Crítica: «El fantasma que alimento», el trastorno que te devora
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Muy Recomendable
Emotivo a la vez que dura obra que explora en primera persona el problema de los trastornos alimentarios
Qué dificil es tratar un tema tan delicado como los trastornos alimentarios y hacerlo bien. Pero que emocionante e intenso cuando se consigue. Lograr transmitir, con naturalidad y fuerza a la vez, lo que vive una persona (una persona joven en este caso), no solo llega a conectar con el lector de una manera intensa y especial sino que puede hacernos entender qué es lo que siente alguien sujeto a dicho problema.
Victoria Ying es una artista enamorada de los cómics que ha trabajado como animadora en películas tan importantes como Frozen o Enredados, y que se ha ganado el reconocimiento del medio tras firmar obras tales como City of Secrets y trabajar para DC a cargo de uno de sus personajes icónicos: Wonder Woman. Su última obra publicada, a fecha actual, es esta El fantasma que alimento y sirve un poco como exorcismo a una parte de su vida. Como ella misma dice la protagonista no soy yo, pero yo fui ella.
Difumina intencionadamente los elementos reales de aquellos inventados para la ocasión, pero no se puede ocultar la impronta autobiográfica que impregna a la obra. Porque sin haber vivido esto, es muy dificil, si no imposible, contarlo con esta sensibilidad, claridad y dureza.
Valery es una joven que vive obsesionada con la comida. Su propia madre ha conseguido meterle en la cabeza esa sensación de culpa si come demasiado, ese estigma de sentirse gorda o que los demás no te vean perfecta… dentro de unos cánones estereotipados, irreales e inalcanzables de los que todos, en mayor o menos medida, somo esclavos. Pero en el caso de Valery la obsesión y el control por las calorías ingeridas da paso al trastorno alimentario. Tras comer algo, se siente mal y tiene que ir directa al baño a vomitarlo todo.
Este problema se agudiza si lo combinamos con la edad que tiene, pues en la juventud afianzamos nuestros lazos sociales y nos relacionamos con mucha intensidad tanto con amigas como con parejas o posibles parejas. Jordan, su mejor amiga, no es consciente de su problema… hasta que todo estalla. Le va a afectar a todos los niveles y todavía se acrecentará más cuando una tragedia se ceba con la familia.
El cómic nos mete en la mente de Val y nos hace partícipes de sus pensamientos. Miramos a los problemas como ella los mira y tragamos con las desgracias a través de ella. Por eso la historia es tan intensa, llegando momentos en los que nos consigue emocionar de verdad. Acompañamos a Val por este calvario vital, por su viaje de caída… pero también la veremos rehacerse, levantrase y luchar.
El dibujo de Victoria Ying no busca el preciosismo, aunque está compuesto por simpáticas composiciones donde se ve un poco la reminiscencia de ilustradora de animación. No se detiene en detalles concretos y los trazos aparentemente descuidados dejan ver perfectas expresiones, representaciones de personajes y lugares y, sobre todo, busca una composición narrativa fluida y dirigida. Fluída porque se lee con la inercia de una lectura y dibujo pensado para entretener a la vez que emocionar… y dirigida porque la autora domina sin prejuicios el tempo de cada escena. Sabe detenerse en una conversación importante, congelar un momento o hacernos pasar de puntillas por otros. Control, sería otra palabra que definiría a Victoria Ying como artista completa.
Es una obra muy recomendable para toda persona que pueda tener algún tipo de acercamiento con estos trastornos. Es decir, que no hace falta ser bulímico o anoréxica diagnosticada, pues todos tenemos en algun momento de nuestra vida ese sentimiento de culpa, complejo o estigmatización que da el no poseer los cuerpos perfectos, normativos, que la sociedad impone. Estoy seguro que su lectura puede hacer reflexionar a más de uno.
Si no, como mínimo, le emocionará y se pondrá en el lugar de aquellos que sí lo padecen.
Un cómic que nos llega gracias a Ediciones La Cúpula que, una vez más, se empeña en demostrar que este medio es mucho más que super-héroes y que sirve para mucho más que la evasión.
- El fantasma que alimento. Ediciones La Cúpula
- rústica con solapas. 214 pp. color. 22,50 €