Crítica: Detroit: Become Human.
Resumen de la Crítica
Valoración
Una de las grandes sorpresas de este año.
Un grandísimo juego que gracias a su historia y a sus personajes, consigue atraparte desde el principio.
El pasado 25 de mayo de 2018, Sony lanzó al mercado Detroit: Become Human. El nuevo trabajo de Quantic Dream (creadores de Heavy Rain y Beyond: Dos Almas), bajo la dirección de David Cage y en exclusiva para PlayStation 4. En esta aventura nos invitan a vivir toda una experiencia de ciencia ficción en la que a través de tres historias, los actos y decisiones que tomemos durante nuestra aventura decidirán el resultado final de nuestros protagonistas.
Estilo de juego, jugabilidad…
Lo primero de todo, hay dejar claro que este no es un videojuego ‘al uso’. Si no conoces los títulos anteriores de Quantic Dream te vas a llevar una sorpresa ya que lo que tenemos delante es una aventura gráfica pero mucho más evolucionada. Aquí no encontrarás un boss final, ni un reto oculto que hay que superar. Lo que hace grande a este juego es la interacción con el mundo y las decisiones que tomes a lo largo de él ya que la historia que aquí nos cuentan no está cerrada, la va creando cada jugador conforme va tomando decisiones y esas decisiones abrirán unas posibilidades pero nos cerrarán otras. La historia se va ramificando como consecuencia de ellas, lo cual repercutirá en la evolución de nuestros protagonistas y su desenlace.
El juego nos da dos opciones de dificultad. El modo ‘Casual’ es para aquellos jugadores ocasionales que no están muy familiarizados con los videojuegos. En este modo, en las escenas de acción se usan menos botones y así es menos probable que tu personaje muera. En los momentos de investigar pistas, hay pequeñas ayudas que te indican la dirección hacia donde buscar y además, el movimiento de la cámara es más limitado haciendo que para el jugador más inexperto sea más fácil moverse. Pero donde realmente se disfruta el juego es en el modo ‘Experimentado’. Las escenas de acción se convierten en un reto, la mayor libertad de movimiento de la cámara consigue que sea un juego mucho más inmersivo y esto, sumado a que los personajes están muy bien construidos, hace que sea imposible no empatizar con ellos y verte envuelto emocionalmente desde el primer momento.
Al final de cada capítulo se nos muestra un gráfico con las diferentes opciones que teníamos y cuales hemos escogido (las opciones que no han sido elegidas aparecen bloqueadas, así que tranquilos que no hay spoilers) y aquí es donde te das cuenta de la cantidad de posibles soluciones que no has visto y que por supuesto, hace que quieras volver a rejugarlo enseguida. Además, esta gráfica también da la opción de ver mediante porcentajes, las respuestas que jugadores de todo el mundo han tomado. Esto me parece un gran acierto porque hay momentos realmente duros, donde sabes que la decisión que tomes va a marcar un antes y un después en la evolución de la historia y donde tienes apenas unos segundos para responderla. Muchas veces durante el juego te planteas si lo estás haciendo bien o no, y gracias a estas estadísticas puedes ver lo que otros jugadores han decidido hacer. Además, cuando vuelves a jugarlo te muestra las decisiones que tomaste en partidas anteriores y así puedes comparar tu evolución.
Conforme avanzamos en el juego vamos consiguiendo puntos. Con estos puntos se pueden desbloquear extras como vídeos, un galería de arte con imágenes de los personajes y localizaciones, temas de la banda sonora… que por cierto, está compuesta por tres autores diferentes, uno para cada protagonista. Philip Sheppard pone la banda sonora a la historia de Kara, Nima Fakhrara a la de Connor y John Paesano a la de Markus, aportando cada uno su estilo y muy acorde con la personalidad de cada uno de los personajes.
Una cosa que me llamó mucho la atención es el menú del juego. Chloe, es una androide interactiva que será nuestra anfitriona. Cada vez que juguemos Chloe nos saludará, nos dirá algún dato curioso o incluso nos hará alguna pregunta. Es increíble el realismo que Quantic Dream ha conseguido a nivel gráfico, ya no solo la perfección de movimientos (los ojos, las expresiones del rostro…) si no la sincronización de la boca y los labios con el diálogo, pero lo que realmente sorprende de Chloe es que su actitud cambia según las decisiones que tomemos durante el juego.
Gráficos…
Y aquí es donde David Cage y su equipo destacan por encima de todo ya que el trabajo que realizan es simplemente espectacular. Detroit: Become Human es una especie de película interactiva donde los detalles están cuidados al máximo. Los rostros de los personajes rozan la perfección (la textura de la piel, los movimientos…), algo que es muy importante ya que en este juego abundan los diálogos y en numerosas ocasiones hay primeros planos de personajes manteniendo conversaciones. Por supuesto hay que reconocer la enorme labor de los de actores y actrices que han participado en el desarrollo del juego que logran de una manera magistral esos gestos y matices que consiguen la ‘humanización’ de los androides.
Los escenarios también están muy detallados, muy cuidados, si bien es cierto que son algo limitados porque no te dejan alejarte mucho de tu objetivo, si que puedes recrearte en ellos ya que el uso de la iluminación, la fotografía, la composición de los planos, la paleta de colores e incluso los movimientos de cámara están a la altura de cualquier película.
Impresiones finales
Aunque es cierto que la historia que nos propone este juego no es nada nueva (la toma de conciencia de los androides) y la hemos visto reflejada tanto en la literatura como en el cine y la televisión, lo que si es nueva es la forma de presentárnosla. Este juego, además de entretenernos y divertirnos te obliga a plantearte preguntas mas profundas y abre el debate sobre la relación de los seres humanos con las inteligencias artificiales y los androides. Se tratan temas como el amor, la religión, la prostitución, la violencia, la vida y la muerte… y tendrás que posicionarte, hacer tu elección y evidentemente, tu postura repercutirá en tus actos y en tu evolución.
Cada capítulo se puede rejugar las veces que se quiera tomando decisiones diferentes, aun así, yo recomiendo jugarlo la primera vez sin hacerlo, aunque tengas la sensación de haberte equivocado de respuesta o uno de tus personajes muera, da igual, porque exactamente de eso se trata. Como en la vida misma, a veces nos vemos obligados a tomar decisiones rápidamente o a escoger entre dos opciones en las que ninguna de las dos nos parece buena, y como en la vida real, esas decisiones son las que forman tu carácter.
No esperes obtener todas las respuestas del juego en una sola partida (ni en dos). Muchas incógnitas se quedarán sin resolver en un primer intento y eso, junto a unos giros de guión que te dejan con la boca abierta, hacen que en cuanto lo termines quieras volver a jugarlo y más sabiendo que cada capítulo tiene varios posibles finales y que en total hay 8 finales definitivos con los personajes principales. Es un juego, que te engancha y sorprende cada vez que te acercas a él.
Lo mejor…
- El ritmo de la narrativa.
- La rejugabilidad, ya que cada partida ofrece muchas posibilidades.
- Una historia muy emotiva con unos personajes muy bien construidos.
- El nivel gráfico de los personajes es excelente.
Lo peor…
Aunque hay múltiples formas de terminar una escena, en ocasiones el resultado es el mismo.