Crítica: «Demon vol.1 (de 2)», el demonio sobre Gotham según Ennis.
Resumen de la Crítica
General
Guión
Dibujo
Personajes
Historia
Edición
Muy recomendable
Imprescindible debut de Ennis en el Universo DC... con permiso de Hellblazer. Irreverente, ácido, cachondo y divertido.
Demon es una de esas locas y geniales creaciones del Jack Kirby de los ’70, cuando todo se le permitía a la leyenda. En 1972 creó al demonio Etrigan, en el núm. 1 de su propia serie… un engendro salido del Infierno, que lleva entre nosotros desde la Edad Media fusionado con el humano Jason Blood, con el que comparte cuerpo. Una de las singularidades más llamativas de este amarillento demonio es su verborrea. Además de parlanchín incansable, destaca porque siempre, siempre… habla en verso.
Su popularidad en el Universo DC es mayor de la que se puede pensar en un primer momento y ha sido usado por muchos autores como estrella invitada en sus páginas, y así lo hemos podido ver en el Sandman de Gaiman, en las páginas de Batman, de Hellblazer, etc… Incluso está presente en la más reciente reconversión DC, los Nuevos 52, formando parte de los Demons Knight, con alguna otra aparición esporádica y en la Liga de la Justicia Oscura (incluso en su versión animada).
Fue en 1993 cuando Demon viviría una de sus épocas doradas, gracias a la llegada de un joven y trangresor escritor inglés, el polémico y ácido Garth Ennis. El núm. 40 presentaría a Ennis y John McCrea como autores de una nueva y prometedora etapa para el personaje… cachondeo, mala uva, parodias y acción entrarían a empujones en la serie del demonio amarillo. Esa etapa es precisamente la que ECC reedita en dos magníficos tomos, incluyendo este primero los núms. 40 y 42 al 49, además del Annual 2. Para empezar, ese núm 40 es toda una declaración de intenciones, que demuestra la falta de respeto que iban a tener ya no solo por los personajes de la editorial… sino incluso por los de la competencia. Ennis y McCrea no tardaron en presentar a otro que, visto su potencial, desviaron de inmediato a una serie propia… porque en el Annual 2 de Demon se presentó a Hitman, que enamoró a lectores y autores y regresaría en los números siguientes para ayudar a Etrigan en su lucha contra otro demonio díscolo.
Tres de los últimos números del tomo componen un único relato donde Ennis y McCrea estallan en un delicioso delirio, mezclando nazis, zombis, tanques y demonios. El humor, la crítica, la acción… se conjugan para divertirnos con esta peculiar y absurda aventura. Pero todavía queda tiempo para la genial «Desde el Infierno», relato contado en primera persona por un testigo accidental que se ve inmerso en el delirio cotidiano de Jason Blood/Etrigan. Es una de esas historias donde Ennis se suelta y utiliza a los secundarios para perfilar la obra en conjunto, a través de los personajes que plagan Demon y del testigo fugaz que se inmiscuye inconscientemente en sus vidas. Queda muy claro aquí que Etrigan sigue siendo la «estrella» de la serie, pero que su mundo perdería fuerza si no fuera completado por los delirantes tipos/seres/demonios que aparecen (el cojín parlante dolorido en el alma por su amor no correspondido es, simplemente, genial) y si no fuera, por supuesto, por el lado humano y atormentado que le da Jason Blood y al que Ennis vuelve de vez en cuando, como en esta última historia.
Es en ella donde el dibujo cambia y tenemos a Nigel Dobbyn encargándose de la parte visual, dándole un aspecto más suave y ortodoxo a la serie. No le sienta nada mal el cambio, se trata de una historia corta, como una pausa y a la vez un prólogo, alejada del delirio anteriormente leído. Porque ese es el mejor calificativo para el dibujo de McCrea en el resto del cómic… un dibujo delirante. El estilo roto y feista del dibujante sienta de maravilla a una serie tan endiabladamente loca (adjetivos no usados al azar!), en la que Infierno y Gotham son sus principales escenarios y donde los seres y tipos más extraños deambulan libremente. En este sentido, la mezcla de Ennis y McCrea consolida la serie como algo único en la que puede suceder cualquier cosa y donde el límite lo ponen los autores. La magia no se usa aquí para crear imponentes hechizos de mil colores, el héroe no es ese caballero andante de recta y justa moral y las mujeres están lejos de ser hermosas criaturas decorativas… no es un cómic de superhéroes tradicional, es un cómic donde la magia es sucia y debe permanecer oculta, el héroe aquí es soez y faltón, egoísta que solo actuará contra el mal si algo saca con ello y las mujeres no son aquí el componente necesario para desarrollar el lado romántico del protagonista, porque no lo tiene. Solo la parte humana de Demon, Jason Blood, muestra algo de sentimentalismo romántico que, por las circunstancias, acaba en funesta relación.
Otro valor innegable que tiene este Demon de Garth Ennis y John McCrea es el poder descubrir uno de sus primeros trabajos y comprobar que más de 25 años después sigue siendo teniendo el mismo valor y su desfachatez y atrevimiento está lejos de haber sido superado. La colaboración no tuvo que caer mal, desde luego, cuando aun a día de hoy siguen trabajando juntos, aunque de manera irregular, para la misma editorial y con personajes heredados de esta Demon (Yo soy Baytor!)
Genial edición para un cómic grosero y cachondo que cuenta con muchos alicientes para gustar a los viejos y los nuevos lectores. Una mirada al Infierno DC puede ser más divertido de lo que se piensa, eso si… si te gusta el humor negro y las rimas forzadas.
- Demon vol.1 (de 2). ECC Ediciones
- edición original. The Demon 40. 42-49. The Demon Annual 2. DC Comics.
- cartoné. 296 pp. color. 29,50 €