo, adictivo pero con una jugabilidad más profunda de lo que parece.

Gal Guardians: Demon Purge (Grim Guardians en el original), es una de esas sorpresas que llega sin hacer mucho ruído pero que termina por convertirse en un juego que te atrapa y que acabas, porque una vez dentro de su sencilla historia, de su estética y de su jugabilidad, quieres llegar hasta lo más profundo del castillo y saber que demonios (nunca mejor dicho) ha pasado.

Gal Guardians: Demon Purge