Crítica: «El Pacto del Letargo» de Miguelanxo Prado

En las profundidades del bosque, las piedras y los árboles ocultan las tumbas de Demonios y Puros, criaturas milenarias que tiempo atrás hicieron un pacto: aguardar en un latente letargo hasta que la raza humana o bien volviera a estar en armonía con la naturaleza, o bien se autodestruyera. Sin embargo, las indagaciones de un estudiante y un profesor de Historia aceleran el Despertar de forma accidental. Esta es la premisa del último cómic del multipremiado Miguelanxo Prado, publicado por Norma Editorial, un thriller que combina naturaleza, historia y mitología, con una ácida crítica a la condición humana.

En el Despertar de los Mágicos se ve envuelto Artur Rego, un joven doctorando en Historia, cuando sus sobrinos encuentran unas runas grabadas en los robles del bosque. Esas runas están misteriosamente conectadas con un cuaderno de notas que encuentra en la biblioteca del departamento de Arqueología y que pertenecía a Ancares Díaz, antiguo profesor en la universidad e historiador versado en el estudio de la pervivencia de la magia. Entre los hallazgos del investigador se encuentra un trisquel, un símbolo celta grabado en madera, que desapareció en extrañas circunstancias poco antes de su jubilación. La búsqueda del trisquel se convierte en el motor de la trama, ya que es el punto de unión entre los personajes y la clave para salvar la humanidad.

El título épico de la obra está en concordancia con la magnitud física del cómic que, aunque solo consta de 104 páginas, tiene un tamaño nada desdeñable de 23,5 cm de ancho por 31 de alto. Encuadernado en tapa dura, la portada destaca a uno de los personajes principales, el demonio Xamaín, uno de los más interesantes y mejor caracterizados. En su interior, las viñetas constan de dibujos realistas a todo color que cambian a tonos sepia cuando la historia nos traslada eventos del pasado. Otro aspecto interesante del diseño es el tipo de letra utilizado en los bocadillos, que cambia cuando intervienen los Mágicos.

La temática del cómic es muy pertinente en la actualidad dada la creciente desconexión del ser humano con la naturaleza, que está agravando cada vez más fenómenos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la destrucción de hábitats. El pacto es consecuencia del abandono de la sabiduría tradicional y del uso sostenible de los recursos que obtenemos de la naturaleza, en favor de sociedades cada vez más industrializadas e impulsadas por el materialismo y el consumismo. La combinación de esta problemática con la mitología gallega y universal resulta muy atractiva para los lectores interesados en la fantasía y las leyendas de la historia antigua. Sin embargo, aunque la investigación engancha y mantiene el interés hasta el final, este resulta un poco convencional y abrupto, sin demasiadas sorpresas.

Introducir más elementos del folklore gallego y profundizar un poco más en personajes tan interesantes como Lúa, una estudiante de doctorado de Historia del arte que tiene una habilidad muy especial, e incluso en las problemáticas ambientales que están amenazando la supervivencia del ser humano en la Tierra, enriquecerían la historia. Sin embargo, este final tan abierto y escueto podría encontrar su explicación en que El Pacto del Letargo es la primera parte de la Trilogía del Trisquel, proyecto con el que el autor pretende tratar temas clásicos como el bien y el mal, a través de la interacción entre seres humanos y fantásticos. Por el momento habrá que aguardar, esperemos que no un largo letargo, a que los Demonios y los Puros vuelvan a despertar.

Miguelanxo Prado es un autor e ilustrador gallego de reconocimiento nacional e internacional con obras destacadas como Trazo de tiza o Alardén, con la que recibió el Premio Nacional de Cómic en 2013.