Crítica: “El pasado”: Cuando el silencio habla

El director y escritor Asghar Farhadi se encontraba en París desarrollando un guión ya terminado cuando una idea que no pudo sacar de su cabeza tomó forma inmediatamente y no hubo más que darle vida. El ya ganador del Oscar por mejor película extranjera, regresa después de su fuerte, conmovedora y reflexiva película Una separación, un film difícil de superar pero no imposible. Desde Cannes hasta los premios César, El pasado parece haber cautivado a más de uno dentro del circuito de premiaciones en el 2013.

Ahmad (Ali Mosaffa) regresa a París para terminar los trámites de divorcio con su todavía esposa Marie (Bérénice Bejo). Pero desde su llegada, Ahmad se da cuenta que las cosas han cambiado y que no solo hay un nuevo amor en la vida de Marie, sino que la relación con su hija se ha vuelto complicada. Los secretos, las expectativas, los traumas, los deseos, la realidad y el pasado se juntaran para desencadenar un conflicto que toca a todos los miembros de la familia y que podría cambiar su futuro para siempre. El director Iraní se toma su tiempo para contar su historia. Para él no hay prisa pero si existe un aumento de intensidad conforme pasa el tiempo. Una historia alejada de Hollywood o de existencialismos, donde conocemos personajes comunes enfrentados a un pasado que los alcanza y quiebra todo y a todos a su paso. La excelente dirección de Asghar, a pesar de la barrera del idioma, nos regala momentos con una calidad actoral que va más allá de las palabras. El silencio, las caras de cansancio y las miradas, son palabras no dichas tan fuertes que transmiten, y nos dan una idea del panorama de angustia, tristeza, confusión y miedo que invade a los protagonistas.

Un film que parece haberse creado gracias al destino; y es que Farhadi no solo desarrolló el proyecto de último momento, sino que conoció a Bérénice Bejo en su visita a Estados Unidos al estar ambos nominados al Oscar en el 2012. Farhadi y Bejo parecen no haberse encontrado por casualidad, ya que ambos comparten en este film diferentes pero a la vez importantes retos para sus respectivas carreras. El director de A propósito de Elly (2009), toma el riesgo de cambiar de escenario por primera vez en su carrera (de Irán a París) pero manteniendo su estilo con personajes complejos con situaciones auténticas. Mientras que Bérénice cuenta con una larga pero no tan notoria carrera, donde sus contados éxitos  han sido al lado del director ― y su esposo―, Michel Hazanavicius y su amigo Jean Dujardin en El artista (2011) y OSS 117: El cairo, nido de espías (2006). Bejo demuestra que tiene talento fuera de este trío y se muestra consciente y honesta al reconocer lo que El artista hizo por su carrera, sin dejar a un lado que su interpretación también ayudó al éxito del film.

 Una actriz que no le quita el sueño el poco interés que Hollywood tiene en ella. Ella solo piensa en el momento, su familia y en aprovechar oportunidades. Un director que solo quiere contar historias y crear más preguntas que respuestas en el espectador sin emitir juicios. Un elenco perfecto que embona y transmite lo que el film es, un drama en diferentes líneas que se entrelazan en algún punto. Una película francesa con un alma Iraní y un elenco multicultural que deja claro que el cine va más allá de idiomas, culturas y estilos. Un film no para todos al sentirse lento y largo por momentos pero lo que no podemos discutir es su calidad y sus emociones.