Crítica: «Fearscape», abajo la cuarta pared.

A estas alturas, encontrarte con un cómic que te sorprenda y te descoloque, ofreciendo una premisa novedosa y atrevida, es algo realmente poco habitual. Por eso, cuando una obra como Fearscape cae en tus manos y comienzas a leerla, lo primero que piensas es que te encuentras ante una de esas rara avis. La primera página es ya una declaración de intenciones y un aviso de lo que viene a continuación. Pero empecemos por el principio.

Vault es una editorial independiente americana especializada en cómics de ciencia ficción y fantasía, prácticamente desconocida para nosotros pero que cuenta en su catálogo con obras de contrastada calidad. Es extraño que ninguna editorial haya puesto antes su atención en ella, pero todo tiene remedio y Editorial Hidra, a través de Medusa Cómics comienza el lanzamiento español de estas series… y que mejor que empezar por Fearscape.

Ryan O’Sullivan está a los guiones. Un escritor al que no seguía la pista más allá de alguna adaptación de videojuegos al medio impreso, como Dark Souls o The Evil Within. Por su parte, el dibujo es obra de Andrea Mutti, este algo más conocido por haber trabajado en las «grandes», llegando a dibujar a casi todos los personajes icónicos de la industria, desde Spider-man a Batman. Un estilo sencillo y detallista, muy personal, caracteriza al artista italiano. Ayudados en el color por Vladimir Popov, son los responsables de esta curiosa maravilla que es Fearscape y de la que, ahora sí, paso a hablar.

Fearscape es un mundo fantástico en el que habitan seres imaginarios, los miedos y terrores de la humanidad. Cada cierto tiempo, esos terrores amenazan con volverse reales y atacar nuestro mundo. Es el momento en el que la Musa interviene y acude a nuestra realidad en busca del mejor escritor, el más destacado creador, que la acompañará a Fearscape para enfrentarse con su ingenio e inventiva a estos seres. Arthur Proctor es el mejor escritor del momento y un éxito arrasador sus novelas de fantasía. Por desgracia, Arthur está gravemente enfermo y se encuentra inconsciente en el hospital. Tenemos, por otro lado, a un escritor mediocre al que Arthur tutela. Se trata de Henry Henry, taimado y egoísta, que no duda en aprovecharse de la incapacidad de Arthur para robarle, literalmente, su última novela.

Quiere el destino que la Musa, en ese momento, llegue en busca del mejor escritor del mundo para internarse en Fearscape… confundiendo a Henry con Arthur y llevándose a este al mágico reino. La incapacidad, estupidez y maldad de Henry servirán el drama en bandeja. Lo que sucede y como sucede a continuación lo dejamos para que seáis vosotros quienes lo descubráis. No es un argumento original ni revolucionario… sin embargo, la sustancia del cómic reside en cómo está contado.

Henry es el narrador. La obra está contada en primera persona a través de cuadros de texto que no son sino un diálogo constante del protagonista… con nosotros. Como suena. El lector se convierte en parte activa de la obra y en elemento integrante de la historia. Somos testigos de la aventura a la vez que cómplices del delito. Las palabras de Henry se meten en tu cabeza y convierten tus pensamientos en respuestas figuradas que encuentran respuesta, a su vez, en el siguiente cuadro de diálogo. La primera página del cómic es (me remito al primer párrafo de esta entrada) una sorpresa total. Solo leerla te demuestra que tienes entre manos una obra única que destruye desde el inicio la cuarta pared.

Este recurso lo hemos visto en otras obras como Promethea de Moore o Animal Man de Morrison… pero jamás lo había leído como fórmula integrada en la historia, de principio a fin. Y más allá de la sorpresa que produce y de lo bien trabajada que está no voy a seguir contando nada más, para no destruir las sorpresas y sensaciones que esta fórmula consigue trasmitir.

El guión de O’Sullivan es florido y rimbombante, acorde al personaje que habla todo el rato… el petulante y sobreactuado Henry, cuyos diálogos navegan entre lo ridículamente pomposo y lo trágico y patético. La historia de fondo, que apreciamos asomándonos por encima de la dominante figura del protagonista/villano, está llena de simbología y referencias y consigue destacar pese a lo simple del argumento. Contiene sus giros y sus momentos dramáticos y se beneficia de un ritmo que me atrevería a calificar de teatral.

Por su parte, el apartado artístico es magnífico y acorde con el tono de la historia. Personajes de cuento, imaginados y semireales están muy bien diseñados y plasmados con tintes de terror. Incluso la obra, globalmente, destila cierto tono de oscuridad. El estilo de Andrea Mutti casa muy bien con ello y sabe complementarse con la singularidad de la narrativa.

No puedo más que deshacerme en elogios hacia esta obra y hacia Medusa Cómics por traerla hasta nosotros. La crítica especializada la ha glorificado y, paradógicamente, podía fácilmente haberse quedado en el olvido. No ha sido así y nosotros podemos disfrutarla en un volumen integral, edición de lujo con elegante diseño e inmejorable presentación.

Fearscape es un poco Literatura y un poco cómic, pero es, sobre todo, una obra tan extraordinaria como singular. Una buena historia que destaca por su manera de ser contada. No te dejará indiferente.

• Fearscape. Medusa Cómics.
• edición Original. Fearscape. Vault.
• cartoné. 160 pp. color. 17,50 €