Crítica: “Es un pájaro…”. Catarsis literario.
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Crudeza y verdad en un viaje de autoconocimiento absoluto y visceral.
“Pero el uso obstinado de lo imposible es exactamente para lo que sirven las historias de los cómics...para recordarnos que cuando el mundo real nos sobrepasa, siempre podemos ir a un lugar donde el hombre , o superhombre, puede escapar de todo lo que tenga en su contra”
Huérfano de esta obra desde su primera edición, después de la tremenda satisfacción que me había llevado tras su lectura, lo de que no lo hubiera leído antes fue la primera reflexión que me vino a la cabeza cuando me pregunté si había algo que no me había gustado. Pero creo que me ha llegado en el momento justo. Seguramente la habría disfrutado con veintimuchos y le hubiera sacado partido. Pero con cuarenta y pocos, casado, con hijos y con padres que inician sus setenta, le he sacado todo el jugo y por un pelo no me como la piel. ¿He dicho tremenda satisfacción? No, me ha entusiasmado.
Porque me parecen admirables estos exorcismos y ejercicios catárticos literarios sin ñoñerías y tópicos gratuitos y planos. Porque me parece valiente la exhibición libre y sin cortapisas de tus sentimientos sin miedo a las consecuencias. Porque me fascina cuando algo tan visceral como hablar de uno mismo tenga una estructura tan ordenada, equilibrada y coherente sin arreones desiguales y descontrolados. Porque no recalca el momento dramático y/o emocional que obligue a llorar o a cambiar la textura de la piel. Todo fluye cuando toca en función de lo que a cada uno le toque, es un todo orgánico y vivo. A tenor de las interioridades de cada lector, los sentimientos se modularán según cada uno.
Desconozco si es una autobiografía total de un momento puntual en la vida de Seagle o si es una autobiografía parcial mezclando experiencias reales y ficticias que sostengan y focalicen las primeras, pero sí hay verdad en sus reflexionas vitales sobre su profesión, de la relación con su familia, de la vida en pareja, su conexión con la sociedad y en los análisis emocionales sobre el desenvolvimiento vital según sus sentimientos, certezas y convicciones cuando chocan con todos estos factores. Y creo que es verdadero porque funciona como el diario de una cápsula temporal de la vida del autor. Porque si no fuera así me estaría engañando y la honestidad que aquí descubro hace que eso no pueda ser cierto. Aquí recibo respuestas emocionales lógicas ante eventos cotidianos donde nos podemos identificar según nuestro contacto con distintas realidades y las conclusiones personales que obtenemos de ellos según la experiencia y el conocimiento. Y si encima la justificación para tal desnudez espiritual nace por las dudas, miedos e inseguridades de enfrentarse profesionalmente con Superman, contrastando toda la información interna y externa del autor que este recaba enfrentándola con sus razonamientos sobre el funcionamiento de todas las cosas, todo para conocer al personaje en todas las facetas posibles y así alcanzar la inspiración para dar lo mejor de sí mismo con el personaje, es la cuadratura del círculo.
En un mecanismo emocional perfectamente engrasado, Seagle radiografía a Superman como personaje de ficción y como icono, exhibe sus reflexiones vitales sobre muchos temas existenciales, desarrolla una apabullante y potente historia familiar de angustia y reconciliación con la vida, profundiza en la fuerza evocadora del cómic y destaca el comportamiento ejemplar de los verdaderos superhéroes reales que levantan el velo de sus particulares idiosincrasias individuales para ejercer sus virtudes pro bono.
Teddy Kiristensen encaja como un guante en esta propuesta gráfica. Templa la fuerza de las exposiciones narrativas y la potencia dramática en muchas de sus escenas con una ligereza y elegancia visual que normaliza el encaje de todos sus golpes de efecto. Como no aturulla visualmente ni confunde narrativamente, la sucesión de viñetas se absorben sin confusiones ni obstáculos narrativo-gráficos aparatosos. Puesto que la fuerza esta en las palabras y en las reacciones personales, tanto en lo exterior como en lo interior, el artista se subordina a los textos para dejar claro que es lo verdaderamente relevante en la obra. De ahí que apenas haya fondos, menos mundo más allá del de los personajes que es lo único que debe importar. Como es tan polivalente acepta el reto de Seagle alejándose totalmente de lo expuesto en “House of Secret”, por ejemplo, mucho más recargado y atmosférico. Aquí se aleja de esos conceptos oscuros y deformes marcando el trazo con una tinta muy sutil, casi invisible, como si se fuera a romper con un soplo. Pero eso no significa que se prescinda de su talento, su polivalencia artística va a resultar muy útil en los estudios sobre Superman. Con varios estilos y recursos, construye una serie de piezas oníricas y metafóricas muy distintas entre sí en función de las necesidades descriptivas de Seagle interpretando lo que el escritor entiende que representa Superman para sí y para con los demás, ya sea como personaje de ficción, ya sea como icono.
“Es un pájaro…” me parece una de las mejores novelas gráficas de lo que llevamos de siglo. Espero que os guste lo mismo que a mí.
It’s a bird…, DC Comics. Es un pájaro…, ECC Ediciones. Cartoné. 144 págs. Color. Pvp: 17,95 €.