Críticas de cómics

Crítica: «Fax desde Sarajevo», canto a la amistad

Resumen de la Crítica

General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición

Muy recomendable

Una impresionante manera de narrar los horrores de la guerra y la esperanza de los refugiados.

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No habían pasado ni 50 años tras los horrores de la 2ª Guerra Mundial, aquel episodio que la civilización prometió no olvidar… y en el corazón de Europa se desató un conflicto igual de monstruoso. Con la escusa de la secesión se produjo la masacre del pueblo croata (musulmanes, judíos, etc), ante la mirada impasible de sus vecinos europeos. Nadie estuvo a la altura y, repitiendo lo que había sucedido medio siglo antes, los asesinatos, violaciones, campos de concentración y robos, fueron consentidos para vergüenza del Mundo. Aun a día de hoy se trata de una guerra poco conocida, pero no por ello menos execrable.

Ervin Rustemagic, editor y agente, muy reconocido en el mundo del cómic, quedó atrapado con su mujer y sus dos hijos en Sarajevo al estallar la guerra, durante año y medio, en uno de los asedios más crueles que podamos imaginar. Ervin solo tenía un medio a su disposición para comunicarse con el mundo exterior: el fax. Aprovechando los pocos ratos en los que había corriente eléctrica, o recurriendo al generador del hospital de campaña, Ervin mandaba un fax tras otro (llegó a mandar cientos) a sus amigos, narrándoles el tortuoso y lamentable día a día. Entre estos amigos se encontraba Joe Kubert, la leyenda del cómic que falleció hace solo unos años (2012). Una vez acabada la pesadilla y mientras estaban reunidos, Joe propuso crear un cómic tomando como material documental todos esos faxes y algunas fotos realizadas durante la guerra y, aunque Ervin se negaba para no tener que recordar lo sucedido, la intermediación de la pequeña Maja (hija de Ervin) decantó la balanza.

Fax desde Sarajevo es un canto a la amistad. Una forma distinta y artística de reconocer el sacrificio y la entrega, la esperanza y la angustia, que la familia Rustemagic vivió durante esos 18 meses infernales. Es una prueba, un documento y a la vez un homenaje a las víctimas y yo, me atrevo a añadir, un testimonio aterrador que debe servir como advertencia. Porque todo lo que incluye este cómic es real. Aunque haya pasajes que nos estremezcan, tenemos que pensar que cada viñeta y cada escena son reflejo fiel de aquello que una vez llegó a suceder.

Aunque Ervin y su familia vivían en Holanda, la aparente sensación de calma política y la «morriña» por volver a su tierra hizo que regresaran a Sarajevo en 1992. La mala suerte quiso que poco después estallase la Guerra de Bosnia y la capital quedase sitiada por las tropas serbias, que ya habían arrasado las poblaciones que encontraron a su paso. El cómic combina réplicas de los faxes que se mandaban con escenas dibujadas y narradas con la maestría habitual del genio Joe Kubert. Es escalofriante leer un testimonio tan directo, lleno de dolor y temor… tanto como contemplar en los rocosos y certeros dibujos de Kubert las miserias de la guerra. Se cuenta sin paliativos como los francotiradores serbios disparan preferiblemente a niños jugando en los parques, pues saben que acudirán a socorrerlos sus padres o abuelos, y así pueden tener más objetivos que tirotear. Objetivos que son remunerados convenientemente, 300 dólares por víctima. Asistimos al bombardeo constante, día y noche, minuto a minuto, sin descanso, llevando a los civiles a un estado de nerviosismo extremo. Nos relatan como los serbios matan sin contemplaciones a hombres y ancianos, o los llevan a campos de concentración, y como violan a las mujeres y niñas, o son llevadas a campos de violación, para dejarlas preñadas de un futuro bebé serbio… Estos horrores y muchos otros son el día a día de los Rustemagic, un Infierno absoluto, del que lucharán por escapar.

Sus amigos en el extranjero (Kubert incluído) moverán montañas para ayudarles, incluso veremos la intervención de otros conocidos en el medio, como Hugo Pratt. Pero la desidia de la ONU complicará mucho las cosas. La dureza del cómic queda clara, pero sabed que tiene un final feliz, al menos para los Rustemagic, que es todo lo feliz que uno puede estar tras haber dejado cientos de miles de víctimas civiles en el camino.

El apartado artístico es sobresaliente. Un Joe Kubert entregado en cuerpo y alma, con un dibujo duro y bronco en el que su estilo personal asoma por entre ruinas y estallidos. La guerra sucia está tan bien reflejada como se puede esperar del maestro y, las expresiones de los protagonistas son angustiosas y profundas, con miradas perdidas y desoladas. Incluso el color, realizado por el propio estudio de Ervin Rustemagic, todo el aspecto visual grita con la angustia de las víctimas, los civiles, que son los tristes protagonistas. El guión, apoyado por los fax, mantiene el tono sobrio de la obra, donde nunca hay lugar para el humor, pero sí deja momento para la esperanza. El respeto y el cariño que desprende el cómic es tan palpable que termina contagiando al lector. No os extrañéis si termináis soltando alguna lágrima y, si no lo hacéis durante la lectura del cómic, lo haréis al finalizar los impresionantes documentos que contiene este tomo.

ECC edita Fax desde Sarajevo en formato de lujo, como se merece la que puede ser mejor obra de Joe Kubert, incluyendo todas las menciones que los implicados quisieron dejar plasmadas, como la del fotógrafo Karim Zaimovic, que falleció en Sarajevo a los 24 años a causa del estallido de una granada y cuyas fotos se incluyen aquí y sirven para documentar la obra. O la nota a modo de epílogo que dedica Ervin, el protagonista del cómic, al genio sin igual que fue Joe Kubert.

  • Fax desde Sarajevo. ECC Ediciones.
  • Fax from Sarajevo. Strip Art Features.
  • cartoné. 208 pp. color. 25 €

 

Giacco

Redactor jefe de las secciones de Cómics y Videojuegos, así como presentador de muchos de los programas de Hello Friki Podcast.

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