Crítica: Fight’n’Rage para Nintendo Switch

Hubo un tiempo en el que los videojuegos eran puras y duras descargas de adrenalina. Eran el espacio virtual idóneo para dejar aparcado el cerebro y simplemente dejarse llegar. Es cierto que, en el videojuego tal y como lo entendemos ahora, este carácter puramente recreativo seria una parte del todo que ahora entendemos como entretenimiento electrónico. Y en esa revolución de la que hablamos tuvieron mucho que ver los beat’em up, o lo que es lo mismo: avanzar a base de repartir estopa, y de la buena. Desde el 26 de Septiembre en la consolita de Nintendo.

Fight’n’Rage, una maravilla de fans para fans

Pues este magnífico videojuego, en cuyo título podemos encontrar referencias a dos de los más grandes del género -Final Fight y Streets of Rage-, ha sido creado por una sola persona. Este trabajo titánico se lo debemos al estudio Sebasgamedev, nombre bajo el que se esconde Sebastián García, desde Uruguay con la ayuda en lo musical de Gonzalo Varela.

Básicamente, para que entendáis que tenemos aquí tenemos un heredero directo de los metemamporros de Capcom o Sega con algo más de músculo de lo que ofrecerían los 16 bits. Lo realmente increíble de este lanzamiento es el poderío demostrado. Se distancia muchísimo de beat’em’up’s amateurs que se pueden encontrar por montones en al red. Estamos ante un producto maduro y profesional que nos ofrece nada más y nada menos que… ¡20 personajes desbloqueables! Contaremos con varios recorridos posibles y enemigos de todo tipo. De entrada contaremos con Gal, una kickboxer, Ricardo el minotauro o F. Norris ;), un ninja.

Posibilidades infinitas de juego

Con muchísimo contenido desbloqueable, multitud de modos de juego y un sinfin de extras, tenemos un título de aquellos que vale la pena tener. Muy divertido en su modo cooperativo. Completamente im-per-di-ble.

Conclusión

Poco podemos explicar que no sepáis ya de la mecánica de un beat’em’up, pero debemos avisaros que es sin duda del mejor que encontraremos en la actualidad con un apartado gráfico sublime, un respeto por el jugador de nota y una banda sonora apabullante (40 temas originales de muy alto nivel). Su creador invirtió tres años en su creación y se nota. Una maravilla.