Crítica. Del videojuego al cómic (I): «The Last of Us: Sueños Americanos»

2013 estuvo marcado por la salida de un juego llamado a ser el mejor de dicho año y uno de los mejores de su «generación». The Last of Us, exclusivo de Sony para su Playstation 3 (y posteriormente versionado para PS4) desarrollado por un estudio, NaughtyDog, que ya no tenía que demostrar nada tras maravillar con tres fenomenales entregas del genial Uncharted.

Éxito unánime de crítica y público, cosechador de los mejores premios que otorga la industria, su leyenda trascendería el ámbito electrónico y pronto se empezó a especular con su versión cinematográfica y su traslación a distintos medios. Así se fraguó la alianza entre Sony, NaughtyDog y Dark Horse, para llevar The Last of Us al mundo del cómic. Brendan Wright, editor de Dark Horse, siempre se ha mostrado receptivo a la conversión en cómic de distintos éxitos venidos de otros medios y, en el caso que nos ocupa, no podía ser una excepción.

Para crear una historia coherente para la ocasión, contaron con el director creativo del juego, Neil Druckmann, que colaboró en los guiones con Faith Erin Hicks, una joven artista (dibujante/guinista) canadiense todavía emergente pero con muy buenas perspectivas. El dibujo corre a cargo de la misma Erin Hicks, con lo que se le da un aire indy que luego comentaremos. Y así nació la precuela del juego (también vista en un DLC para el mismo), como miniserie de cuatro números publicada por Dark Horse y que nos llega publicada por Planeta Cómic, íntegramente, en formato tomo de tapa dura, una edición realmente lujosa y cuidada.

Nos hallamos en el año 2033, veinte años después de que nuestra civilización haya sido diezmada por una plaga fúngica que vuelve locos y agresivos a los seres humanos. Los supervivientes se agrupan en zonas restringidas intentando recuperar algo de normalidad en sus vidas… algo imposible debido también a distintas facciones que actúan de forma libre y no quieren acatar el nuevo status quo. Aquí nos encontramos ante la llegada a una de estas zonas «seguras» de Ellie, una adolescente rebelde, nacida en esta nueva era apocalíptica, que no encaja con las nuevas normas que le imponen en su nuevo hogar. Riley, otra joven que pronto conocerá, se encuentra en su misma situación y entre ambas nacerá una amistad alimentada por la soledad, la marginalidad y por esa rebeldía propia de la edad. Esta rebeldía les llevará a explorar las zonas «prohibidas» de la ciudad, algo que cambiará las vidas de ambas para siempre…

La historia es interesante pero no funciona como algo independiente y solo cobra su verdadera dimensión una vez la ubicamos junto al videojuego, como historia global y acabada. Leer solo The Last of Us: Sueños Americanos puede ser en cierto modo decepcionante por lo elemental de la historia y su planteamiento, que crea más interrogantes que respuestas ofrece. Sin embargo, es un complemento excelente a su videojuego, extendiendo parte de la historia de Ellie hacia atrás y aumentando el particular «mundo» de The Last of Us.

Los guiones están bien escritos y son ágiles, con personajes coherentes y bien definidos, creíbles. Tanto es así que solo cuatro números (o un solo tomo en su edición de Planeta) se antoja insuficiente y casi decepcionante… he de insistir en la necesidad de complementar este cómic con su videojuego, donde la historia continúa, crece, se expande y se maximiza. El dibujo puede resultar chocante, pues el videojuego origen destaca precisamente por sus gráficos hiper-realistas y detallados… algo de lo que este cómic carece. Se apuesta por un dibujo más desenfadado y de estilo indy, que en realidad le sienta muy bien a las dos protagonistas, adolescentes y de espíritu rebelde. No puedo olvidar el color, de Rachelle Rosenberg, que se ha preocupado de mantener los tonos ocres del juego y que le sientan de maravilla a ese entorno decadente de civilización semi-abandonada.

Es este, en definitiva, un cómic ideado para aquellos jugadores que quedaron encantados con su experiencia tras jugar a The Last of Us y quieran seguir conociendo más de los personajes y del vencido y peligroso mundo distópico presentado allí.