Crítica: «Evil West», vampiros en el Far West

De un tiempo a esta parte se están poniendo de moda las ucronías en el cine, los videojuegos, etc. Revisiones de un pasado «alternativo» que guardan no poco parecido con nuestra Historia real pero que se permiten incluir elementos diferenciadores, ficticios o no, para construir apasionantes y curiosas aventuras. La última en caer en nuestras manos es este juego, Evil West, que nos traslada a un Lejano Oeste invadido por vampiros y seres de ultratumba y en el que un cuerpo de vaqueros/pistoleros de élite se encargan de mantenerlos a raya.

Si ya de por sí esto suena interesante y prometedor, sumadle la tecnología steampunk donde máquinas de vapor y rudimentarias armas eléctricas se combinan con los revólveres de toda la vida. Con todo esto tenemos el marco ideal para que Flying Wild Hog y Focus Home Interactive desarrollen un buen juego… y lo han conseguido.

Evil West acaba de salir a la venta para PS4, PS5, Xbox One, Xbox SerieS/X y PC (Steam) y nosotros ya lo hemos jugado… por eso queremos contaros todas nuestras impresiones de este impactante y visceral título.

Argumento original, atractivo… y terrorífico

La historia que se despliega con el desarrollo del juego no está nada mal. A través de varias misiones (16 en total) a las que nos enviarán nuestros compañeros, recorreremos diversos parajes, algunos típicos del Oeste y otros no tanto, mientras libramos una guerra abierta con una improvisada lideresa vampira, Felicity. Los planes de este inquietante y malrrollero ser no pintan nada bien y nos toca a nosotros descubrirlos, abortarlos… y sobrevivir en el intento.

Encarnamos a Jesse Rentier, hijo del director del Instituto Rentier, la organización encargada de acabar con los monstruos y, sobre todo, con esos molestos vampiros que empiezan a organizarse.

Insistimos que la historia está muy bien contada a través de cinemáticas que se encajan con cuidado para dar paso a las misiones, sin notarse forzadas. Encontraremos giros, drama, humor, mala leche y alguna que otra sorpresa… amén del terror inherente a los adversarios que tenemos enfrente. Además, incluye elementos de la mitología y folklore de los indios norteamericanos, añadiendo ese punto de exotismo y diferencia que ayuda a sentir el juego, todavía más, como algo realmente original.

Unreal Engine 4, ese amigo que nunca falla

Para que todo resulte tan sólido y creíble, que mejor que ir a lo seguro y usar el fiable Unreal Engine 4 como motor gráfico. Así se consiguen los resultados que podéis ver en las capturas adjuntas y en los vídeos que circulan. Todo luce espectacular y sólido y, los enemigos, uno de los puntos focales del juego, son temibles en aspecto a la vez que muy creíbles y contundentes.

No se puede apostar por un juego de terror visceral como este si no se cuida ese aspecto. Así que Evil West echa el resto para mostrar vampiros, mutaciones, hombres lobo y una gran variedad de seres que nos pondrán las cosas difíciles. No hace falta decir que los enemigos de gran tamaño y los jefes finales todavía rebosan de más elementos y detalles. Resumiendo, que el juego se ve espectacular.

¿La pega? Es obvia: los escenarios son indestructibles. Resta credibilidad al juego que no seamos capaces de romper nada con nuestro poderoso protagonista, excepto algunos elementos que aparecen oportunamente marcados. Es una sensación molesta, ciertamente, pero también es aconsejable pasar esto por alto y centrarnos en lo bueno que ofrece el juego… esa es la clave para disfrutarlo.

Es la clave y también nuestro consejo, porque Evil West ofrece acción sin freno y casquería abundante. Y lo hace mediante un sistema de juego sencillo, asequible y muy muy visual. Los típicos botones de golpear y esquivar se combinan con el disparo (o disparos, que llevamos varias armas) para que hagamos combos espectaculares que salpicarán la pantalla de sangre. Aquí volvemos a hablar del tema steampunk, porque algunas armas utilizan electricidad y nos permiten realizar golpes especiales que llenan todavía más los combates de dinamismo, explosiones y violencia gratuita (si es contra vampiros y monstruos, está permitida)

Un paseo poco tranquilo por el Oeste

Tanto los ataques como las armas se pueden mejorar, con la habitual transacción de las monedas que obtenemos por el camino. Lo inteligente es que esas mejoras llegan de forma gradual y suelen abrirse para ser seleccionadas cuando ya dominamos el movimiento anterior. Y así, paso a paso y con paciencia, acabaremos siendo capaces de hacer ataques devastadores y de disparar andanadas de saetas eléctricas… y la diversión sigue creciendo de forma exponencial.

Pero no todo será combatir. Encontramos zonas donde debemos resolver sencillos (demasiado sencillos) puzles para poder continuar… y personajes a los que rescatar… y algún camino alternativo que nos lleva hasta ese cofre escondido. Poco más. Otro de los problemas o pegas que se pueden mencionar es la linealidad de su recorrido. Nos limitamos a ir, como suele pasar en estos juegos, del punto A al B mientras nos defendemos de emboscadas y ataques, justo en las zonas más amplias del mapa. Sí, muy típico… pero los escenarios son tan impactantes y los combates tan divertidos que casi nos da igual.

En cuanto al sonido, podemos asegurar que las melodías y las músicas están bien integradas en el juego, pues no nos molestan y las apreciaremos en momentos puntuales, para enfatizar el drama, la tensión… o el terror. Lo mismo pasa con el doblaje (en perfecto inglés con subtítulos en castellano), realizado de manera impecable y con un montón de personajes y líneas de diálogo.

Jesse puede llegar a más

Hablando de personajes… Jesse, el protagonista, podría haber sido algo más carismático. Su chulería y sus maneras macarras no están a la altura de un Dante (DevilMyCry) y parece que siempre está apoyado por algún personaje secundario, bien sea Edgar (su best friend) o Erving. el cerebrito. Sea como sea, al acabar el juego, Jesse no queda en la memoria de la misma forma que lo hizo, por ejemplo, el personaje antes mencionado. Aunque esto siempre se puede solventar en una segunda parte…

También podemos hablar de la duración, que ronda las 15 horas. No es poco para un juego de este calado gráfico, pero sí lo es para los estándares actuales. Este posible contratiempo se puede suavizar si pensamos en lo rejugable que es (creednos, cuando controlas al completo a Jesse te va a apetecer repetir la experiencia) y también en su modalidad cooperativa. Sí, el juego nos da la posibilidad de jugar ciertas misiones acompañados por algún amigo y así poder enfrentarnos a las ordas de la noche algo más tranquilos.

Resumiendo: con Evil West vamos a disfrutar de un espectáculo visual y contundente, enmarcado en una ucronía original y aterradora. Lo han comparado con un Kratos en el Oeste, o un Gear of War. Los parecidos gráficos y de estilo son similares, pero sería injusto no reconocer que el juego se gana todo lo que consigue por méritos propios.

Vampiros en el Far West y una organización secreta que los combate. Menos mal que a alguien se le ha ocurrido esta maravilla de argumento y la ha plasmado en esta maravilla de juego. Espectacular y cruel, muy cruel… porque nos quedamos con ganas de más.