Crítica “Detective Conan – La bala escarlata”
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Historia
Personajes
Animación
Una buena manera de recordar una pequeña parte de nuestra infancia y pasar un buen rato, pero, quitando eso, no es nada del otro mundo.
Después de tantos años de emisión, pocos amantes del anime no conocemos al famoso detective Conan Edogawa, un niño que en realidad es un famoso detective adolescente llamado Shinichi, pero que, después de cierto desafortunado incidente, es envenenado y vuelve a ser un niño, por lo que se ve obligado a cambiarse el nombre y a vivir una mentira. Aunque nada de eso es suficiente para separarlo de su rol de detective.
Este personaje ha acompañado a muchos adultos y adolescentes a lo largo de su infancia, por lo que esta es una gran oportunidad para abrir el baúl de los recuerdos y volver a disfrutar del joven detective Conan, pero ¿qué nos ofrece esta película?
Aunque no es necesario ver todo el anime, ni mucho menos, para saber qué está ocurriendo, sí es recomendable haber visto unos cuantos capítulos para, al menos, recordar a los personajes principales. No os preocupéis por los extras que hayan aparecido en capítulos del anime, la propia película nos hace una introducción rápida para que nos pongamos rápidamente en contexto.
La película gira alrededor de los “World Sports Games”, el evento deportivo más importante del mundo, que tendrá lugar en Tokio. El denominado “Japanese Bullet”, un tren de última generación, ha sido creado específicamente para la ceremonia de apertura de los WSG. Sin embargo, durante la fiesta que lleva a cabo uno de los principales patrocinadores de dicho evento, el anfitrión es secuestrado y encontrado poco después. El problema está en que este secuestro no es el primero, y Conan deduce que tampoco será el último, ya que parece estar relacionado con un incidente que tuvo lugar hace 15 años, cuando el WGS se celebró en Boston.
A nivel de gráficos, la película es fiel a los mismos gráficos del anime y del manga, que apenas han cambiado a lo largo de todos estos años, aunque los efectos que podemos ver en ciertas escenas de acción están bastante trabajados.
La red de personajes es bastante amplia y original; no solo están los principales del anime, esos a los que conocemos de toda la vida, sino que también aparecen los especiales que se encuentran involucrados en el caso y ciertos personajes extra que se encargarán de complicar la trama a tal nivel que la propia película ve necesario explicar que hay problemas entre el FBI y la CIA para aquellos que no lo sepan ya y se pregunten “¿Por qué está pasando esto si en realidad estas personas deberían ser aliadas?”.
En cuanto a la historia, nos encontramos con un caso curioso y llamativo en el que solo capturan a las víctimas y las dejan en lugares visibles. Antes de entrar en detalles, he de avisar de que no es una película para niños pequeños, ya que pueden tener muchos problemas a la hora de entender lo que ocurre y es probable que se aburran.
La historia se volverá complicada en ciertas partes, una de las razones es por los personajes que se ven involucrados, que si no los conocías previamente y, a pesar de la introducción inicial, es probable que se te pasen por alto detalles importantes de la trama. Aparte, la película cuenta con ciertos términos difíciles (acompañados por sus explicaciones) y muy técnicos que podrían resultar atractivos si luego la trama no se les fuera de las manos a sus autores, que acompañan el realismo con ciertos elementos “fantásticos” que, desde luego, empeoran considerablemente la experiencia.
En retrospectiva, es una película con la que pasar un buen rato y recordar un poco una de esas series típicas de la infancia, pero no debemos esperar una película con grandes giros argumentales de la que nos acordaremos pasados los años debido a lo buena que era.