Crítica: «Equipo Rojo 2» Centro de masas, dos disparos

La unidad conocida como Equipo Rojo, especialistas en crímenes relacionados con el narcotráfico, se cansó de ver como grandes delincuentes se iban de rositas y solo se castigaba a los que estaban en la parte baja de la pirámide. Así que decidieron tomarse la justicia por su cuenta… al margen de la propia Justicia. Esto lo vimos en el primer tomo, que reseñamos oportunamente en Hello Friki, y ahora, un año después de aquello, nos encontramos a los detectives supervivientes, Trudy Giroux y Eddie Mellinger, en sus nuevos destinos.

Sus superiores los han relegado a tareas menores y patrullan las calles, hastiados y desmotivados, pensando más en otras cosas que en sus nuevos puestos de trabajo. Pero la casualidad va a querer que esto cambie pronto, pues en un encuentro fortuito van a cruzar sus caminos con Eric Nigthingale, un niño de papa que guarda en el maletero de su coche el inicio de lo que parece ser un caso mayor. Cuando Trudy y Eddie comienzan a tirar del hilo, se verán involucrados cada vez más en un turbio asunto que mezcla lo peor de los bajos fondos y de las bandas de la ciudad… y algún que otro pez gordo.

Garth Ennis y Craig Cermak lo han vuelto a hacer. Han compuesto una historia policíaca que mezcla con seriedad elementos habituales del genero como son las investigaciones, las tramas corruptas y personajes interesantes y complejos. Han recogido los pedazos que quedaron tras aquel primer tomo y han confeccionado algo totalmente nuevo, pero manteniendo la misma esencia. Ennis no actúa como el guionista histriónico y provocador al que nos tiene acostumbrados, se contiene y pone su talento de escritor (que es mucho) al servicio de la historia y los personajes… y del género policíaco, detectivesco, consiguiendo crear una trama madura, compleja, de desarrollo pausado pero firme. Con personajes creíbles, humanos. De hecho, ese es uno de los aspectos más potentes de este segundo tomo de Equipo Rojo: explora con gran intensidad las personalidades de los protagonistas, humanizándolos y acercándolos al lector.

La investigación y el desbrozo de la trama es otro punto fuerte de este cómic. Se produce mediante pasos congruentes y no con las habituales casualidades imposibles y fortuitas. Nuestros detectives avanzan con coherencia por la madeja de mentiras y silencios de la que se compone la trama que hay ante ellos, lidiando con tipos turbios y con maleantes, a base de intensos interrogatorios… pero también sorteando a sus propios superiores que, a raíz de lo sucedido en el pasado, desconfían siempre de ellos.

En el apartado artístico volvemos a contar con un sensacional Craig Cermak, especialista en representar espacios cerrados e intimidantes donde los planos cortos imperan y donde aprovecha para lucirse con su mejor baza: el retrato. En la expresión corporal y el tema físico puede ser algo menos acertado, con personajes un tanto acartonados… pero el acento lo pone en crear ambiente y reflejar con fidelidad escenarios callejeros y los mencionados espacios pequeños, espacios cortos, donde se desarrollan la mayor parte de las escenas en forma de interrogatorios. Ahí es capital la habilidad para retratar rostros y lo que estos reflejan: ira, rabia, desdén…

Así que tenemos un segundo volumen de este Equipo Rojo que mantiene la coherencia y la calidad de su predecesor. Ennis y Cermak mantienen el pulso de la serie y la convierten en una historia policíaca dura y real, densa e interesante. A nosotros nos llega recopilada en tomo único de la mano de Planeta Cómic, lo que es de agradecer pues esta historia se debe leer del tirón. Así su carga dramática y su profundidad se saborea de una sola tacada. Un cómic detectivesco, de serie negra y de corte moderno, a la altura de los grandes.

• Equipo Rojo 2. Centro de masas, dos disparos. Planeta Cómic.
• edición original. Red Team vol 2. nums 1-9. Dynamite
• rústica. 248 pp. color. 20 €