Crítica: «Flinch», antología de terror

Bajo el sello Vertigo siempre hemos destacado aquellas series de largo recorrido que permitían a sus autores explorar y explotar las historias que querían contar. Sagas como La de La Cosa del Pantano o Hellblazer tocaban el género del terror y lo hacían a lo largo de dilatadas etapas. Pero el prestigioso subsello de DC Comics también se acercó a ese género a través de historias cortas, lo que permitió que muchos autores pudiesen «darse el gusto» de publicar sus creaciones allí.

Flinch fue una serie de 16 números que no tenía mayor nexo en común que el género de terror predominante en cada una de sus historias. Una antología de relatos cortos en las que se reunieron infinidad de autores y de situaciones. Si bien encontramos nombres de más que reconocido oficio en este arte, es cierto que no todas las cortas historias que completan Flinch tienen la misma calidad. Algo completamente normal, aunque un tanto frustrante en ocasiones.

Frustrante y chocante, pues podemos alucinar con una pequeña joya en la que el arte literario y visual destacan sobremanera… y a continuación leer de un soplo otra historia que parece que haya sido realizada un poco para salir del paso. Como un encargo más que como una pieza artística.

En total encontramos 48 historias, cada una de ellas con un equipo creativo distinto, así que podemos imaginar la variedad de calidad, géneros (dentro del terror) y mensajes. En general, suelen lanzar alguna crítica o tener una pequeña moraleja implícita acompañando la pequeña pieza de terror… aunque a veces no termina uno de encontrar el sentido en algunas de ellas.

En los primeros compases de la obra disfrutamos de autores de la talla de Richard Corben o Bill Sienkiewicz, continuando con titanes como Garth Ennis, Ty Templeton, Phillip Hester, Bruce Timm, Frank Quitely, Esad Ribic, Berni Brightson, Bruce Jones, Eduardo Risso, Mike Carey… y un larguísimo etc de talento condensado en terroríficas e inquietantes historias de 8 páginas.

Se explora, sobre todo, la condición humana y la miseria que muchas veces nos acompaña… la ambición, los celos, la lujuria, la falta de humanidad puesta al servicio de la imaginación de estos talentosos autores. Los lectores que disfruten del comic de terror clásico, tipo EC, encontrarán aquí una especie de reinvención de aquella fórmula, con evidentes y poco velados homenajes a aquellas pequeñas joyas del terror que sucumbieron a los códigos morales. Con Flinch se aprovechó una época más abierta y tolerante (se publicó en el año 2000) y pudo mostrar escenas violentas, sexuales y controvertidas sin tener que preocuparse por ser censuradas. La pregunta es si esta serie hubiera podido publicarse con la misma facilidad en la actualidad, cuando parece que estamos retrocediendo en libertades. En ese sentido también encontramos críticas en las páginas de Flinch, que parece, en ocasiones, gozar de cierto carácter visionario.

Muertos vivientes, venganzas, sectas lujuriosas, pactos satánicos, maldiciones… se mezclan con otro terror más moderno o tecnológico para ofrecer esta curiosa mezcla de historias inquietantes. Ahondar en detalles estilísticos sería un ejercicio inacabable dada la apabullante variedad de autores, pero hay que apuntar que prácticamente todos rinden al nivel habitual en ellos, salvo deshonrosas excepciones. Porque, volviendo a lo mencionado más arriba, en una antología tan numerosa como es Flinch, la calidad es desigual y podemos encontrar obras que nos maravillen y otras que, simplemente, olvidemos tras pasar la página.

Mención aparte la última edición que presenta ECC Ediciones, recopilando la serie al completo en un tomo único con su habitual cuidado en este tipo de volúmenes, ahora incorporado dentro del sello Black Label. Una oportunidad sensacional para tener, en una sola pieza, todas estas oscuras historias surgidas de las mentes y las manos de algunos de los mejores autores de cómic de la actualidad.

• Flinch. ECC Ediciones
• edición original. Flinch 1-16 USA. DC/Vertigo
• cartoné. 384 pp. color. 38,50€