Crítica: El Día Más Brillante (1 de 2) de Geoff Johns, Ivan Reis y otros autores

Lo que tiene liquidar a los pesos pesados o semipesados de una editorial grande es que tarde o temprano los tienes que recuperar. En los setenta-ochenta te podías tomar el lujo de tenerlos bajo tierra hasta el punto que el lector podía tomarse en serio que la cosa iba a ser imperecedera, pero a día de hoy con tanta película potencial sobre X colección o sobre X personaje hace que esto sea impensable. Y en esas estamos con DC Cómics en tiempos pre Nuevos 52 con el evento anual de rigor, en este caso el de 2010. Otra cosa es que ya que vamos a resucitar a unos cuantos, que mejor hacerlos en bloque y que nos dé para dos macro sagas. Esto se traduce en La Noche Más Oscura y El Día Más Brillante. La primera se encargó de traer de vuelta a gente como Detective Marciano, Aquaman, Deadman, Hawkman, Hawkgirl y otros tantos más entre héroes y villanos (ese Maxwell Lord que vuelve, si señor!!!) y esta, de encontrarles su lugar en el mundo, buscar respuestas a unas cuentas cosas y trazar nuevos planes tras los correspondientes reencuentros. Qué duda cabe que si tras esto está todo lo que rodea a los linternas negra y blanca, el regreso no es gratis y el conflicto entre fuerzas contrapuestas, la vieja lucha entre bien y mal, será el precio a pagar con el viejo mito de “el elegido” por medio.

Recopilando los números 0 a 11 de la serie Brightest Day, la historia nos prepara para la confrontación definitiva que deje llana toda mitología creada en torno a los Green Lanterns desde el regreso de Hal Jordan, o mejor dicho, desde que Geoff Johns se puso manos a la obra para reformar y alzar el Universo DC, aunque los principales agentes de la trama sean los más variopintos y disfuncionales posibles, desde un racional y metódico Detective Marciano hasta un pasional y poco ortodoxo Halcón (el socio de Paloma). En efecto, grandes héroes han regresado, villanos carismáticos les han seguido, y la luz blanca que los trajo de vuelta les atosiga ahora en aras de un misterioso objetivo sirviéndose de un héroe inesperado y volátil como es Deadman, con la aparición incluida de la misteriosa Linterna Blanca que funciona a modo de la espada Excalibur o el martillo Mjolnir. Las incógnitas alrededor de estos misterios serán la clave de este primer volumen en espera de las respuestas del segundo, así que este primer momento tendrá dos líneas de interés. En primer lugar la exploración psicológica de personajes de peso, como el referido marciano, el inestable Hawkman y su inseparable Hawkgirl, el incomprendido Firestorm, el dubitativo Aquaman, etc. Y en segundo lugar, lógicamente, lo que rodea al misterio de la linterna y luz blancas, la entidad de la vida y la resaca que conlleva digerir las consecuencias de los Black Lanterns, y sus efectos “latentes”.

En este primer volumen salvo la presentación de rigor de los Doce Elegidos y sus primeas reflexiones, el peso lo llevan Detective Marciano, Aquaman, Deadman, los “Hawks”, Halcón y Firestorm. Sus particulares historias se conocerán a lo largo de los números 1 a 11 alternándose entre ellas. Esto tiene como curiosidad que uno pueda leer únicamente las apariciones del respectivo personaje de forma lineal como si de su serie principal se tratara o como la editada, dando saltos, con un nexo común como es la conexión de todos en torno a la entidad de la vida como elegidos confluyendo en un final común para ellos.

Otra curiosidad radica en el hecho de que se ha aprovechado esta excusa argumental para mostrarnos conceptos nuevos en los propios orígenes de los personajes, uno de ellos con una trayectoria editorial tan larga como es Aquaman y otros de fuerte entidad como es nuestro marciano favorito. Estos ejercicios de retrocontinudad o de sorpresas argumentales en hechos trágicos pasados de un personaje pueden alarmar a su lector favorito, pero Johns es un peso pesado en lo que concierne a este tipo de historias y mitologías deceítas como para echarle nada en cara, porque precisamente lo que hace es sumar en lugar de restar.

De estas microhistorias, en mi opinión, la más interesante es la del Detective Marciando. Una clara reformulación de sus orígenes, con una combinación entre thriller psicológico, aventura a lo “exploradores” y un adversario sumamente sádico ofreciendo interesantes dosis de terror con escenas violentas en entornos domésticos que estremecen la verdad. Muy valientes están los escritores en este particular (no olvidar a Peter Tomasi, puesto que la responsabilidad en la escritura está compartida). La otra sería la de Deadman, sin duda. Quizá las más relevante en cuanto al motor y tránsito de la trama, la que enseñará las pocas cartas descubiertas de la luz blanca y sus motivaciones aprovechándose de un personaje con mucha incertidumbre a sus espaldas, lo que se agradece desde el punto de vista del lector como personaje al que uno se puede identificar por lo descomunal de su nuevo oficio como de la tremenda responsabilidad que exige, siendo muy acertadas sus expresiones tanto verbales como corporales al no tener ni idea de lo que pasa, personificando al lector.

Aprovecho esto para referirnos al pulso narrativo de la obra. Johns y Tomasi están bastante hábiles con el suspense en todos las tramas en las que se desenvuelven los personajes, con grandes y potentes momentos que autentican los hechos que han dado lugar a los mismos. Puesto que los personajes principales no pueden ser más contrarios entre ellos, a pesar que todos ellos están del lado de los “buenos”, el análisis psicológico no puede ser más variado, lo que consigue por un lado, que no se haga repetitiva y monótona la lectura, y por otro, que se permita la comparación entre ellos por parte del lector que de otra forma no sería posible.

En cuanto a la parte gráfica, varios nombres salen a la palestra, cada uno encargándose de un personaje, manteniendo una cierta similitud en el estilo que aunque se nota sí es verdad que no choca y que a fin de cuentas sirve para informar que estamos en la historia de Firestorm o en la de Deadman por ejemplo, lo que conlleva una lectura coherente. En mi opinión quien se lleva la palma es Ivan Reis (y me imagino que esto no sorprenderá a nadie). Encargándose de la historia de Aquaman (como hace en Nuevos 52 de una forma absolutamente impresionante) nos regala unas páginas, unos escenarios, unos combates, unas criaturas, unas poses, etc., etc., de quitarse el sombrero.

En conclusión, un interesante punto de partida de un evento de calidad (teniendo en cuenta que estos “acontecimientos” hay que observarlos con una mentalidad amplia, habida cuenta que se usan muchos personajes, se les redefine, se prepararan nuevos status quo en el particular universo de ficción, hay muchas supervisiones editoriales, etc., etc.) que preparara el terreno al clímax final que veremos en el segundo volumen y que aquí analizaremos como no puede ser de otra forma.

El Día más brillante (1 de 2). ECC Ediciones. 336 páginas. Color. Cartoné. Fecha de edición: Junio 2015.